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127 horas

Drama. Aventuras Basada en la historia real de Aron Ralston, un intrépido montañero y escalador norteamericano que se hizo famoso porque en mayo de 2003, durante una escalada por los nada transitados cañones de Utah, sufrió una caída y quedó atrapado dentro de una profunda grieta. Tras varios días inmovilizado e incapaz de encontrar una solución alternativa, tuvo que tomar una dramática decisión. (FILMAFFINITY)
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Críticas 292
Críticas ordenadas por utilidad
23 de enero de 2011
425 de 585 usuarios han encontrado esta crítica útil
No miento si confieso que mi idea preconcebida era ponerle un ocho aún sabiendo que posiblemente no lo mereciera. No miento si confieso que tengo afinidad por el tema que trata y tampoco mentiría si con media sonrisa reconozco que iba a empezar la crítica con una historieta sobre una piedra, un tobillo y lo que entonces fueron los dos días más largos de mi vida.

Acabo de encontrar la dirección postal de Danny Boyle por Internet. Posiblemente sea falsa, pero merece la pena intentarlo. Voy a enviarle una copia de “Touching The Void” del señor Macdonald. A estas alturas no vamos a solucionar nada pero yo, me quedo más tranquilo.

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- Cuando James Franco grita, no escucho nada. La música amortigua sus alaridos.

- Cuando James Franco siente sed, no me transmite su necesidad. El maquillaje y una cámara corriendo no me engañan.

- No padezco la desesperación de sentir pasar el tiempo. Películas como esta, ver pasar los minutos, debe de ser una agonía. Algo realmente complicado si el plano no reposa.

- Boyle mata el silencio. No existe y con ello desaparece el miedo.

- Cuando está sólo en la inmensidad, oímos canciones sin personalidad. El director enmudece el rugir de la Naturaleza: no existe viento (en un cañón, es quizá el silbido más penetrante que hay en el Planeta). E incluso, en una de las escenas con más potencia, no escucho la fuerza del agua lo suficiente para sentir pavor.

- La tierra no mancha. No notamos una capa de polvo pegada al personaje (como Bogart en “El Tesoro de Sierra Madre”). Sólo vemos vestuario.

Recursos como los flash-backs, un montaje paralelo en las alucinaciones del protagonista y la docena de planos por minuto, desnaturalizan la tragedia. Puede que eso sea, al fin y al cabo, lo que busque el espectador de hoy en día: ver un espectáculo sin que aparezca empatía. Es, mal que nos pese, a lo que nos han acostumbrado los boletines de tele-información.

Entretiene, es corta y una actuación, que a pesar de los obstáculos creados por el director, es convincente; pero dado el potencial, no hay perdón posible. En “Buried”, a pesar de sus fallos, estuve dentro de una caja. Note la respiración, la angustia por un aire que se acababa, la fisicidad del plano. Aquí no.

Tanto plano innecesario y Danny Boyle no me firma un primer plano de una nuez muerta de sed. Boyle nunca ha pasado sed. Os lo digo yo.
Chagolate con churros
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10 de enero de 2011
169 de 223 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quién de nosotros no tiene un amigo, de esos que podemos llamar hasta frikis, que dedican todo su tiempo libre a embarcarse en cualquier tipo de actividad peligrosa, ya sea puenting, gooming, trekking, jogging, y hasta si me apuran polving (si les dejan). Son de una casta especial, todos los miramos como si estuvieran locos, y por lo que sea nos parecen tipos graciosos y entrañables con la pinza un poco ida.

Pues el protagonista de la peli en cuestión no deja de ser uno de estos agradables pirados, un aventurero solitario y pasado el cual juega con las suerte constantemente metido hasta el fondo en este tipo de deportes de riesgo.

En los hechos que nos cuenta la peli el afortunado friki deja de serlo y se mete en un gran lío al caer en un sima de un cañón y quedar atrapado por un pedrusco en una de sus manos imposibilitándole moverse del sitio donde ha caído.

La situación es tan dantesca que según comienza la acción piensas lo estúpida que puede resultar una peli de 90 minutos en las que un tipo está todo el rato amarrado a una piedra sin poder moverse, ósea que la cosa pinta mal.

No obstante sale el genio de Boyle, al que muchas veces he criticado pero nunca quitado su auténtico valor como cineasta. Y sale desde los ya interesantes créditos de la película, los cuales ya de por si son ámenos, siguiendo por un trato al personaje totalmente creíble, y más cuando el actor principal James Franco (Increíblemente el niñato inaguantable amigo-enemigo de Spiderman) se sale completamente del mapa, con una actuación de esas que sorprende y deja huella, encarnando a nuestro héroe.

He visto otra peli con un personaje inmóvil últimamente, “Buried”, y a mi personalmente se me hizo eterna, en cambio esta se me ha pasado sin enterarme, Boyle sabe darle marchilla a una peli abocada al aburrimiento y no solo con el papelón que hace el amigo James, sino metiendo escenas más o menos surrealistas dentro de la acción que además de aportarles caché le aportan cierta gracia y sorpresa.

No sé, quizá sea por el mal año cinematográfico vivido, de los peores que recuerdo, pero está peli me ha encantado, me lo he pasado como un indio, con James y sus elucubraciones dentro de la maldita grieta, las cuales no tienen desperdicio, no digo ni una para no romper la sorpresa.

Supongo que nuevas nominaciones a los Oscar para Boyle y ciertas posibilidades de recibirlo por parte de James Franco, ya veremos.
antipseudo
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19 de enero de 2011
89 de 101 usuarios han encontrado esta crítica útil
Seamos claros: éste film hará taquilla sobre todo por morbo. El morbo de ver un caso real extremo en pantalla, de ver cómo han llevado a la pantalla el suplicio que pasó un hombre hasta ese terrible momento en que… pero no, no nos adelantemos todavía.

Danny Boyle sigue empeñado en construirse una filmografía de lo más heterodoxa, abordando temas de lo más dispares: “Trainspotting”, “28 días después”, “La playa”, “Millones”, “Sunshine”, “Slumdog millonaire”... Ahora, basándose en hechos reales, relata la odisea de un hombre que pugna por sobrevivir a las adversidades de la naturaleza. La cosa es que Aron Ralston se quedó en 2003 atrapado en una grieta de las llanuras de Utah, atascado por una inamovible roca que le aprisionó el brazo. El relato de esos días en que padeció lo indecible con la esperanza de conseguir salir vivo de ahí, es lo que conforma el reto de Boyle; reto del que sale claramente victorioso.

Las comparaciones con la reciente “Buried” son inevitables, pero más allá del planteamiento inicial, un hombre atrapado en un espacio reducido, Boyle imprime su particular sello con una dirección alucinante, que en ningún momento decae aún sabiendo cómo acabó el caso real. Las imágenes son de una belleza arrebatadora y la minimalista trama se sigue con sumo interés gracias a la habilidad del director con el manejo del drama, el suspense y los recursos (montajes paralelos, pantallas partidas, flasbacks, pesadillas, alucinaciones…) que nos inmersionan en la mente, cada vez más deteriorada a medida que pasa el tiempo, de un inmenso James Franco. Éste ofrece una de las mejores interpretaciones del pasado 2010, intensa, creíble y absorbente.

Comentábamos al inicio ese momento, que es ese tan impactante que ha provocado desmayos en festivales y bla, bla, bla. Los hemos visto peores, esto tampoco es “Saw”, y qué queréis que os diga, para mí es una parte más, una parte tremenda e impactante, sí, pero una parte del todo, del espléndido conjunto de secuencias que conforman la película.

Porque más allá del morbo inicial, tras su visionado quedan en el recuerdo sus cualidades artísticas, la sensación de alegato esperanzador, del triunfo del espíritu humano ante las adversidades. Y es de lo que trata “127 horas”: de la fuerza del instinto de vivir, de cómo somos capaces de más de lo que podríamos llegar a imaginar por conservar el pellejo y vivir un día más. Una fascinante historia de supervivencia extrema, terrible, hermosa e inspiradora.
RandolphCarter
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11 de enero de 2011
85 de 113 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si tuviera que definir 127 Horas con una sola palabra, diría “recursos”. Precisamente los que le faltan al prota para salir del hoyo, sí, y también los que le sobran a Danny Boyle para hacer cine. Habrá hecho pelis más redondas, más entretenidas, más lo que sea, pero yo creo que con esta firma su mejor trabajo personal como director de cine. El toro más chungo que le ha tocado desde que se metió a torero. Su mejor faena.

La cosa no es moco de pavo: una trama que gira alrededor, no ya de las acciones del protagonista, sino de sus EMOCIONES. A ver cómo ruedas eso, como diría un amiguete. Y espera, que va el tío, y lo hace. Que digan que su estilo es epiléptico, videoclipero, de spot de televisión… pues oye, será que la SED no se puede expresar como si fuera un anuncio. Es que ahí está la genialidad del asunto: ¿Por qué no vas a poder decir que tu personaje tiene sed llevándote la cámara a la botella de Gatorade que tiene en el maletero de su coche? ¡Pues claro que sí!
Recursos, esa es la clave. Y le sobran a Boyle. El mejor, el del Morning Show para expresar la DESESPERACIÓN del protagonista. También está la secuencia escalofriante del brazo… no me digas que no sientes DOLOR hasta que oyes el chasquido. Y de ahí, a una especie de MAL ROLLO consistente en una gota de sudor frío que te recorre la nuca. En serio, momentos que son para ponerlos en las escuelas de cine y decirle a la gente, “mira de cuantas formas se pueden contar las cosas”.

La apuesta, claramente, es arriesgadísima, porque no sólo de sensaciones vive el espectador. Y una vez analizados los recursos estilísticos, nos queda la historia. Toca preguntarse si el espectador se conforma con una clase de realización. Y eso que James Franco está impresionante en su papel, pero la cuestión es si al final 127 Horas trasciende la anécdota o se queda en eso, en una anécdota. Y ahí esta el gran defecto, que el prota se nos ha quedado tan solo, que te quedas con la sensación de que eso no era del todo una película. No hay malo, no hay chica, no hay nada. Fíjate, ahora que todos ponen a Buried por debajo, pero en eso sí que supera a la de Boyle. Allí sí hay alguien con quien hablar. Acordaos de Tom Hanks en Náufrago... ¿qué hubiera sido de aquella peli sin...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Herr Jasper
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8 de enero de 2011
55 de 64 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todos hemos tenido un mal día en el trabajo, todos hemos discutido con un amigo, todos hemos suspendido un exámen, todos hemos perdido a seres queridos, pero la vida sigue y hay que luchar por ella. Esta película nos enseña eso, a amar la vida, a saborear y aprovechar cada instante, el famoso carpe diem. Y a la vez tambien nos inculca a luchar y luchar hasta el último momento, a no darnos por vencidos.

Danny Boyle una vez más con poco presupuesto (apenas 18.000.000 $) coge su cámara y nos hace vivir sensaciones maravillosas. El film cuenta con el estilo "videoclipero" de Danny, con sucesiones de imágenes con música de fondo (muy buena la canción del comienzo) que harán que vivamos esos momentos con más intensidad. Su estilo nos recordará a "Slumdog Millionaire" en algunos momentos, en otros a la reciente "Buried" con la perspectiva de videoaficionado. En este sentido hay poco que decir, un buen trabajo del director como es habitual en el.

Hablemos de James Franco. Él es la película, asi de simple, es cierto que el guión hace que coja todo el protagonismo pero muchas veces la película se come al actor y aqui Franco no deja ni las migas.

Uno de los mejores papeles que he visto jamás. Es un papel complicadísimo y en el que sobreactuar hubiera sido muy tentador. Franco hace que le olvidemos por completo como "el hijo del malo de Spiderman". No es que resulte creible, es que en todo momento parece que lo esta viviendo en sus carnes, con escenas desgarradoras, con escenas divertidas, toda gesto, gesticulación o mueca esta medida para que sintamos lo mismo que él. Hay 2 escenas por las que personalmente no le olvidare nunca, es realmente terrible ver como se mete en el papel. Todo el mundo habla de Colin Firth para el Oscar, no he podido ver todavia su actuación pero James Franco por este papel se lo merecería sin duda alguna.

No voy a desvelar nada de su argumento (hay poco que contar), debéis vivirla vosotros mismos y buscar vuestras 127 razones, las que queráis, para vivir, para aprovechar la vida al máximo, porque cada segundo cuenta y porque la fuerza de querer virvir puedo con todo.

Lo Mejor: James Franco, un papel memorable.

Lo Peor: A pesar de que es bueno, el estilo de Danny Boyle ya sorprende menos.
jita
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