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El abominable doctor Phibes

Terror. Intriga Después de que un equipo de cirujanos acabara con la vida de su esposa en una chapucera intervención quirúrgica, el doctor Phibes (Vincent Price), un diabólico personaje, asesina a algunos de ellos utilizando terribles métodos extraídos de textos antiguos. Un detective de Scotland Yard (Peter Jeffrey) le sigue la pista con la ayuda del doctor Vesalius (Joseph Cotten), el jefe del equipo médico que operó a la mujer de Phibes. (FILMAFFINITY)  [+]
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Críticas 15
Críticas ordenadas por utilidad
26 de junio de 2012
19 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creo que estamos ante una de esas películas, relativamente poco conocidas, que bien se merecerían un poco más de difusión. Sería quizá exagerado decir que El abominable doctor Phibes es una obra maestra, pero sí es una película de las que crean escuela, al verla no podía evitar recordar el parecido de Saw en muchos detalles.

Vincent Price está enorme. Se llevó el premio en el festival de Sitges a mejor actor, reconociéndole la interpretación que hace de este doctor enfermo, psicópata y vengativo a más no poder. Las pocas veces que habla su personaje me pareció que tenía una voz bastante penosa, como tenía la oportunidad del dual, escuché esa parte en versión original y ganaba así bastante. El personaje del doctor Phibes es de esos que guarda la mente una vez terminada la película porque está envuelto en toda una atmósfera perturbadora, durante todo momento. Las andanzas silenciosas de la mujer, los "músicos" que tocan para él, su "museo de caras", hasta su órgano es tétrico. Los crímenes que comete el doctor, totalmente calculados y precisos, son geniales. Tiene buenas dosis de humor que las llevan a buen término, sin exageraciones, los personajes del detective y su ayudante.Toda la película se va desarrollando en su justo tiempo y siempre con una buena escena por delante.
Hasta el final, que también es bueno.
Una de las películas de terror o serie B que más me ha gustado. Y de las mejores de Vincent Price.
jos elito
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2 de febrero de 2013
15 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
No había muchos elementos que pudieran atraerme de la película a priori. Los 70 para empezar son una época que no me gusta nada, y cada vez que veo una película de por aquel entonces no tengo muchas expectativas. Para colmo, no conseguía imaginarme algo decente al leer la etiqueta slasher que acompaña a la película. En contraprestación, Vincent Price, el toque británico y la Serie B.

Así que me aventuré con ella y me encontré una gran sorpresa. Robert Fuest eleva la película a uno de los mejores clásicos que he visto. Trepidante, entretenida y más impactante de lo que esperaba al principio. Si bien no es nada original no esperaba algo tan resultón como lo que vi. Un Vincent Price algo sosillo pero a la misma vez idóneo para encarnar al temible Phibes. Un personaje que bien podría estar entre los grandes del terror si no fuera porque la película pasó levemente desapercibida (aunque dio para la secuela). Cada uno de sus asesinatos es tan llamativo que es imposible despegarse de la pantalla hasta el final. Más de uno hasta recordará la película de Saw.

Es curioso que la película muchas veces roza el humor. Además es algo que llega inesperadamente conforme se va acercando el final. Es un humor casi imperceptible, pero demuestra que Robert Fuest sufrió una evolución en su metraje. Todo desencadenó en una segunda parte más cómica.

Una gran película que supongo me caló más simplemente porque esperaba algo bastante más aburrido. Para mí todo un referente del género, aunque todo sea dicho, no hay grandes producciones cinematográficas catalogadas como slasher que merezcan la pena, por lo que tampoco es muy meritorio. A día de hoy, se ve como una gran película, o como mínimo una muy entretenida.
NeoJ
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28 de noviembre de 2009
12 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos con una película de "Asesino en serie", muy, pero que muy original.

Con una actuación del siempre magnífico Vincent Price, nada usual (debe actuar sin mover los labios, con tan sólo su expresión corporal y sus geniales ojos..), con una puesta en escena de los crímenes muy interesantes, y una mezcla entre humor británico, y escenas totalmente psicodélicas (donde tiene mucho que ver la BSO), que hacen , como digo, de esta película una de las más originales del maestro Price, y cuyo final es soberbio, y lógico, y en ciertos apartados se puede ver de donde se inspiraron para ciertas partes de "Saw"..., aunque aquí expuesta de una manera mucho más elegante.

Lo único malo es en sí, lo que también la hace buena... los "contrastes", si no "entras a juego", contrastes entre película de asesinatos, comedia y experimento visual setentero... con una BSO muy propia para las escenas que salen, pero que "chirría" en nuestros oídos muchas veces, al igual que todas las escenas de Phibes-director de orquesta, y la sobreactuación de todo el plantel de actores, desde el mismo Price en su vertiente de director de orquesta (aunque son sobreactuaciones concientes, dado la intención del film)... pero contrastes que a su vez, hacen de esta película una verdadera joya original.

Lo mejor:
- Vincent Price
- La puesta en escena de los "asesinatos"
- Los diálogos de inteligente humor inglés....

Lo peor:
- Pueden que lo chocante de ciertas escenas, y sus contrastes, no sean del gusto de todo el mundo, aunque por otro lado es otra de sus virtudes.
José Barcia
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21 de octubre de 2017
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
El abominable doctor Phibes (1971) es una película de Robert Fuest 1927-2012). Iniciado como estudiante de arte, trabajó durante largo tiempo en el departamentos artístico para la televisión inglesa, hasta convertirse en director de arte de la popularísima serie Los Vengadores, entre las múltiples realizaciones, especialmente para las series del momento. Su incursión en el cine se reduce a un pequeño grupo de películas entre las cuales el certero par de terror, algo desigual en sus resultados, en torno a la vengativa figura del furibundo doctor Phibes, personaje salido del guión de James Whiton, y William Goldstein, la música de Basil Kirchin y la fotografía de Norman Warwick, partes responsables de esta primera y exitosa entrega.

Robert Fuest luce sus propios recursos artísticos para presentar un atrezzo plagado de malvada belleza visual, de macabra prosa poética entorno al vengativo Dr. Anton Phibes (Vincent Price) con sed de venganza dirigida a quienes en su día le arrebataron lo que más quería: Victoria Regina Phibes (Caroline Munro) su esposa. Los doctores responsables de la mortal operación entre los cuales Longstreet (Terry-Thomas), Kitaj (Peter Gilmore) o la enfermera Allen (Susan Travers) se encuentran en el vengativo objetivo del maléfico doctor que gracias a sus estudios de música y acústica pudo ingeniar el mecanismo necesario para comunicarse con el mundo exterior después de haber sufrido un terrible accidente. Todos los participantes vivirán amenazados desde las oscuras sombras la oportuna venganza que el irascible doctor guarda para cada cual.

La sobriedad de Scotland Yard entra en juego en pleno desconcierto apreciado en los gestos sorprendidos y desconcertantes del Inspector Trout (Peter Jeffrey) al recibir confusas noticias de su subordinado el Sargento Tom Schenley (Norman Jones), nada de lo cual se toma en serio el Superintendente Waverley (John Cater) creyendo que se trata de un cúmulo de ineptas actuaciones del inspector, el sargento y sus subordinados, exigiendo solución inmediata para dejar de hacer el ridículo público de sus servicios.

El macabro desarrollo de los acontecimientos nos lleva a presenciar las venganzas entre almidonadas escenas de estremecedora belleza mortal de los responsables sufriendo en sus carnes las plagas bíblicas aplicadas por el vengativo doctor, para todos el mismo fin excepto para el cirujano jefe Dr. Vesalius (Joseph Cotten) a quien Phibes le da la oportunidad de salvar a su hijo Lem (Sean Bury) de una muerte segura, oportunidad que no le dieron a su amada esposa.

El acelerado y algo caótico final nos lleva hasta el desenlace previsto por el Dr. Phibes con la incondicional ayuda de la misteriosa Vulnavia (Virginia North). Consolidado el caos previsto, y desaparecido el Dr. Phibes, Scotland Yard y sus avispados agentes se encuentran entre lo que fuera la mansión del doctor, que entre grandes y atronadores acordes de órgano nos lleva al final de una película contextualizada en diferentes géneros de terror vecinos, sobre la consumada estética mortal del Dr. Phibes, hecho que origina dudas sobre las verdaderas preferencias de su director entre personajes y atrezzo en un ejercicio de escenografía algo sobrepasado: desde la cuidadosa mansión decorada con aires art déco, a la impresionante Orquesta Mecánica del doctor.

El emergente y majestuoso órgano transmisor entre las oscuras sombras de las tinieblas y la vida, nos conduce hasta los trabajados vestuario de nuestros protagonistas y la cuidadosa estética de la morada secreta, lo cual nos da finalmente un resultado correcto algo desequilibrado a favor del atrezzo, bueno en su conjunto y certero como cine de miedo estético, sin más, pudiendo facilitar al espectador: terror, sobresaltos, ensimismamiento, y un buen montón de poética visual más allá del argumento y la evocadora melodía Over the rainbow junto a la premonitoria sonrisa final surgida desde la más profunda oscuridad.
avanti
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20 de agosto de 2009
11 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Perversa y sádica cinta sobre una venganza fría y despiadada llevada a cabo por un viudo que ha perdido a su esposa por la mala praxis de un grupo de cirujanos.

Es un filme original desde la elaboración de los macabros asesinatos, donde se respira una atmósfera morbosa y aberrante, y donde se consuma una revancha insensible e inhumana.

La historia no tiene grandes vueltas, sino que se presenta directa aunque bien imaginativa para desarrollar horror.

La cinta propone impactar con el desarrollo de truculentos asesinatos fríamente calculados, pero también posee algunos dejos de humor negro como para darle un aire más distendido al horror.

La ambientación escenográfica es grotesca y barroca, y en determinados pasajes hay algunos toques de surrealismo. Pero siempre la imagen del filme es atractiva y cuidada desde lo técnico.

Además es notable la presencia escénica del gran Vincent Price, quien se encuentra maquillado en forma sugerente para componer un personaje (el Dr Phibes) verdaderamente potable para una cinta de terror. Peter Jeffrey brinda un interesante contrapunto como el investigador policial que sigue el caso del Dr Phibes y sus crueles homicidios.

Si bien el filme es en algunos pasajes ilógicos en sus retorcidos y rebuscados asesinatos (las víctimas extrañamente se dejan matar sin casi resistirse, los asesinatos son demasiado forzados para ser convincentes, etc), siempre se le mira con simpatía dada la originalidad y la extravagancia en ese desquite repleto de odio desplegado dentro del nudo argumental.

En fin, una cinta con una desquiciada atmósfera donde un Dr loco elucubra excéntricos asesinatos para llevar a cabo una venganza truculenta e impiadosa. En muchos pasajes parecería que esta cinta ha inspirado a los realizadores de la saga “Saw”, por algunos parecidos en los trazos gruesos del relato. Pero también hay que reconocer que este filme se inspira en algo a su vez en “El fantasma de la ópera”.

Palabras claves: venganza, asesino serial, amor que mata, psicópata, doctor loco, detectives, humor negro.

(cualquier aporte, sugerencia, o simple acotación a esta crítica serán bien recibidas en el espacio de comentarios de mi blog personal)
Pasatiempos Digitales
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