Haz click aquí para copiar la URL

Léolo

Drama Léo Lauzon es un niño que vive en un humilde barrio de Montreal, atrapado en una sórdida existencia. Cada noche intenta evadirse por medio de los recuerdos, los sueños y su desbordante imaginación, pero la cruda realidad familiar interrumpe siempre sus fantasías: tiene un padre obsesionado por la salud intestinal de toda la familia, un hermano culturista que vive preso del miedo, dos hermanas que padecen trastornos mentales, un abuelo a ... [+]
1 2 3 4 10 20 30 >>
Críticas 147
Críticas ordenadas por utilidad
3 de septiembre de 2008
232 de 272 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ahora sé que no estoy sólo en este mundo, que ya hubo alguien antes que yo creciendo en los brazos del ensueño y mamando de las cenizas que caían como polvo desde el tejado de su locura. Que cagaba versos infinitamente bellos del color de las tiras de carne desgarrada que le servían viscosas para el más romántico onanismo. Que dejó de vivir el día que dejó de amar, que nunca se atrevió a amar por un miedo que le volvía loco, que en más de una ocasión pudo verse a sí mismo actuando demasiado mal y forzado en la eterna, lúcida, brumosa, plastificada y tenebrosa película de la vida. Ya nunca dejaré de temer la vida ni me ahogaré yo solo con mis sábanas. El tesoro seguirá allí abajo, brillando encostrado entre las encías picadas del mismo río sucio que me devora a cada instante... pero ya no nadaré solo, nunca más volveré a hacerlo solo, ya no. Me bajé de los hombros de mi hermano y nunca más volví a patear las montañas mirando a los demás con desprecio. Seguí escribiendo esperando a que mi amor, mi dulce amor, mi único y verdadero amor, saliese del armario con su luz resplandeciente y me susurrara al oído aquella retahíla de palabras engarzadas. Aquella que guardaba el pueril secreto que Léolo y yo compartimos, pero que nunca podremos contar a nadie más. Porque, después de todo, hemos acabado en la misma sala común del hospital, esa que cercena nuestro ramillete de venas verdes por la esperanza de ser distintos, la sala común que hemos de compartir con nuestra familia, con el resto de los locos. Léolo se rindió y ya nunca más pudo ni quiso volver a soñar. Yo sé que algún día me rendiré y acabaré bañado en su mismo hielo. Sé que la vida acaba con uno mucho antes de que uno encuentre la muerte. Jamás aprendí a vivir en este mundo y ahora sé que no soy el único. Sé que hay personas que sufren, pero la droga del alma es indeciblemente más devastadora que cualquier laxante de pecados en forma de polvo, de pastilla o de alcohol. En contadas ocasiones me había quedado sin palabras ante una película, pero sólo esta he sido capaz de comprender hasta con las uñas de los dedos de los pies. No me queda más que agradecer a Jean-Claude Lauzon que muriera artísticamente delante de nosotros y pintara con su sangre el más bello cuadro en verso que se haya pintado jamás. Poco después murió su carne de forma trágica, pero él ya se había vaciado por entre estos fotogramas. Léolo es Lauzon, y sé que yo soy Léolo. Cualquiera que sea Léolo al ser vomitado encima por esta cinta será Lauzon, y yo seré esa persona.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
lyncheano
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
16 de marzo de 2010
172 de 209 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si invitaras a dos personas, una sorda y otra ciega, a un pase de Léolo, al acabar la película el primero te diría que es la bazofia más grande jamás filmada. El segundo probablemente hablaría sólo maravillas de ella estando aún con la piel de gallina. Y esto ocurre porque Léolo es grotesca y agobiante para los ojos, pero una grandiosa exquisitez para los oídos. Léolo no es para verla, es para oírla. Como función es horrible; como cuento, extraordinario.


El mundo en donde vive Léolo y su familia es un enorme tonel lleno de mierda. Todos están anclados en lo más profundo de él. Aunque es el chico el único consciente de ello. Mientras los suyos se dedican a respirar y a vivir por inercia, él trata de subir a la superficie para tomar algo de aire fresco. Lo hace mediante la palabra escrita. Y es aquí cuando entra en juego lo sensacional de la cinta. Una voz en off se encargará de compartir durante todo el film las sensaciones, reflexiones y desvaríos de Léolo. Impresionante. Resaltar qué oración es la que más te llega es imposible. Cada frase del narrador es única.

Resulta muy complicado recomendar esta cinta. Es por partes iguales una genialidad y un esperpento. Todo depende de a qué le des más importancia; si a la vista o al oído. Quien diga que es una basura no miente, quien la defina como maravillosa tampoco. Eso sí, si estás dispuesto/a a atreverte con Léolo, que sepas que tú también bucearás por las profundidades del aquel horrible tonel. Avisado/a quedas.
JuanCádiz
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
14 de diciembre de 2006
122 de 165 usuarios han encontrado esta crítica útil
Leólo. Su sola evocación me provoca un doble sentimiento: Escalofrío y gratitud. La he visto decenas de veces... entera, fragmentada. No es una película, es un lugar. Es un compendio del Celine de Muerte a Crédito tamizado por una imaginería deslumbrante, con una demoledora voz en off, trasunto de un niño conmovedoramente dotado para la ternura y la luz. El brutal proceso de degradación y locura está contado con una poesía y una belleza inefable. La familia como omnipotente castrador. La visión caleidoscópica de la infancia. El miedo como nuestro más intimo amigo, con sus crueles epifanías diarias.¡Qué amor por tus criaturas, admirado Lauzon....¡, ¡Que comprensión demuestras por los seres que buscan en un libro (que sirve para equilibrar una mesa coja) el misterio, el secreto que todos buscamos en el arte¡. Mi deuda es impagable e infinita.
MRosa
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
12 de enero de 2008
98 de 118 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es Leolo, el niño que fue Lauzon, y que leería por primera vez “el valle de los avasallados” (L'Avalée des avalés, de Rejean Ducharme). Y es “ El domador de versos”, como no, el propio Rejean Ducharme. En la vida real, Ducharme huyó de los oropeles del éxito con su primera novela, la citada, allá por los años 60. Se rumorea que deambula a día de hoy por los suburbios de Montreal, buscando escritos de personas anónimas por los cubos de basura. Las comparaciones con J.D.Salinger son obligadas; y a propósito de esto, muchos dijeron que la adaptación de “el guardián entre el centeno” era imposible, pues si filmaban las aventuras del joven Coulfield, nunca te transmitirían lo mismo que el libro. Se equivocaron, Lauzon lo hizo con “el valle de los avasallados” y con “el guardián entre el centeno”. Al parecer el truco estaba en recordar (evocar) tú propia infancia, tus propios sueños, tus miedos y proyectarlos en la novela.

Estos tres rebeldes, estos locos que volaron alto, muy alto; y que derritieron la cera que fijaba las plumas de sus alas; se saltaron “la regla secreta del gran escritor (o cineasta)” ( esa que dice que la mejor historia que puedas hacer, la de tus sueños y tus miedos, no debes hacerla nunca). Lauzon voló demasiado alto (trágicamente, también en la vida real), pero por ello, pretendió. Fue pretencioso, a sabiendas de que haría “ LA MEJOR PELICULA DE LA HISTORIA”,vendió su alma, abrió “la caja de Pandora”, mató “la gallina de los huevos de oro”, llámenlo ustedes como quieran; pero lo hizo. Filmó (evocó) un cuento con forma de sueño.

En lo que se refiere a la fotografía de “Leolo”; es maravillosa. Sencillamente hay mucha sensibilidad en ella. Se ha tratado con mimo; y cada parte tiene su justa iluminación, encuadre y tratamiento del color. Leo Lauzon (mismo apellido que el director, Lauzon) es un niño canadiense que quiere ser italiano; y al igual que él, “Leolo” es una película canadiense que quiere ser italiana (evocar a Italia); hecha en cineccita; hecha por Fellini. Por ello, Lauzon cambia constantemente la paleta de colores “mediterráneos” por otra de latitudes más frías. Por último en lo que concierne a la fotografía, y aquí me tengo que maldecir por no haberla visto en el cine, no sé si ese granulado tan especial es propio de una decisión de Lauzon o consecuencia de editar tan tarde una película en DVD, pero el caso es que hasta ese granulado le sienta al film de maravilla.

(Continúa en spoiler). Tranquilos, es un spoiler inofensivo (los incómodos 3000 caracteres).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Travisloock
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 de enero de 2007
93 de 117 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya ese cántico inicial, como de misa negra, da mal rollito… mientras suena vemos al David de Miguel Ángel junto a una siniestra gárgola, lo que da una idea de lo que vamos a ver: una lucha entre lo oscuro (representado por la realidad más prosaica que rodea al chaval) y lo luminoso (representado por sus evasiones y sus ensoñaciones frente a esa realidad tan poco grata)

Es una película realmente “fea”, pero no lo digo como defecto: realmente creo que debe ser desagradable para que, como espectadores, sintamos la misma sensación de agobio y ansias de evasión que invadeN al protagonista.
Son muchas las cosas que ayudan eficazmente a hacerla fea, incluso asquerosa: el tema excrementicio; la suciedad que desprenden las imágenes; los animales (la rata en la bañera, la pava sucia, húmeda, desplumada…); ese hígado al que se le da un uso sexual para luego ser consumido; ese perro muerto semi-sumergido; los ronquidos “mocosos” del hermano; incluso la locura familiar se nos muestra con un feísmo visual nada estilizado (al contrario de lo que muchas veces nos tiene acostumbrados el cine, haciendo bonito lo que no lo es)

Contrastando con toda esta negrura hay momentos enfáticamente “bonitos”: cánticos celestiales; coros que da gloria oírlos; vivificante música italiana; luces radiantes, como de origen divino, que aparecen al abrir una puerta, y que parecen sanar y dar esperanza...

Lo chungo de la película es que no hay un equilibrio entre la luz y la oscuridad, sino que lo negativo engulle y vapulea a lo positivo. Lapidaria me parece en este sentido una de las últimas frases del protagonista: “ya no sueño más” (“je ne rêve plus")
Hay personas que no están hechas para este perro mundo, y no les queda otra que ser devoradas por él: no logra evitarlo Léolo con su ensoñadora poesía, ni su hermano con métodos más prosaicos como ponerse cachas… la vida no es bella y no hay escapatoria.
Sahar
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 2 3 4 10 20 30 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow