Peligrosamente juntos

Aceptable aunque algo flojo filme de acción e intriga, dirigido por Ivan Reitman, un director especializado en mezclar ambos elementos en filmes como este, o "Poli de guardería", aquí con un correcto aunque en horas algo bajas, Robert Redford, en el papel de un honrado fiscal, que se ve metido en un turbio asunto junto a dos bellas mujeres, Winger y Hannah.
Aceptable reparto con caras conocidas como Brian Dennehy, (Rambo), o Terence Stamp,(Supermán 2), para un filme tan entretenido, como rutinario.
Para pasar una tarde sin exigir demasiado.

Esta película es la razón por la cual quise ser abogado. Desde la ambientación, a los puntos de comedia, pasando por la naturalidad que plasman todos los actores (excepto Daryl Hannah, a quien no soporto), el temazo hortera de Rod Stewart durante los créditos, mil escenas que jamás olvidaré... y Robert Redford impartiendo lecciones ante el estrado.

La trama es fluida; el pulso narrativo, adecuado, más que decente; al final este film es un notable ejemplo de buen cine comercial. Y además, es una película entrañable; siempre la tengo emparentada con "El club de los cinco", pese a que no tienen gran cosa que ver. Tal vez el año, ahora lo revisaré.

Qué más da lo que haya dirigido Reitman posteriormente ("Poli de guardería", por ejemplo); a veces me da la sensación de que las críticas están guiadas por lo comercial que sea un director, y a veces las salvedades se imponen.

Por cierto, en este film Debra Winger está sensacional. Se la echa de menos.

Revisadla, por favor.

El ayudante del fiscal del distrito y una abogada defensora son los protagonistas. Se las tienen que ver no sólo con los malos de la historia, sino también con la cliente de ella, una muchacha enredona y metepatas.

La peli no es ninguna maravilla, pero es muy entretenida y está hecha con muy buen gusto. Robert Redford y Debra Winger trabajan estupendamente. En cuanto al papel de la cliente, creo que sólo requiere una cara de belleza inquietante y un cuerpo espectacular, y Daryl Hannah tiene las dos cosas.

Yo es que siento debilidad por este tipo de historias: el chico y la chica, a cual más simpático, que investigan juntos un suceso criminal, ya sea por el trabajo que desempeñan, o porque las circunstancias les obligan. «Peligrosamente juntos» (mejora el título en inglés, la verdad) narra las peripecias de una abogada muy concienzuda y un fiscal despistado que se hacen cargo de un caso en el que muy pocas cosas son lo que parecen.

Debra Winger y Robert Redford forman la pareja protagonista que se va enamorando, enamorándonos y sufriendo junta lo que la investigación les tenga reservado. Los dos están maravillosos y los dos demuestran que no hace falta ser chulo, brusco, insociable ni borde para vencer al enemigo ni triunfar en el trabajo, que es lo que parece que se lleva hoy en día en Hollywood. Un protagonista como Tom, que se presenta claramente como patoso y que incluso se sonroja ante una bella mujer, sería ya impensable; o una protagonista que no sabe conducir y que manifiesta con gran visceralidad los celos que siente. Por cierto que la película no acaba cuando se cree, sino tras los títulos de créditos finales, en los que suena el «Love Touch» de Rod Stewart, así que no os los perdáis.

La trama se sigue con facilidad, pero extrañamente y pese a ello, el resultado final no se comprende. Yo todavía no sé si los cuadros se quemaron o no se quemaron, ni cuáles eran los planes del villano o los villanos, que no tengo claro si usar el plural o el singular. Aún así, pues mira, las idas y venidas de Laura y Tom con la guapa Chelsea (Daryl Hannah) siempre en medio te entretienen y te interesan, aunque el conjunto no llegue a donde podría haber llegado con tan buenos ingredientes.

Se pasa un buen rato y se saborea con gusto. El cartel es espantoso, eso sí.

Para ser una comedia sin grandes pretensiones, cumple su cometido; entretiene.
El argumento no es nada nuevo y el guión (muy flojo) definitivamente no ayuda. Las actuaciones llaman la atención por lo desparejas: Daryl Hannah no hace nada con un papel por demás soso, Debra Winger está correcta y Redford, a sus anchas, hace que valga la pena ver una película que sin él no valdría absolutamente nada.
En definitiva, una comedia liviana para quienes gozan viendo a Redford en pantalla.
Público con ganas de ver buen cine: abstenerse.