La grandeza de vivir

Hay películas que no pasan a la historia, pero que nos hacen pasar un rato agradable, nos hacen sentir optimistas, nos alegran y nos evaden de las tristezas y penurias diarias. Esta es una de ellas. Nos cuenta cómo es posible sentir, vivir, soñar, ilusionarse, valorar lo cotidiano cuando llegas a la tercera edad. Para ello se vale de un elenco de actores magnífico con una Vanessa Redgrave elegantemente joven pese a su edad, la siempre sólida Imelda Staunton, un gruñón entrañable encarnado por Joss Ackland y una deslumbrante Hayley Atwell, que es la espoleta causante del despertar de sentimientos, actitudes, intenciones guardadas durante mucho tiempo en el baúl de los recuerdos. A veces el cine parece sencillo, pero por la brillante sencillez del resultado.

Película pasable sobre tiempos navideños y propio para ver en tales fechas.

Trata de una residencia de ancianos, de las caras, para ancianos que se lo pueden permitir. La mujer que regenta la institución contrata a su hermana menor como sirvienta, y de repente tiene que ausentarse durante una semana dejando todo a su cargo. La joven hará cambios sorprendentes, sólo a base de comportarse tal como ella es y exigiendo a los ancianos que no jodan demasiado y se avengan a ser más cordiales y solidarios entre ellos, aprovechando que llega la Navidad (sí, la Navidad, esa fiesta religiosa, cristiana, casi mundial o católica, que celebramos en honor de un hombre llamado Jesús de Nazaret, nacido hace aproximadamente unos dos mil años).

Lo mejor de la película son sus reflexiones. Por ejemplo:

"No sé qué es peor si morir o ser el que observa al que se va sin poder hacer nada."

"No seas de esa clase de mujeres que cree que sólo puede hacer algo en la vida si tiene a un hombre a su lado."

"Sólo ves las cosas como son cuando estás a punto de irte."

De toda la vida de Dios me han dado un montón de repelús las historias de viejos cascarrabias que se van enterneciendo gracias a que llega alguien que les da cañita brava y los pone en su sitio haciéndoles ver lo tiranos e insoportables que son. Al respecto, véase mi crítica de "Paseando a Miss Daisy", donde pongo bien a caldo este tipo de historias y dejo bastante claro que el único final aceptable para ellas es cargarse a los viejos, y si es posible con terribles y acojonantes torturas previas.

Dicho esto tengo que reconocer que a mí esta peli me ha gustado bastante más que la de la aborrecible Miss Daisy. Y añado que me creo mucho más la transformación súbita de estas cacatúas que la de la susodicha y redicha Miss.

Bueno, no, no es verdad; lo cierto es que no me creo nada. Madre mía, confesar esto me va a costar fijo algún disgusto, pero tengo que reconocer que lo que me ha llegado al alma es el espíritu claramente navideño que destila este film, maxime cuando lo he visto en un momento igual de claramente antinavideño, como es el mes de mayo. Ésa ha sido mi perdición.

Os lo digo desde ya: nunca os pongáis a ver una película con reminiscencias navideñas fuera de temporada. Porque al no estar inmunizado contra el clásico empalagamiento de las fechas, te pilla por la espalda y a traición, y puede hasta tocar ese puntito tontorrón que todos tenemos (y si no, desmiéntemelo).

Si a eso le añades que las pelis de vejestorios tienen el aliciente de que puedes disfrutar de los últimos coletazos de auténticas bestias de la interpretación como Vanessa Redgrave (pedazo de tía, vieja y todo) o la grandísima Imelda Staunton, pues ya se explica perfectamente esta inesperada crítica llena de asquerosa benevolencia. Por ahí se va a librar Anthony Byrne, porque a mí en un día tonto como éste es muy difícil pillarme. Byrne, en la próxima iré mucho mejor armada contra tus vomitivas tácticas de seducción, que lo sepas.

Una medió lujosa residencia de ancianos, con gente problemática que acaba considerándose una familia.
Solo es esto, pero muy bien contando, con actores y actrices de primera y con una filosofía de la vida optimista y un poco ácida a la vez.
No es un peliculón, pero está hecha con maestría, emociona y tranquiliza.

Años antes de convertirse en la agente de S.H.I.E.L.D. Peggy Carter, la guapa Hayley Atwell participó en esta simpatica y preciosa película con ambiente navideño como telón de fondo. Junto a ella nos encontramos con al menos cuatro veteranos de renombre como son Vanessa Redgrave, Imelda Staunton, Brenda Fricker y Joss Ackland. El personaje de la Atwell, Ellie, durante las fiestas de Navidad va a hacerse cargo de la residencia que dirige su hermana. En un principio chocará con los gustos de sus inquilinos, pero, a medida que pasen los días, las cosas van a cambiar. Un film que contiene el espíritu navideño, pero se puede ver durante cualquier época del año. Sin duda es una película que, cuando la termines de visionar, te dejará con una sonrisa en la cara. Mi nota final es de 7/10.