Haz click aquí para copiar la URL

La promesa

Romance. Drama Alemania, 1912, poco antes de la Primera Guerra Mundial. Un joven licenciado de origen humilde se convierte en secretario y persona de confianza de un rico empresario del acero. El joven visita con frecuencia la casa de su jefe y allí conoce a su esposa, una mujer bella y reservada mucho más joven que su marido. Entre ellos surgirá una relación pasional tan secreta como platónica, pues él no se atreve a revelar sus sentimientos por ... [+]
1 2 3 4 >>
Críticas 16
Críticas ordenadas por utilidad
18 de junio de 2016
12 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Os he confesado alguna vez que amo a Rebecca Hall? Tal vez por su extraordinario parecido con una querida ex amiga... que me dejó colgado como un fuet sin previo aviso ni explicación..., pero ésa es otra historia. Rebecca es una actriz extraordinaria, debo deciros. La promesa es la adaptación de una novela de Stefan Zweig, cuya biografía, El mundo de ayer, debería ser de lectura obligatoria en colegios e institutos. Trata sobre la pasión amorosa entre una mujer y el protegido de su marido, una separación de seis o siete años, y el reencuentro definitivo. Es curiosa la escasa puntuación que recibe esta meritoria cinta tanto en FA como en IMDB. De esta última no me extraña, porque la mayoría estadounidense siempre hace añicos el buen cine, pero de FA me escama más. Ya sé que hablamos de un amor platónico, no consumado, y que esas cosas parecen raras hoy en día. Es como si las generaciones más jóvenes sólo pudieran imaginar las relaciones amorosas entre enculadas y felaciones (practicas ambas de lo más sano y estimulante), sin pensar en que pueden existir otras variantes. Al igual que en la sublime Carta de una desconocida, obra máxima de Max Ophüls, basada también en una novela de Sweig, los amantes, ella en Alemania, él en México, se comunican mediante largas cartas elegantes y contenidas. La espléndida fotografía de Eduardo Serra nos devuelve a los años del imperio austrohúngaro, a la Alemania anterior a la Primera Guerra Mundial. Es una paleta cromática que plasma con mimo la casa donde viven los protagonistas del drama, el jardín, los alrededores boscosos, a los acordes de una banda sonora magistral de Gabriel Yared, uno de los grandes compositores de la actualidad junto con Alexandre Desplat, también francés. Ya he hablado de Rebecca Hall, hermosa, pletórica de sensibilidad, de una sensualidad desaforada aunque no se le vea ni un centímetro de carne. El gran Alan Rickman, tristemente fallecido hace poco, le da la réplica como el marido, una lección de sobriedad y categoría actoral. En cambio, a Richard Madden, conocido por Juego de tronos, le viene grande el papel y se limita a poner cara de pena constantemente. Os pido que le concedáis una oportunidad a esta bonita película de época, narrada sin ruido ni furia, sino con sobriedad y glamour. No os arrepentiréis.
Eduardo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
29 de octubre de 2015
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
La promesa es un drama de época a la vieja usanza. Lo tiene todo para ser una gran historia de amor platónico entre dos personas no correspondidas y situada en los momentos anteriores a la Primera Guerra Mundial, pero lamentablemente se queda en el intento.

Parece que Leconte tiene prisa por empezar a contar el romance puesto que en prácticamente cinco minutos, ya tenemos desarrollado todo el planteamiento. En un suspiro nos muestra el primer día de trabajo de Friedrich y lo eficiente que es en él, la relación que tiene con su jefe y la grave enfermedad que sufre este, que le hará visitar con mucha frecuencia su casa y así conocer a Lotte, su mujer. La superficialidad presente al inicio de la película nos va a acompañar durante todo el metraje.

Ante la imposibilidad que tiene el personaje de Alan Rickman de moverse de la cama, la relación entre ambos jóvenes se volverá más cercana hasta el punto de surgir en ellos el deseo de tener algo más que una amistad. La película en este punto intenta avanzar sutilmente, con delicadeza; mostrándonos los momentos que pasan juntos y casi siempre bajo la mirada escondida del marido, que parece en todo momento consciente de lo que está ocurriendo. También se nos contará muy por encima el pasado de Friedrich y un pequeño romance que tiene con una criada de su antigua apartamento.

Las actuaciones de los personajes son muy contenidas, no intentan dar un paso en falso por miedo a ser descubiertos. Leconte quiere contagiarnos de la desesperación que empieza a aparecer en un romance que está destinado a no surgir, pero provoca el efecto contrario. Se denota una falta de química entre los dos personajes; solo es el de Rickman el que consigue provocar un cierto aire de intriga y pena. Rebecca Hall y Richard Madden son el sinónimo de frialdad; superficiales, planos y con una inexpresividad alarmante. Pero el problema no viene de sus actuaciones, sino de un guión impersonal y sin alma. Se niega a ser más profundo y a hacernos formar parte de la angustia que se vive en el ambiente. Da demasiada importancia a las cosas que se pueden contar en escasos minutos y zanja otras en un abrir y cerrar de ojos y que podrían haber dado mucho juego, como es el caso de la historia de amor con la criada.

Esta falta de complicidad que tenemos, se hace más latente en la parte más dramática de la obra, que corresponde con el viaje que debe hacer Friedrich por motivos de trabajo a México durante dos años. Y si aun no se ha echado más leña al fuego, esto se agravará aun más con el inicio de la primera Guerra Mundial y la imposibilidad de este para volver mientras dure el conflicto. Al final, uno se siente culpable por no sentir lo mismo que Lotte y permanecer indiferente ante todo.

El que aprueba con nota es el portugués Eduardo Serra que dota a la película de una fotografía muy viva. La banda sonora, aunque escasa, cumple con creces. En cuanto a la dirección, está envuelta en el convencionalismo imperante en este tipo de dramas, aunque Leconte se saca de la manga algunos zooms o ciertos movimientos laterales que descolocan a cualquiera y que nadie salvo él sabría responder el motivo de por qué decide usarlos.

La promesa se deja ver pero desde una gran distancia. No se hace pesada pero tampoco nos implicamos con lo que pasa en la pantalla.

https://cinedeautorblog.wordpress.com/2015/10/29/la-promesa-une-promesse/
cinedeautor
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
16 de noviembre de 2013
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de probar suerte con la animación en "Le magasin des suicides" (2012), Leconte vuelve al cine de imagen real con una de las películas proyectadas en el pasado Festival de Venecia y que ha tenido el honor de inagurar el Festival de Gijón este año. Lamentablemente "A Promise" es todo menos eso; porque nunca llega a prometer nada que vaya más allá de lo que se ve en la superficie, porque es -ante todo- torpe hasta conseguir que sintamos lástima por ella. El problema es que es uno de esos filmes que ni siquiera son tan malos como para generar malestar durante su visionado, ni mucho menos conseguir algo positivo al margen de lo que es habitual en este tipo de producciones de época (un correcto trabajo de producción, vestuario, etcétera).

Leconte trata de contarnos una historia 'como las de antes', algo que parece llevar persiguiendo en toda a su carrera, al menos en las películas que he visto de su filmografía. En "Le magasin des suicides", narraba una comedia negra en clave musical, dándole importancia a los números musicales -y la letra de las canciones- para hacer avanzar la historia. En "La chica del puente" (La fille sur le pont, 1999) recurría a un pulcro blanco y negro para abordar un no-romance circense que se ubicaba entre la nouvelle vague y el dibujo de los personajes de Fellini (particularmente, en La strada). Aquí el director francés busca una identificación con los códigos del melodrama aplicados a un contexto de drama de época ambientado en la segunda década del siglo XX, y haciendo de la I Guerra Mundial una herramienta contextual que afectará a sus personajes en mayor o menor medida. Todo esto podría recordar a la magnífica "The Deep Blue Sea" de Terence Davies, cambiando un conflicto por otro, pero los logros en ambos casos son muy diferentes.

Mientras que Davies sabía cómo exprimir los resortes del género para, a través de la mirada de su protagonista, crear un tejido de cierta entidad, Leconte es incapaz de que su figura central femenina sea realmente fuerte. El papel que le ha tocado cumplir a la pobre Rebecca Hall es demasiado plano, como para echarle todas las culpas a ella, pero lo del de Richard Madden (Robb Stark en Juego de Tronos) llega al ridículo. Como tercer vértice del triángulo amoroso tenemos a un siempre correcto Alan Rickman. Partiendo así de la base de que los actores no hacen más de lo que les es humanamente posible, porque todo está tremendamente desdibujado, quizá podríamos haber hablado de un film que subiera enteros gracias a la labor de su realizador. Pero no, abusa de las metáforas visuales obvias, eso cuando no roba iconografía de obras mayores, como "Grandes esperanzas". Al final el único que se gana el sueldo es Eduardo Serra en la fotografía, que consigue sacar algo de petroleo de los escenarios y del uso de la luz.

Habría que mencionar no obstante algo que hace Leconte y que personalmente me ha dejado bastante descolocado, y es el uso de un zoom de acercamiento bastante corto (apenas unos centímetros, como corrigiendo la distancia) en momentos totalmente arbitrarios. Eso cuando no mueve la cámara un poco hacia algún lado, como si quisiera recordarnos que sigue ahí, que pese a que el plano se mantiene fijo hay alguien detrás. La tontería del zoom es, de boba, inquietante. Así que algo es algo en una película que por lo demás no es totalmente descartable, que quizá pueda gustar a los seguidores acérrimos de los dramas de época independientemente de lo que cuente y el cómo lo hagan, pero que yo -personalmente- no recomendaría a nadie con un par de dedos de frente. La palabra clave sería "torpe".
Caith_Sith
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
6 de noviembre de 2015
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando el joven Friedrich Zeitz, de carácter humilde, austero y trabajador, recibe la propuesta de trabajar directamente para Karl Hoffmeister, jefe de una importante fábrica de acero, probablemente se imagina que ese será el techo al que puede aspirar en su vida. Pero tal ambición queda pronto superada cuando conoce a Lotte, la mujer del mencionado empresario, de tez bella e interesada en las artes; una dama de la cual es complicado no enamorarse. Basada en la novela Viaje al pasado, del mítico escritor alemán Stephan Zweig, La promesa (Une promesse) es un nuevo largometraje del prolífico director francés Patrice Leconte que, si bien no se cuenta entre los más reputados del país galo, suele recibir moderados elogios en la mayoría de sus trabajos. Este drama romántico de época, empero, no alcanza un nivel del todo satisfactorio.

Decimos tal cosa porque el romance que describe La promesa se torna infantil por varios momentos, merced a un guión cargado de tópicos que convierten poco a poco a la película en un producto excesivamente repipi. Rebecca Hall y Richard Madden resultan poco creíbles como enamorados, con gestos que de tan mojigatos terminan por cercenar cualquier opción de lograr empatizar. El personaje de Anna (la vecina de Friedrich), personaje inédito respecto a la novela original y que a priori parecía resultar bastante interesante, acaba ostentando muy poca presencia en pantalla, algo complicado de entender si tenemos en cuenta el mayor énfasis que se hace en la película sobre los personajes femeninos respecto de lo que el escritor alemán dispuso en el texto original.

Este amorío al límite tiene ciertas reminiscencias de aquel que Zweig retrató con mucho acierto en Carta de una desconocida, excepcional relato que luego sería llevado al cine de manera maravillosa por Max Öphuls. Utilizamos tal adjetivo no sólo por la propia calidad de la cinta, sino por cómo el director francés supo mantener la narrativa y el espíritu del libro sin traicionar las propias características del séptimo arte. Circunstancia en la que falla claramente Patrice Leconte, ya que esa pequeña sensibilidad se transforma en algo de un volumen claramente mayor, explicitando al máximo unos diálogos que habrían funcionado mejor si su contenido se hubiera tratado de manera más subrepticia.

Sorprendentemente, La promesa consigue remontar ligeramente el vuelo en la parte final. Los protagonistas cobran vida conforme las dificultades les acechan. Es tarde para construir un relato más sólido y entusiasta, pero el breve retrato que se hace sobre los comienzos del llamado período de entreguerras y, por tanto, los albores de la decadencia moral de Alemania, sí está a la altura de las circunstancias. Para ser más precisos, la película esboza esa época que Zweig tan bien describía en su obra, una era en la que Europa ya se estaba viniendo abajo irremediablemente con el desastre de la Gran Guerra y que acabaría de cavarse su fosa con el auge y el posterior avance de los totalitarismos. Esta idea queda expresada en una frase que Lotte pronuncia en un momento determinado de la cinta: “El mundo de ayer ha desaparecido (...) no puedo aguantar el presente”. Precioso homenaje que brinda Leconte a la novela/ensayo El mundo de ayer, reflexiones sobre la decadencia del viejo continente que el genial escritor alemán dejó escritos antes de cometer suicidio junto a su esposa, temerosos del avance nazi por el continente.

En cualquier caso, es necesario estar plenamente cautivado por el género para que La promesa llegue a enganchar. Aun obviando la escasa química entre los actores y los claros altibajos de guión, el problema principal de la cinta de Patrice Leconte es que pretenda contar en hora y media lo que un relato resume en pocas páginas, sin saber edulcorar a su película de los suficientes añadidos como para mantener el pulso romántico de la trama. Hay que quedarse, eso sí, con la estupenda ambientación y la más que decente puesta en escena de su director.


Álvaro Casanova - @Alvcasanova
Crítica para www.cinemaldito.com (@CineMaldito)
Kasanovic
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8 de noviembre de 2015
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Amor contenido y comedido, que nos recordará en algunos pasajes a la brillante Lo que queda del día, es lo que nos muestra esta película francesa a lo largo de noventa minutos rebosantes de una incertidumbre que puede atrapar de forma vehemente al espectador, o agotarle de tanto esperar algo relevante. La dulzura e inocencia de su pareja protagonista son los factores esenciales que sirven para que conectemos con una tierna y sencilla historia sin pretensiones que no hurga en el sentimentalismo. Ciertos recursos de cámara descolocan en varias escenas, pero no enturbian una película agradable que por desgracia llega con mucho retraso a nuestro país.

Más mini críticas en cinedepatio.com
Cine de Patio
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 2 3 4 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow