Proyecto Dos

Decía el gran Rafael Azcona que hay dos tipos de cine: el cine que viene de la vida, que era el que a él le interesaba, y el cine que viene del cine, que no le estimulaba en absoluto, no quería saber nada de él. A mí personalmente ambos me parecen que tienen sus cosas buenas, el cine de la vida suele ser más interesante, pero también el cine del cine puede dar muestras de una grandísima calidad en todos los aspectos.

Pero hay otro tipo de cine, que se enmarcaría dentro del cine que viene del propio cine: el cine procedente del cine malo. "Proyecto Dos" se clasificaría en este subgrupo, y es que la cinta es un total despropósito a todos los niveles: artístico, técnico, dirección... Un bodrio de medidas considerables.

Para empezar, las actuaciones de los actores son pésimas y en gran parte del metraje bastante risibles, llegando a dar vergüenza en demasiadas ocasiones. Adriá Collado intenta meterse en la piel de un científico acosado por problemas de memoria, concretamente por la aparición repentina de "deja vues" que le traen por el camino de la amargura. Una amargura que comparte con el espectador, pues en ningún momento sabe darle el tono requerido al personaje, convirtiendo pues su actuación en un simple poner caras, correr y gritar.

Lucía Jiménez está completamente desconocida en este filme: la competente actriz parece aquí sacada de algún telefilme malo, poseedora de muchas de las "perlas" del guión. Un guión que hace agua por todos lados, que no se sostiene y que cuenta con giros y recursos narrativos del todo absurdos y cutres (véase el principio de la película y el final). Por otro lado, la decisión de contar con actores españoles para hacer de extranjeros es respetable, claro que sí, pero siempre y cuando se logre una mínima verosimilitud, dejada aquí de lado en pos de la ridiculez extrema. Además, el hecho de doblar a una de las actrices (desconozco el motivo) queda raro al oído, y no ayuda a creerse la película.

Una galería de secundarios bastante pobres no hace sino perjudicar aún más (si cabe) la experiencia de tener que soportar esta insoportable película, valga la redundancia. Por resaltar algo "bueno", el comienzo engaña y parece que el filme va a seguir un camino atractivo, al tratar el interesantísimo tema de los "deja vu" como lo que son, alteraciones del cerebro (y no conspiraciones gubernamentales, como sucedía en la película de mismo nombre que el efecto).

Pesada, mareante, patética, larga hasta decir basta... este "Proyecto Dos" da desgraciadamente la razón a aquellos que dicen que nunca sale nada bueno del cine español. Yo soy el primero que lo defiende, pero con cosas como ésta... Como dijo Azcona, "a mí el cine que sale del cine no me interesa para nada, no lo quiero".

"Proyecto Dos", no lo queremos.

Pude verla (para mi desgracia) en un test screening.

Y hay que decir que da vergüenza ajena: rusos interpretados por españoles (que provocan la hilaridad por lo patéticos que resultan) , onliners que no funcionan, estilo visual de thriller televisivo hispánico (a lo "Cuenta atrás" o "Policías"), secuencias de acción con presupuesto bajo cero (llega a haber una persecución en un polígono industrial sin tráfico), interpretaciones penosas (verbigracia: Lucía Jimenez), personajes anglosajones que no pega ni con cola y una trama tan rebuscada como fallida y previsible.

Apenas sirve para proyectarse como TV movie en un hueco de la parrilla televisiva nacional.

NO LA VEAN.

LO DIGO EN SERIO: NO... LA... VEAN.

NOTA: Parece que que los tíos de Hollywood han comprado los derechos para hacer un remake hollywoodiense. Surrealista.

¿Existe una definición de mala película? Quizás eso sea tan difícil como intentar definir también lo que significa una buena película. Las películas, como las opiniones (o los culos), son algo personal e intransferible. No obstante, aquí y ahora, me arriesgo a asegurar con toda la fuerza que la siesta me ha proporcionado, que “Proyecto Dos” es una película realmente mala. Vayamos por partes: el guión es de un previsible y una simpleza que asusta, la resolución argumental es cercana a la de "Teo va al parque” y los personajes aparecen y desaparecen sin una línea clara que ayude al espectador y le rescate del sueño mas profundo. Sigamos: la dirección es nefasta, Guillermo Fernández Groizard debió creerse un Tony Scott patrio y utiliza el montaje de una forma tan abrumadora que acaba por marear y aburrir, se supone que todo ese montaje atropellado es para dejar sin respiración al espectador y que diga "¡Guau, esto parece una película norteamericana" aunque lo pretenda conseguir a costa de crear un ataque epiléptico en sus espectadores. Es uno de los montajes más pretenciosos e innecesarios que he visto en años. Y no: la pobreza de medios no se puede suplir con magia cinematográfica de este tipo. ¿Y los actores? Ninguno parece creerse su papel más allá de un voluntarioso Adrià Collado que parece querer empujar la película a base de poner una cara de sorpresa tras otra. Los actores tampoco funcionan e incluso el director logra lo imposible: que Josep María Pou esté ridiculo fingiendo un delirante acento argentino. El resto es todo igual de mediocre en una película sobre identidades y experimentos donde uno no entiende nada y cuando comienza a entenderlo, ha perdido ya todo el interés. Tony Scott que estás en los cielos, baja y dile a este patán que así no se rueda un thriller de acción, gracias.

En la línea de las últimas películas españolas que llegan a la cartelera. El guión aún siendo original no está muy bien llevado por el director ya que abusa mucho del flashback y en ocasiones eso puede llegar a marear al espectador. También el cambio de idiomas y el triste acento "ruso de Alcobendas" de alguno de los actores deja mucho que desear. Si pueden evítenla.

Como estudiante de biología que soy, me gustaría decir que me ha sorprendido 'Proyecto Dos'. En clase, oí algunos comentarios acerca de la película, ya que, al parecer, la cátedra de la Complutense había sido consultada a la hora de escribirse el guión.

Todo esto le da a la película un empaque particular dentro de la ciencia ficción y, además, es muy amena y con un ritmo impresionante. Mucho mejor hecha que la media del cine español: recuerda algo a Amenábar y a series de televisión como '24'.