Haz click aquí para copiar la URL

Muerte de un ciclista

Cine negro. Drama Un profesor de universidad y su amante, una mujer casada de la alta burguesía, atropellan accidentalmente a un ciclista. Temerorosos de que se descubra el adulterio, deciden ocultar el trágico accidente. (FILMAFFINITY)
1 2 3 4 10 20 21 >>
Críticas 101
Críticas ordenadas por utilidad
3 de julio de 2009
161 de 172 usuarios han encontrado esta crítica útil
1) En la España de la posguerra un abismo separaba a la minoría rica, en coche, del resto: pobre, a pie o en bicicleta.
A las afueras de Madrid, un páramo desierto con algún árbol esquemático, un Fiat negro embiste a un ciclista en el borde de allá de una curva. Por los pelos oculto al espectador.

—Tengo miedo.
—Nadie nos ha visto.

El escondido suceso sacudirá las respectivas vidas de la pareja del coche. Habrá que ver si lo que les une es amor, pasión o pasatiempo.
Ella (bella Lucía Bosé) es una joven casada con un empresario enriquecido, un próspero oligarca (el actor, Otello Toso, da perfectamente el tipo). En el amante soltero (Alberto Closas), profesor universitario, el malestar es crónico, y el conflicto le lleva al límite del equilibrio.

2) Ambos dramas personales se desarrollan en paralelo, con un fuerte trenzado argumental que se va tensando al máximo. Llegan los sobresaltos, el cínico sin escrúpulos, el sibilino chantaje, las conversaciones clandestinas. Culpa y paranoia…
Salta el dilema ético: principios versus supervivencia.
El amor clandestino se convierte en símbolo. Conforme avanza, el relato va dejando de ser simplemente intimista y va ganando en cada plano resonancia social e histórica; traza un escenario de creciente amplitud. Logra una vibrante biopsia de un país convaleciente.

La guerra vacía a los tipos por dentro, se oye en cierto momento, conmovedor.

3) Los diálogos cortos y directos se ciñen centralmente a la narración. La hacen progresar con limpia fuerza, a golpe también de miradas dramáticas, intensos primeros planos, y primerísimos.
Se añade la recia fotografía de un Madrid barojiano, en gris y negro más que en blanco y negro: corralas, barriadas populares desvencijadas, poblados míseros. De fondo, una flaca música de timbres de bicicleta.

4) La censura impuso ‘manu militari’ un final adoctrinador, moralizante. Lo prohibido no existe. La película, que reflejó las primeras revueltas estudiantiles, quedó seriamente desvirtuada.
Pero el remiendo no mengua la hazaña de Bardem: en un país bajo vigilancia policial y sin embajadores, internacionalmente aislado, filmó con el corazón artístico en un puño, a la altura del cine europeo de vanguardia.
Archilupo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
21 de julio de 2009
87 de 100 usuarios han encontrado esta crítica útil
Film clásico del cine español, realizado por Juan Antonio Bardem (Madrid, 1922-2002). El guión, del propio Bardem, desarrolla un argumento de Luis Fernando de Igoa. Se rueda entre el 29-IX-1954 y febrero de 1955, en escenarios exteriores naturales de Madrid y en los platós de los Estudios Chamartín (Madrid). Gana el premio de la crítica internacional (FIPRESCI) del Festival de Cannes. Producido por Manuel J. Goyanes (“Calle Mayor”, 1956) para Guión Films (Madrid), Suevia (Madrid) y Trionfal Cine (Roma), se proyecta por primera vez en público el 9-V-1955 (Festival Cannes).

La acción dramática tiene lugar en Madrid y alrededores, durante unas pocas semanas del invierno de 1955. María José de Castro (Bosé) y Juan Fernández Soler (Closas) son dos antiguos novios de juventud, que tras la Guerra Civil y la boda de ella con un rico industrial, Miguel de Castro (Toso), mantienen una relación amorosa continuada. Cuando una madrugada invernal regresan en el coche de ella, un SEAT 1400, de la posada donde han pasado la noche, en un cambio de rasante atropellan a un ciclista, un obrero metalúrgico, al que abandonan aún con vida, sin informar a la policía para evitar ser investigados. Él es soltero, vive con su madre, participó en la Guerra Civil como alférez provisional y consume su tiempo libre en fiestas, reuniones sociales, cenas de postín, etc. Es una persona superficial, sin rumbo, sin aspiraciones y sin ideales. Ella es interesada, fría, egoísta, codiciosa, elegante y atractiva.

El film desarrolla un potente drama, que suma el de María José, preocupada por su seguridad y por las amenazas de chantaje de un villano, Rafael Sandoval (Casaravilla), y el de Juan, poseído por los remordimientos y una gradual toma de conciencia de la realidad social del país. Con elementos sencillos y escuetos, el film mantiene un suspense sin fin, que va enrareciendo el ambiente y creando una atmósfera asfixiante, de opresión, amenaza y malos augurios.

El objetivo del film no es narrar, con solvencia y eficacia, un caso policial o de intriga criminal, como hace y hace muy bien, sino anunciar la proximidad de un cambio. La clase dominante, sostenida y amparada por el franquismo, minada por el egoísmo, la hipocresía, el culto a las apariencias y la doble moral, se va a ver en un futuro no lejano desbordada por la emergencia de una juventud nueva, generosa, solidaria y libre de prejuicios. La toma de conciencia de Juan se manifiesta en el sentido de constatar la inviabilidad de la mediocridad de los poderosos y la fuerza de los jóvenes, como su alumna Matilde Luque Sandoval (Corrà) y sus compañeros de Facultad. Pasados los años se comprende mejor que Bardem, en los años oscuros de la opresión totalitaria, los presos políticos, el aislamiento internacional, la pobreza, el subdesarrollo, la autarquía y la vida ciudadana bajo permanente vigilancia policial y política, conciba un sueño, que era el de muchos.

(Sigue sin “spoilers”)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Miquel
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
18 de septiembre de 2007
86 de 108 usuarios han encontrado esta crítica útil
... y poco más que añadir... La claustrofobia de una época rancia retratada con destreza; una obra que cobra con el tiempo, y lo que le queda, su auténtico significado.

Y un director de cine, Bardem, con fama de ser técnicamente limitado (supongo que El Puente y pelis así, tendrán la culpa), pero que en esta cinta demuestra una preocupación y un cuidado exquisito en la composición de los planos.

Un meticuloso Bardem en consecuencia; tanto en la factura que genera un enorme clima de opresión, como en el análisis de una época que se alimentaba de miedo, nepotismo y silencios. Un autor ética y estéticamente comprometido.

El director tomó buena nota de El Delator de John Ford, la peli que le encaminó al cine, y plasmó esas inquietudes y esas pretensiones con la convicción del que sabe que lo que hace no lo hace por vocación únicamente, sino por obligación moral para con los demás; para consigo mismo.
Bloomsday
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
31 de agosto de 2005
54 de 67 usuarios han encontrado esta crítica útil
Historia sobre el remordimiento y la culpa que arrastran Juan y María José, muy bien encarnados por Alberto Closas y Lucía Bosé, después del inquietante comienzo donde atropellan a un ciclista. Un sencillo argumento que da pie a escrutar el interior humano y sus reacciones, dejando ver cómo un acontecimiento fortuito puede remover toda una vida para terminar subrayando esa clásica moraleja de la que ya Dostoievski nos hablara con maestría: el que la hace la paga.

Con influencias del neorrealismo italiano y del cine negro estadounidense, Bardem introduce un retrato social de las consecuencias de los años del franquismo y al mismo tiempo crea un entorno asfixiante que rodea a los protagonistas hasta la tragedia.

Aunque sufriera la censura e incluso llegase a prohibirse su proyección, este trabajo conserva toda su frescura y se convirtió no sólo en un éxito internacional con su reconocimiento en Cannes, sino en uno de los clásicos imprescindibles del cine español.
Pedro
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
19 de noviembre de 2007
38 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que este gran film de Juan Antonio Bardem es deudor de "Cronaca d'un amore" del maestro Antonioni, nadie lo pone en duda. Pero Bardem lo mejora: es muy superior a su predecesora. Sorprendió en Cannes en 1955 y se llevó el premio. Pese a retratar una época, puede ser muy bien una película intemporal, puesto que el detonante moral, el egoísmo de las altas burguesías sociales, y las crisis de conciencia, permanecen en el tiempo de los hombres, hoy lo mismo que ayer. "Muerte de un ciclista" tiene ese aura de un cine que, precedido de tanta rancia y folklórica frustración en la deprimente España de posguerra, madura por primera vez y se hace adulto. El ojo de Bardem recorre ese Madrid grisáceo, de húmedos adoquinados, sus barrios empobrecidos, y esos aledaños paisajes desolados, con la misma fuerza que un entusiasta del thriller. Pero es más que eso. La película es como un documento precioso de esas interioridades arruinadas por una repugnante guerra civil, que daría larga vida a las nuevas miserias éticas de sus vencedores. Sus capas sociales son atarugadas, vomitativas (y hasta criminales inconfesas). Closas las aguanta hasta en el Noticiario Cinematográfico, y ha de contener sus náuseas. Su beatería y sus fiestas benéficas ("¡para los niños pobres, para los niños tontos!" exclama irónica y burlonamente una reaccionaria e insoportable amiga de la Bosé) son como una parábola de aquella putrefacta sociedad adinerada y, por supuesto, adicta al régimen franquista. Alberto Closas demostró su gran categoría de actor. Su carrera (¡a la fuerza ahorcan!) tomó un rumbo equivocado al dedicarse a la comedia. A Lucía Bosé (exquisitamente doblada por Elsa Fábregas) Bardem la cuida, la mima. Está mejorada, muy superior a su etapa italiana. Guapísima y excelente como actriz. Se la tuvieron que cargar al final, no por conservadora egocéntrica y asesina, ¡sino por adúltera!. ¡Las "moralinas alcanforadas" de la censura eclesiástica no perdonaban!, aunque, en lo que respecta a la parte estatal, se despistaron un tanto con la huelga estudiantil. Carlos Casaravilla (en su mejor papel) es el Pepito Grillo perfecto, un aldabonazo necesario, aunque inútil, a la conciencia de aquellas capas pestilentes. El apogeo de miradas, de dudas, miedos y enfrentamientos, en el tiberio que se organiza en el "tablao flamenco", es electrizante, ¡genial!; una traducción definitiva de las crisis de sus personajes que, por un momento, parece que van a destrozarse los unos a los otros. Bardem fue valiente, polémico. Y su llamada, ¡apremiante!, a que Europa se solidarizara con el buen cine que podía hacerse en nuestro país, aún nos conmueve y admira. Fue un estilista prestigioso e inolvidable. "Muerte de un ciclista" será tan eterna y perfecta como cualquier monumento indeleble al paso del tiempo.
pablo garcia del pino
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 2 3 4 10 20 21 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow