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Perder la razón

Drama Un generoso médico lleva a Bélgica a un joven marroquí, a quien educa como si fuera su hijo. Cuando el joven se enamora y decide fundar una familia, su esposa se encuentra encerrada en un clima afectivo irrespirable que tendrá un desarrollo insidioso. Con la llegada de los hijos, la pareja se hace cada vez más dependiente del médico. El altruismo sin límites del doctor se convierte en poder. (FILMAFFINITY)
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Críticas 26
Críticas ordenadas por utilidad
26 de agosto de 2013
21 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Extraordinaria película, emparentada con el cine de los hermanos Dardenne, en la que las elipsis narrativas se convierten en el auténtico protagonista. Lo que no vemos durante la proyección es lo más importante, nosotros sólo accedemos a la superficie cotidiana.Todos los temas apuntados y combinados (no era nada fácil) de manera asombrosa, convergen en la desintegración física y moral de la protagonista: una sensacional y prodigiosa ÉMILIE DEQUENNE.
Normas sociales ejemplificadas por la familia como núcleo de destrucción, de machismo (el marido), de poder de clase (el médico), que acaban aniquilando el sentido de la vida humana: la libertad, la inocencia, la identidad y la belleza. Soberbio el plano-secuencia en que la protagonista conduce, canta una canción y se derrumba emocionalmente; para pasar en todas las escuelas de cine.
La película se estructura en secuencias muy breves, perfectas en sí mismas, pero además cada una de ellas aporta algo a la anterior y sumerge gradualmente al espectador en la inquietud y el desasosiego. A ello se une la utilización de la banda sonora.
Cine de verdad, auténtico, con esa marca existencialista (no de pose) que nos recuerda a los mejores. Cine despojado de estupidez. GRAN CINE.
rambleta44
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1 de septiembre de 2013
26 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta cinta belga aborda muchas ideas interesantes: las diferencias culturales entre Marruecos y Bélgica, la generosidad altruista de un médico soltero, el amor y su vertiginoso impulso atávico, la sumisión de la mujer en una sociedad sin empatía, la dificultad de ser madre sin ayuda ni apoyos, la dependencia económica, etc. Pero se queda en eso, un boceto arbitrario y rutinario de temas trascendentes en los que ni se ahonda, ni se detiene para mostrar alguna luz o proponer una reflexión original o provocativa.

Le película es seca y sobria y eso juega en su favor, pero de forma deliberada hurta información al espectador, le deja ayuno de datos vitales sin los cuales resulta imposible reconstruir o imaginar o especular sobre los motivos, las causas o las razones de la progresiva y desasosegante depresión y locura de su agobiada protagonista.

Al final - y tras una escena atroz que muestra en un fuera de cámara turbador la fatal consecuencia del descenso a los infiernos de su enajenada protagonista - queda un regusto insatisfactorio. El estilo visual está logrado, pero la narración naufraga estrepitosamente, al abandonar al espectador por completo, creyendo que el terrible desenlace cierra por sí solo los muchos y arbitrarios cabos sueltos que quedan por doquier.

Aceptable, interesante, curiosa y fallida. Una decepción que ni convence, ni perdura. Prescindible.
antonalva
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2 de diciembre de 2012
19 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Os imagináis un mundo en el que todos los directores fuesen Haneke? Habría suicidios en masa a la salida de las proyecciones. Ver cine sería un castigo y no un placer. Y no por la calidad de las obras, sino por el pesimismo que las rodearía. "Á perdre la raison" es una película que se ha escapado de este universo imaginario, un film que empieza de forma vitalista y que poco a poco va ennegreciéndose hasta alcanzar cotas de tragedia griega. O belga. Siguiendo los avatares de una extraña familia (formada por una mujer, un marido y el padrastro de éste), vamos viendo cómo el amor se rompe ("de tanto usarlo") con elementos como la inmigración de fondo. La película progresa a medida que este matrimonio se muestra -a saltos- recorriendo momentos clave en su vida, incluyendo el nacimiento de sus hijos y la degradación de la figura de la mujer protagonista.

Forzadísima en su tercer acto, aunque rara vez deja de ser interesante, la película se sostiene en la notable interpretación de Émilie Dequenne en un "papel caramelo" de esos complejos en los que hay que sufrir mucho, llevar maquillaje de envejecimiento y para afear un poco a la chica y que pienses "pobrecilla". Para que os hagáis una idea más clara: es un papel que parece escrito para que algún americano compre los derechos y le ofrezca protagonizarla a Kate Winslet, para darle su segundo Oscar. El resto de intérpretes principales (Tahar Rahim -Un profeta- y sobre todo el veterano Niels Arestrup) tambien cumplen con nota con papeles considerablemente menos dados a exhibirse. Una pena que "Á perdre la raison" termine por jugarse la carta arriesgada con un final tan terriblemente gratuito (bien filmado, eso sí, evitando el morbo) en lugar de conducir las cosas con un poco más de naturalidad. Para bien o para mal, en este mundo sólo hay un (buen) Haneke.
Caith_Sith
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26 de julio de 2015
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
No me gusta el cine/arte que da todo mascado al espectador. Ese cine burdo y redundante que todos conocemos y que es casi insultante porque considera al espectador no como un sujeto, sino como un objeto estúpido y manipulable. Ahora bien, una cosa es eso y otra dejar indefinidos los personajes.
Se limita a ser un ejercicio de estilo poco original porque, no es que tenga influencias y a partir de éstas busque un lenguaje propio y personal, sino que parece una amalgama de estilos muy reconocibles: a veces los hermanos Dardenne y otras el pope del cine de autor del momento, Michael Haneke. Por otro lado, el abuso de las elipsis y la narración "sutil" ni es nuevo ni logra los resultados deseados. La escena más trágica de la película no se comprendería sin la escena inicial y resultaría totalmente gratuita.
Además, tampoco se entiende que haya rodado la película con esa ambigüedad casi misteriosa ya que la historia parece bastante clara y la protagonista o no se entera porque es belga o no se quiere enterar y en ese caso, no hay drama ni conflicto. Incluso podríamos tratar el tema en tono de comedia negra.
En resumen, todo parece un poco caprichoso y pretencioso, aunque hay que decir que la película mantiene el interés hasta el final y el trabajo de los actores es excelente. Todos están muy bien, especialmente su protagonista que demuestra su talento dramático en la mejor escena de la película: la canción que escucha en el coche.
Bartleby
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12 de marzo de 2013
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuarto largometraje de Joachim Lafosse, director belga de películas como “Propiedad Privada” y “Éléve Libre”, en donde aborda algunos de los temas que trata en su último filme. Relaciones parentales, escrutinio del núcleo familiar, mujeres atrapadas, entre otros detalles recurrentes.

En esta oportunidad, dirigiré y coescribe el guión del filme, que cuenta la historia de una pareja, conformada por un joven marroquí que es apadrinado y criado por un médico belga y una joven que se enamora del joven, hasta que ambos deciden casarse. El médico se queda viviendo con la pareja y los apoya económicamente, sobre todo cuando empiezan a llegar los hijos. Pronto se darán cuenta que el médico empieza a entrometerse de forma exagerada en sus vidas, exigiendo agradecimiento.

El filme me ha parecido interesante. Es un melodrama que retrata y va relatando la vida de esta pareja, y como van surgiendo poco a poco los problemas, con la llegada de los hijos, con la monotonía, con la presencia de un tercero que reclama su autoridad.
Es un filme bastante correcto, que va subiendo de intensidad y dramatismo, a medida que avanza el metraje. Y tiene una culminación bastante dramática y anunciada.

La mayoría del metraje es muy lineal, pero se ve reforzada por sus excelentes actuaciones, encabezados por Émilie Dequenne (la inolvidable Rosetta), Tahar Rahim (protagonista de la excelente Un Profeta) y el veterano actor francés Niels Arestrup. Entre ellos mantienen y realzan la trama lineal.

En síntesis, un drama interesante, sobre aquellas personas que piensan que por alguna ayuda se sienten con el poder de controlar la vida de las otras personas, con excelentes actuaciones y una sorpresa final. Recomendada.

http://asbvirtualinfo.blogspot.com/2013/03/our-children-joachim-lafosse.html
Alejandro
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