Rampage: Francotirador en libertad

Lo siento por los detractores de Uwe Boll, pero esta vez no les va a quedar otra que tragar. "Rampage" es (por ahora) la cumbre en la carrera del proclamado Peor Director de la Historia del Cine, un título que jamás mereció pero que él, como un buen señor, aceptó con humor y tomándoselo a broma. Pero por si quedaba alguna duda, aquí nos llega su testamento filmado en película de oro, una pequeña sorpresa que mezcla sabiamente las obsesiones del cine independiente con componente social (pensad en el "Elephant" de Van Sant) con la espectacularidad y potencia visual de películas tan dispares como una de Michael Bay o "Falling Down" de Joel Schumacher.

"Rampage" se inicia con una secuencia en la que vemos a un joven quemar algo en una papelera. Mediante un flashback, se nos sitúa dos días antes y la historia da comienzo alternando el "presente" con varios saltos en el futuro, dándose un juego temporal tan extraño como al final satisfactorio. Este joven, uno de tantos oprimidos por unas reglas que marca la sociedad y que de ninguna forma comparte, decide cometer la locura de equiparse con una armadura kevlar, salir a la calle y limpiarla de basura. Sobra decir que con este punto de partida la película es violenta, a menudo de forma gratuita pero siempre con las ideas claras.

Notablemente postproducida (sorprende en una película de Herr Doktor, que suelen tener un acabado un poco cutrecillo, lo cual les da encanto), con cámara en mano, algún travelling curioso y una técnica depurada, aunque aún no del todo perfecta, Uwe sale adelante con la cabeza bien alta filmando una historia que estalla cuando la represión es llevada al límite, explotando violentamente en pantalla con un destello cegador e inusualmente sincero. Atrevida, sin recurrir al humor grueso de "Postal" y siempre desde la sobriedad narrativa, sorprende y mucho que se le haya hecho al vacío a una producción que no debería haber tenido problemas para ser proyectada en festivales de primera categoría como Cannes, pues guarda no pocos parecidos con otras obras como "Polytechnique" de Denis Villeneuve y es la evolución total de Uwe como auteur y no sólo como marca.

Por supuesto, también tiene mérito la irónica interpretación del protagonista, Brendan Fletcher, que se come la pantalla sin aparente esfuerzo. Los secundarios también están a buen nivel, de hecho, casi podríamos hablar de "Rampage" como el film de Boll con mejores interpretaciones hasta la fecha.

Afortunadamente, Uwe parece que mantendrá este tono en varias producciones aún por estrenar como el drama carcelario "Stoic" o la obra bélica "Darfur". Y ojo, que para este año prepara un biopic de un famoso boxeador alemán, "Max Schmeling". Es una pena que la siguiente producción de Uwe no haya salido tan bien parada (la convencional "The Final Storm"), quedándose por ahora "Rampage" como un oasis de calidad de un director al que sólo unos pocos le habíamos dado el margen de la duda. Y para todos nosotros, este es el premio.

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Nadie en su sano juicio diría que por fin Uwe Boll consiguió subir la valoración de sus películas por encima de un 2,5 o en sus mejores trabajos un 3,5. pero lo ha echo y no se lo puede quitar nadie. Curiosamente de todas sus películas infumables (que me eh fumado) la única que consiguió un pequeño reconocimiento fue Heart of América del 2002 sobre la matanza de Columbine, que hizo que la sociedad de autores alemana y el gobierno le dieran cheques en blanco para sus siguientes películas. Pues tanto esa película como esta son muy parecidas, un chico desencantado con la vida se arma hasta los dientes y siembra el terror en las calles.
Esta claro que al no poder rodar la misma película, a tenido que inventarse otra conclusión para el final, la cual me parece bastante acertada.

Se veía venir, sus 2 mejores películas curiosamente son las que produce el con su dinero, y es que jugar con el dinero de los demás esta bien, pero cuando metes tus cosmopavos, te esmeras más.

La casco un 6.

Se podría decir que esta es la primera película seria que he visto del amigo Uwe después de tres "adaptaciones" de videojuegos que ha hecho ("Alone in the Dark", "House of the Dead" y "BloodRayne").

Las anteriormente comentadas no es posible tomárselas en serio por lo que incluso a pesar de lo execrables que son resultan cómicas y hasta es recomendable verlas. Ésta sin embardo se aleja de la mediocridad.

¿Qué es lo que nos cuenta Uwe? Un chico de 23 años un poco especial decide, un buen día, parapetarse en su armadura hecha con kevlar y armado con un par de subfusiles decide matar a todo dios.

Una vez sabido esto entra curiosidad por saber cómo va a contar la historia nuestro imaginativo amigo, y hasta que empieza la acción pasan cerca de 20 minutos que sirven un poco de introducción un poco de rollo con algunos flashback. ¿Está mal eso? No, pero hay un detalle que me irrita.

Uwe mueve en exceso la cámara y eso me provoca fatiga y desgana, no hace que me meta en la película, hay un abuso de primeros planos. Un detalle que si estuviese subsanado haría ganar un par de puntos a la película.

Porque el argumento es cuanto menos original. Demasiada gente en el mundo, y por eso sobra bastante, un motivo para aniquilar. Cierto que exhibe bastante violencia, pero si no la hubiese seguro que el resultado hubiese sido peor.

El problema viene siendo que hablamos del gran Uwe, fácilmente distinguible, con un estilo único, ídolo de masas y brillante director, que aquí abandona algunos de sus signos de identidad. Sin embargo, tengo muchas esperanzas puestas en "Blubberella", promete bastante.

¡Qué demonios, la armadura arrasa!

«La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida. ¡Ay Dios!...» Esto lo cantaba el panameño Rubén Blades en su canción Pedro Navaja. Pues precisamente podría decirte que eso es justo lo que me ha pasado al visionar este filme dirigido por Uwe Boll. Antes de nada quiero enfatizar en que “Rampage” me ha parecido una buena película (sí, lo has leído bien y no me he equivocado al escribir). Nunca pensé que fuera a hablar bien de este director de cine tras haberme tragado sus infumables cintas (incluidas sus cuatro joyas de la corona: “House of the Dead”, “Alone in the Dark”, “Bloodrayne” y “En el nombre del rey”), pero lo cierto es que esta vez le ha salido un buen producto. Además, si no fuera por un par de cosillas que no han sido de mi agrado (las cuales describiré más adelante) incluso le daría más nota.

“Rampage” cuenta una historia sencilla pero que gusta, entretiene y que te hace pensar cuando termina. Por mucho que te pueda parecer una quimera, el amigo Uwe Boll lo ha clavado dirigiendo, montando y eligiendo el casting de este filme. No pienses dada la temática del producto que esto es una mera sucesión gratuita de tiros y explosiones. No, el guión tiene buenos diálogos, una trama bien hilvanada y alguna que otra escena de calidad (el pasaje de la peluquería y, sobre todo, el del bingo fueron impresionantes). Y quiero hacer un especial hincapié también en el “discursito” que da el psicópata en el desenlace (la verdad es que da miedo pensar que en este justo momento puede haber más de un pirado haciendo o planeando lo mismo que él).

¿Qué no me ha gustado? Pues sobre todo la puñetera cámara al hombro. No se ve un carajo de lo que pasa en muchas escenas de acción e incluso llega a marear en algunas ocasiones (no veo llegar el día en que deje de estar de moda esta forma de rodar, de verdad). Tampoco me ha molado mucho que digamos los saltos temporales que da la historia a modo de imágenes fugaces, ya que se hacen un poco repetitivos (aparte de que no se ve nada con nitidez por culpa de la dichosa cámara temblorosa). Y creo que eso es todo porque lo demás me ha resultado muy satisfactorio.

Y por mi parte poco más voy a añadir, “Rampage” es una digna película con la que seguro que disfrutarás. Desde luego es infinitamente mejor que los truños que suele hacer este hombre… para mí, sin duda, es su mejor película a muchísimos años luz de distancia de las demás.

“Tunnel Rats” provocó un punto de inflexión en la carrera de Uwe Boll. Tras media docena de infectas adaptaciones de videojuegos, saca a relucir su vena más autoral y nos regala una interesante película sobre la guerra de Vietnam (quizá la mejor de su filmografía). A partir de ese momento su filmografía de bifurca en dos caminos: uno que prosigue adaptando por las malas videojuegos y otro de un carácter más “auteur” en el que desenvuelve sus facetas como guionista además de como realizador. Este último, caracterizado casi siempre por una exacerbada utilización de la violencia y uso y abuso de la cámara en mano.

Con Rampage, Uwe se mete de lleno en la denuncia social, y logra sacar algo interesante del asunto. Pero se ve descompensada por algunas incoherencias en el guión y la propia realización del director, empeñado en ponerle un estilo clipero desproporcionado, que más que dar estilo, resulta molesto. El mareante movimiento de la cámara no hace sino certificar que esta técnica se ha convertido en refugio de realizadores sin talento, que justifican este estilo con un “es para darle verosimilitud al tema…” … hay que joderse. Boll no es Paul Greengass y en ningún momento es capaz de dotar de una narrativa coherente a la película.

Está bien podría ser una alegoría de un Uwe Boll que hasta los huevos de que la gente critique su cine de forma tan personal, se enfunde en una armadura de kevlar y no deje títere con cabeza. Venganza personal o no, lo que ha dejado claro el colega Boll, es que tonto no es, otra cosa es que le falte talento.

Rampage queda como una película interesante, de las mejores de la filmografía del alemán (cosa no muy difícil), que en manos de otro, podría haber sido algo mucho mejor.

-David Caride Films-