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The Lady in the Van

Drama. Comedia Un buen día, la señorita Shepherd (Maggie Smith), una mujer de orígenes inciertos, aparca su furgoneta en una acera de Londres, en el acceso a la casa del escritor Alan Bennett (Alex Jennings). Lo que al principio iba a ser algo temporal, un favor a regañadientes, se acaba convirtiendo en una relación que cambiará las vidas de ambos. (FILMAFFINITY)
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Críticas 21
Críticas ordenadas por utilidad
24 de abril de 2016
31 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vi hace muchos años, en Londres, esta obra de Alan Bennett llevada al teatro e interpretada también entonces por la incombustible Maggie Smith. No me pareció gran cosa, muy británica, con un fino humor que no acababa de cuajar y algo monocorde. Ahora nos llega su adaptación al cine, trasladada por su autor e interpretada por la actriz que la hizo triunfar sobre los escenarios. Y la sensación que me deja es análoga: no traspasa las limitaciones de su mínima premisa argumental, que ni evoluciona ni cambia, solo se repite desganada y exangüe durante un metraje excesivo. Se supone que es un estudio de caracteres, pero cuando éstos tienen tan poco interés como sus casi dos únicos protagonistas, se hace difícil aguantar en la butaca sin desear que algo cambie o se acelere con algún imprevisto o al menos el texto proporcione algunas frases memorables…

Pero todo es demasiado anodino, plano, irónico pero sin garra ni dirección, deslavazado, una serie de anécdotas encadenadas que apenas trascienden más allá de su ocre y desvaída inocencia. Es como asistir a la escritura del diario de un escritor sin una vida sugestiva digna de tal nombre y que se conforma con reproducir sucesos y chascarrillos deshilvanados con el deseo que la mera acumulación teja por sí misma un tapiz que alberge algún tesoro del devenir cotidiano de la acomodada burguesía londinense. Pero por mucha buena voluntad que se le ponga, el material es parco en sucesos dignos de tal nombre, se desarrolla con premiosa tozudez que acaba por agotar.

Hay algunos logros que resultan originales, como el desdoblamiento del protagonista en dos personajes, interpretados por el mismo actor: por una parte el laborioso escritor y por otra el insípido y reprimido ciudadano que malvive su vida estéril entre convenciones y banalidades. O también la interpretación de la luminosa Maggie Smith encarnando una existencia opaca, delirante y azotada por un sentimiento de culpa que la atenaza y atormenta desde hace décadas. Pero es poco bagaje para soportar un largometraje que no despega nunca y se mantiene en una corrección insulsa y epidérmica, carente de trascendencia o de pasión.

En definitiva, acierta con el tono de fábula inofensiva y resulta encantadora pese a sus notorias limitaciones dramáticas. Todo el interés reside en disfrutar de una actriz inconmensurable que pese a su edad – tiene ya los ochenta cumplidos – sigue proporcionando momentos de gloria para el agradecido espectador. Y poco más.
antonalva
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15 de abril de 2016
18 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
The Lady in the van, dirigida por Nicholas Hytner -director de La locura del rey Jorge y El crisol- es una película intrascendente, sin chispa. Los minutos van cayendo con aplomo sin que apenas sintamos nada. Aunque Maggie Smith lo intenta -es lo único salvable de la cinta y ya interpretó en los teatros este papel-, no consigue sacarnos del hastío y el aburrimiento de una historia que no cuenta nada salvo un par de variopintas anécdotas.

La relación creada entre la señorita Shepard y el señor Bennett no tiene ninguna credibilidad y eso a pesar de estar basada en hechos reales. No hay química entre ambos actores y en todo momento la historia no deja de ser algo puntual más de la vida cotidiana. No hay nada extraordinario en este relato. Ni siquiera convence la refinada ironía que caracteriza la obra de Bennett, que encarna a la perfección el british way of life del que se mofa y que queda retratado en unos insustanciales vecinos -como el papel de Jim Broadbent, otra vez desaprovechado-

Así pues se va consumiendo el trabajo de Hytner, entre la apatía y el aburrimiento. Una película, si acaso, para hacer más digerible la sobremesa y, por qué no, pegar una cabezadita en el sofá mientras dudamos de si era realmente necesario adaptar el texto de Bennett a la gran pantalla. Yo creo que no.

Más datos sobre esta y otras películas en el blog: http://argoderse.blogspot.com.es/
Y en Facebook: https://www.facebook.com/argodersecine/
Argoderse
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17 de agosto de 2019
12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuenta la historia real de Mary Shepherd, una anciana que vivió durante 15 años en una vieja furgoneta aparcada en una calle de Londres. El escritor Alan Bennett le permitió utilizar su entrada de manera temporal y...

Maggie Smith fue nominada a los Globos de Oro y Premios BAFTA en el año de producción. No se llevó ninguno, y es algo que sorprende por su magistral caracterización, ajustada en todo momento a lo que el personaje requería, con una sorprendente habilidad en la gestión de los tiempos y emociones, así como cuanto derivaba de un personaje tan singular como el que aquí se ofrece.

Solo ganó en Evening Standard British Film Awards, como mejor actriz.
LEUGIM
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20 de abril de 2016
11 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Casi cuarenta años después de ganar su segundo Oscar, Maggie Smith sigue demostrando lo portentosa actriz que es, transformando con su talante y desparpajo, una insípida película en algo con más sabor de lo que un poco arriesgado guión pretende. La historia, siempre amable y campechana, no capta demasiado nuestra atención, y aunque hace uso de algún que otro recurso peculiar, todo se desarrolla dentro de los cánones de una correcta comedia inglesa, con actuaciones formales incluidas. Una furgoneta cinematográfica, que con otra conductora al volante, se saldría descontroladamente de la carretera.

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Cine de Patio
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24 de abril de 2016
11 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
El dramaturgo, guionista y actor Alan Bennet en 1974 mantuvo una extraña relación con Miss Sheperd una ex-monja de avanzada edad que buscaba un lugar donde aparcar la vieja furgoneta que tenía por hogar, «levantó el freno de mano con tanta fuerza que no se movió durante 15 años» del patio del escritor. Bennet reflejo su encuentro con Miss Shepherd en una novela que después sería llevada al teatro, a la radio y en esta ocasión a la pantalla grande por el director Nicholas Hytner. El personaje de Miss Shepherd es interpretado por la actriz Maggy Smith que regala al espectador momentos entrañables, por otro lado, el actor Alex Jennings interpreta a Alan Bennet en su dualidad como escritor y como persona. Al iniciar la proyección se avisa al espectador de que The Lady in the Van es una historia real en su mayor parte, una realidad dibujada por la pluma del escritor y que en esta ocasión cobra forma a través del objetivo del director.

Una relación entre dos personajes excéntricos cada uno a su manera; Alan Bennet un escritor britanico con una dualidad de la que el mismo es consciente, entre su “yo” como persona y su “yo” como escritor, uno vive y el otro escribe lo que vive. Inmerso en una vida solitaria y monótona busca darle color a lo cotidiano trabajando en una obra sobre su madre. En ese momento aparece en escena la estrafalaria Miss Shepherd que huye bruscamente —de no sabemos que— en su deslumbrante furgoneta cargada de chatarra, hasta llegar a un barrio de clase medía donde busca el lugar ideal donde asentar los neumáticos de su hogar. A Miss Shepherd no le resulta fácil encontrar un lugar adecuado y entra en continuos conflictos con el vecindario, una mujer desarropada con un caracter hostil en un barrio donde todo gira alrededor de la apariencia. En ese lugar Bennet encuentra a Shepherd por la que siente una especie de atracción literaria, desde la distancia la observa hasta que sin darse cuenta termina enganchado por el personaje.

Alan Bennet nos cuenta su encuentro con Miss Shepherd modificando e inventa a su antojo. Observamos a la anciana vagabunda desde el “yo” escritor de Alan Bennet que dirige y habla con su otro “yo” conduciendo los acontecimientos y profundizando en la vida de la mujer. El autor interactúa con los personajes, parte de la realidad para crear la ficción. El escritor va descubriendo la vida de Miss Shepherd encontrando a la mujer que se encuentra en el debajo de ese aspecto desaliñado y mal oliente. Una mujer atormentada por la dura disciplina eclesiástica que oprimió su sensibilidad para la música hasta el punto de generar en ella un rechazo rotundo. Su paso por el convento la convirtió en la mujer hostil, desconfiada y fría que es en ese momento, una disciplina que destruyo sus emociones al acabar con su amor por las notas de un piano. Miss Shepherd era una mujer solitaria que encontró su lugar en la música y que desde que esta desapareció de su vida vagabundea en busca de un lugar donde poder descansar en paz.

La perfecta normalidad del barrio que se ve alterado por la presencia Miss Shepherd. Refleja la hipocresía de una clase media que busca mantener las apariencias con muestras de caridad hacía la vagabunda. Una situación que recuerda a Placido de Berlanga cuando los vecinos hacen una campaña para reflejar su bondad al ayudar a los mas necesitados «En navidad siente a un pobre en su mesa», una muestra de hipocresía donde realmente no importa la vida ni bienestar de la persona. Los vecinos regalan a Miss Shepherd una tarta a regañadientes, pero sin acercarse demasiado vaya a ser que les contagie la pobreza. Una mujer incomprendida que ha perdido todo, pero que conserva su orgullo y honor aunque haya sido arrastrada a vagabundear. Una historia humana con un tono de comedia que esconde en su interior el reflejo de una sociedad donde reina la incomprensión. La falta de empatía hacía el diferente, que se ve aislado y arrastrado al terrible agujero de la soledad que ahoga el alma. Todos necesitamos de la compañía, comprensión y tener alguien al lado. Una búsqueda desesperada no por bienes materiales sino por la solidaridad humana. Todo esto pareció entenderlo Alan Bennet tras 15 años al lado de Miss Shepherd que hicieron cambiar su vida abandonando la soledad del escritor. Porque a pesar de las diferencia social entre ambos personajes tenían algo en común, la soledad e incomprensión del mundo exterior.
NoTodoEsUSA
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