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Dolor y dinero

Comedia. Acción Miami, años 90. Daniel Lugo y Adrian Doorbal entrenan muy duro en el gimnasio cada día. Debido a su profesión como culturistas, dedican más tiempo a atender su cuerpo que a cualquier otra faceta que suponga un esfuerzo mental. Daniel adora el fitness, pero es un trabajo que no da mucho dinero, y pensar que toda su vida se dedicará a ello le agobia, por lo que decide pasar a la acción y dar un gran golpe. Los dos, junto con Paul, un ex ... [+]
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Críticas 135
Críticas ordenadas por utilidad
15 de agosto de 2013
64 de 82 usuarios han encontrado esta crítica útil
Durante gran parte de la última década, cuando alguien hablaba de Michael Bay lo hacía para decir acto seguido “el director de Transformers”, una saga que algunos crucificaron desde el inicio y que para los que nos gustó bastante su inicio se fue haciendo bastante difícil defender sus secuelas, en especial la tercera. Aunque parezca mentira, antes de eso tuvo vida, tuvo más películas y esta que nos ocupa es un reencuentro con ese cine de acción de los 90 que encandiló a muchos y que le dio un nombre. Algo alejadas quedan ya en el recuerdo cintas como La Roca o Bad Boys (de hecho me han dado ganas de verlas tras finalizar esta) pero parece que el director no ha perdido la mano para hacer cine de acción más de a pie y sin necesidad de recurrir a presupuestos estratosféricos o un apabullante despliegue visual.

Lo que nunca ha faltado en sus obras es una bandera americana ondeando al viento aunque en esta ocasión la arranque de su mástil y la arrastre a lo largo de todo su metraje. Aunque con un estilo completamente distinto en su ejecución y con un aire cómico mientras que la de Harmony Korine era mucho más deprimente, cuando salga en el mercado doméstico podrían venderla junto a Spring Breakers en un pack que se llamara “miccionando sobre el sueño americano”. Mark Wahlberg, Dwayne "The Rock" Johnson y Anthony Mackie son tres culturistas estúpidos y anabolizados que traman hacerse millonarios a cosa te robar a un cliente del gimnasio con la improvisación y el haber visto muchas películas como base de su estrategia. Un líder crédulo e influenciable que se cree inteligente, acompañado de dos secuaces que se limitarán a seguirlo y ser sus brazos ejecutores en un plan que hace aguas y se irá de madre desde el arranque. Aunque parezca mentira, está basada en hechos reales, cosa que nos recuerdan cuando la película más degenera por si no nos acordábamos de ello o nos parecía imposible.

Sea todo verdad o no, quizá el único “pero” que podría ponerle es que esté a punto de írsele de las manos y que quizá agradecería un recorte en el metraje. Por lo demás estamos ante una sátira a la sociedad americana, sus estamentos y su famoso sueño que resulta muy divertida y entretenida. Sus personajes son estúpidos pero eso no significa que la cinta lo sea y nos lo demuestra con constantes diálogos (y geniales reflexiones con voz en off) cargados de ingenio. Los tres protagonistas rinden a gran nivel con incluso diría papelón de alguno como "La Roca" Johnson, así cómo los secundarios entre los que podríamos destacar a un gran Tony Shalhoub, a alguno que siempre se agradece ver como es Ed Harris o a otros como Rebel Wilson que es una de las actrices de moda en lo que a comedia se refiere y es una pena que por ejemplo el siempre hilarante Ken Jeong no disfrute de más minutos en pantalla.

Grata sorpresa Dolor y Dinero, que resulta una película altamente disfrutable y que esconde más de lo que aparenta tras todos los músculos, silicona, anabolizantes y testosterona.

Nota: 7'4
Turbolover1984
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9 de septiembre de 2013
32 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
Asistimos a un brillante espectáculo de Bay que comprobamos es una entretenida sátira del mundo de las apariencias.
Bay se hace con ese tipo de gente que potencia sus músculos a base de disminuir sus neuronas, la pone a trabajar y consigue que a fuerza de velocidad de imagen se ganen la simpatía del espectador. Los personajes no son convencionales, es que el rollo éste es así. Puede que al principio tengas reparos con ellos pero si has elegido dolor, pues ya está.
Sorprendente Mark Wahlberg, un tío empeñado en seguir adelante con sus fructíferos planes y merece la pena seguirle. Excelente.
El Rock lo consigue también, un buenazo de hombre, es el típico tío que se encarga de las barbacoas mientras los demás beben cerveza. Eso sí, un poco irresponsable sí es...
El otro negrito buen tío también. Buen colaborador, como los de Sálvame. Un subnormal pero qué le vamos a hacer...
Ed Harris se sale. Con esos fríos ojos de escudriñar no es de extrañar que se pase la vida investigando.
Bay ha logrado un humor negro bastante original, una mezcla esperpéntica de carcelarios, hombres de negocios y rubias de silicona. Pasarás el rato, aunque tampoco se te va a descuajeringar la mandíbula a risotadas.
Se trata de ignorar al hombre gris, al hombre vulgar sin ganas de ser emprendedor. Ese hombre todos sabemos que no es un Hacedor y no sirve para nada, por eso es gris. No tiene autoestima. Dolor y dinero es también una muestra del fondo real de mucho lujo, de mucha apariencia y mucho chute. Es una crítica muy conveniente del mundo de los negocios fáciles. Y si no es una crítica por lo menos es un curioso entretenimiento sobre el tipo de gente egoísta que se dedica a ellos. Bien por Bay.
floïd blue
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4 de septiembre de 2013
32 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hubo un tiempo de mi adolescencia, situado a mediados de los 90, en que disfrutaba como un niño de aquellas megaproducciones de la pareja ”Don” Simpson y Jerry Bruckeimer. Sus films, llenos de golpes, persecuciones, cámaras superlentas, música cañera y donde hasta el actor más viejo y feo se convertía en cuasimodelo publicitario, eran como un pasto virgen para mi y para mis amigos en aquellos míticos viernes de estreno.

Películas como “La Roca“, “Con Air” o “Armageddon” eran como una vuelta a esa acción pura y dura de los años ochenta, sólo que mejor producidas y más vistosas a nivel visual.

En aquellos tiempos el director Michael Bay, que provenía del mundo del videoclip, se fue haciendo un nombre con las mencionadas “La Roca“, “Dos policías rebeldes” o “Armageddon“, pues dichas películas eran el mayor exponente del mejor cine de acción de aquellos años.

Todos recordamos la banda sonora de Hans Zimmer en “La Roca“, el épico final de Bruce Willis en “Armageddon” o el tandem formado por un Will Smith y un Martin Lawrence que bailaban y disparaban al compás de aquel mítico tema titulado “Shy Guy” de Diana King.

Pues bien, Michael Bay continuó cosechando éxitos gracias a películas algo más edulcoradas, vease “Pearl Harbor” o la muy correcta “La Isla“, si bien se fue deshinchando a toda velocidad a raíz de su involucración en la saga de “Transformers“.

Y el motivo de que este director fuera perdiendo casi todo mi interés no se debió a que sus últimos films no tuvieran la acción de sus primeros trabajos, ya que aún teníamos espectaculares persecuciones de coches (“La Isla” o “Transfomers“), y sí el hecho de que los fantásticos personajes de carne y hueso (ese capitán interpretado por Ed Harris en “La Roca“) se habían “transformado” en enormes robots creados por la ILM.

Con cada secuela más se desinflaba mi interés en el Bay director y más apreciaba su mano en producciones como “La matanza de Texas 2003/2004“.

Pues bueno, Michael Bay ha vuelto a las carteleras con esta “Dolor y Dinero” y he de decir que gracias a la misma ha conseguido que este servidor recupere buena parte de mi interés en sus proyectos como director.

Y no es que “Dolor y Dinero” no esté llena de esos tópicos que han adornado la trilogía de “Transformers” o sus recientes producciones, pues en la misma tenemos chicas despampanantes, cual vistoso florero, cómicos y cargantes personajes secundarios, giros de cámara de 360º y muchos deslumbramientos solares. Lo que hace que este film consiga mi aprecio y todo mi interés es el hecho de que esta cinta es el trabajo más honesto de Michael Bay, muy divertido, muy entretenido y con interesantes interpretaciones.

El film es una hilarante locura, un golpe a los sentidos gracias a una poderosa factura visual, y todo ello complementado con las geniales interpretaciones del delirante trío formado por Mark Wahlberg, Dwayne Johnson y Anthony Mackie.

Los tres protagonistas están geniales, si bien destaco a un mazado Wahlberg, que durante 115 minutos consigue hacernos olvidar sus variados descalabros cinematográficos, y a un Dawyne Johnson que demuestra sus enormes dotes en el plano de la comedia.

Junto a este trío también quisiera destacar a secundarios como Rebel Wilson, con esa gordita tan picante y graciosa, a Tony Shalhoub interpretando al típico payasete a lo John Turturro o John Malkovich de la saga de “Transformers“, y a un Ed Harris que en manos de Michael Bay vuelve a convertirse en uno de los aciertos del film (enorme presencia en pantalla y acertado doblaje al castellano).

El film, como digo, es una divertida y desfasada locura, que recordará al genial film de los Cohen (“Quemar después de leer“) y con un argumento supuestamente basado en hechos reales.

En el plano técnico no hay nada que reprochar, pues en toda producción en la que intervenga Michael Bay siempre tendremos magníficos planos, ángulos de cámara imposibles, curradas escenas de acción y más testosterona que la presente en el gimnasio donde se machacan los protagonistas.

Lo mejor: Que sea tan desfasada, loca y divertida, el renacer de Mark Wahlberg, Dawyne Johnson, Ed Harris y el aspecto visual.
Lo peor: Que Michael Bay siga pendiente de Optimus Prime y Megatron.
John Doe Movie Reviews
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17 de septiembre de 2013
22 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
160*(07/14/09/13) El aparatoso realizador Michael Bay da un giro radical a su filmografía con esta cruenta crítica al Sueño Americano, una sátira que arremete contra la superficialidad pomposa a la que aspiran muchos, una comedia negra de perfil ácido, con momentos de gran humor, sobre todo si tenemos en cuenta que lo que se cuenta está basado en hechos reales, lo que vemos no dista mucho de lo que realmente sucedió.
El escenario es Miami en 1994, el protagonista es Daniel Lugo (buen Mark Whalberg), un fanático culturista monitor en un gimnasio, que todo lo que tiene de músculo le falta de neuronas, un narcisista egocéntrico que tras una conferencia de autoayuda de un gurú charlatán (buen Ken Yeong) decide asaltar el Sueño Americano, para ello decide secuestrar a uno de sus clientes, el millonario y arrogante Victor Kershaw (buen Tony Shalhuab), requiere la ayuda de dos culturistas más, Adrian Doorbal (buen Anthony Mackie), tipo con impotenciapor los esteroides tomados y obsesionado con las mujeres obesas, se ha enamorado de Robin (buena Rebel Wilson) y Paul Doyle (buen Dwayne Johnson), un ex-presidiario cocainómano y muy religioso. Tras algún intento abortado por lo cafres que son lo raptan, torturándolo para que le cedan por contrato todo lo que tiene, después tienen pensado eliminarlo, pero son unos tarugos, entre los 3 no suman medio cerebro. En la historia tendrá importancia un detective, Ed Dubois (buen Ed Harris) y una stripper rumana, Sorina (impresionante Bar Paly).
Los guionistas Christopher Markus (‘Capitán América’) y Stephen McFeely (‘Las Crónicas De Narnia’) se basan en una serie de artículos del periodista Pete Collins publicados en 1999 en el Miami New Times sobre estos tarugos de criminales, esto el realizador lo convierte en una sátira en la que no deja pie con cabeza. Michael Bay con un presupuesto de 25 millones (250 costó la última secuela de ‘Transformers’, Whalberg y Johnson cobraron en porcentaje de taquilla) consigue una cinta rebosante de ritmo, trepidante, que te atrapa desde su arrollador inicio, Whalberg está haciendo abdominales en una pared, los Swat aparecen y sale huyendo por techos de edificios, la nerviosa cámara le sigue, atraviesa una cuerda de ropa tendida, salta desde gran altura a un contenedor de basura, la imagen va en slow, aparece sobreimpresionado el título, y dice la frase <Me llamo Daniel Lugo y creo en el fitness>, hasta que es impactado por un coche, la acción retrocede 6 meses atrás para conocer a Daniel Lugo escuchando en off sus pensamientos sobre como un buen americano debe estar cachas, lo contrario es antipatriótico, cree que si te esfuerzas tienes derecho a todo, sus ídolos son Vito Corleone, Tony Montana y Rocky balboa, ya te ha ganado el personaje por su ingenuidad y frivolidad.
Bay se había distinguido por hacer films megapatrióticos como ‘Pearl Harbor’ o ‘Armaggedon’, aquí le da un zás en toda la boca con este arsenal contra la cultura de las apariencias, del culto al cuerpo, de lo fatuo, del dinero fácil, juega a ser una mezcla eficaz de los Coen y Tarantino. El motor son tres perdedores que son la representación de las aspiraciones por alcanzar el éxito, se creen con el derecho a tenerlo pues tienen un cuerpo espléndido. Esto derivará en una comedia negrísima, llena de momentos delirantes, con diálogos chisposos, situaciones hilarantes, ello con reflexiones mordaces sobre la religión, sobre el culto al cuerpo, sobre el Sueño Americano, sobre hedonismo. Bay consigue una ingeniosa parodia sobre los crímenes perfectos con escenas de un humor oscurísimo, rozando lo absurdo, aunque Bay nos tenga que recordar con un sobreimpresionado que lo que vemos pasó en realidad, se atreve incluso a reírse de sí mismo cuando pone en boca de Daniel que sabe lo que hace pues ha visto mucho cine.
La cinta posee un ritmo endiablado proveniente del estilo videoclipero de Michael Bay, esto funciona a medias, abusa del slow, del congelado, de los giros, de los zooms, los primeros planos, debería aprender a serenarse de vez en cuando, termina por atiborrar al espectador, aunque de vez en cuando construye secuencias brillantes, el antes referido inicio, la charla del gurú, el flash-back que cuenta el pasado de Paul Doyle, el flash-back que cuenta el de Sorina, cuando van a comprar armas, cuando intentan asesinar a Victor, el tramo con los niños en el basket y con las pesas, los surrealistas problemas que tuvieron con unas motosierras (es real), o la singular barbacoa de Paul, ingenioso el uso del sobreimpresionado en medio de alguna escena, en una para recordar que por inverosímil que parezca lo que vemos pasó, y otra vez es usado para reflejar los efectos del consumo de cocaína, son algunos de los grandes momentos del film que te dejaran un gran sabor de boca. Por cierto, quedaros a ver los títulos de crédito y veréis a los verdaderos antihéroes de la cinta.

A la película le falta para ser redonda, además del abuso efectista de su estilo visual, está su desmedido metraje, le falta capacidad de síntesis con lo que el metraje ganaría en solidez y no tendríamos en ciertos pasajes la impresión de estancamiento. También le sobran un par de escenas en las que sobrepasa la coherencia, de hecho no ocurrieron en la realidad (spoiler). Asimismo hay momentos en que el tono de agricomedia se desequilibra. (continua en spoiler por falta de espacio)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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26 de febrero de 2017
18 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque mi calificación sea un 6, no puedo considerar esta película como un trabajo interesante. Esa no sería mi calificación.

DOLOR Y DINERO, es un proyecto entretenido, gamberro, feroz, absurdo, inteligente, desmesurado y con una carga de ironía que en ningún momento abandona su director Michael Bay.
La película parece construida con gags, que sus protagonistas se encargan de desgranar enlazándolos entre sí con cierta coherencia; aunque el truco nunca desaparezca, y se note como ha sido construida. Pero ¿Qué más da? Hemos pasado un buen rato de locura muy loca y nos hemos reído, o por lo menos sonreído. Y con los tiempos que corren no es mal asunto, darse un buen baño de entretenimiento basal.
LEUGIM
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