Oz (Serie de TV)

Es sin dudarlo la mejor serie carcelaria que se ha hecho. Tiene unos personajes y unas relaciones bien definidos y carismáticos (Schillinger y Beecher son dos personajes muy bien logrados), un día a día en la cárcel realista (no os esperéis un típico Prison Break) y no solo muestra la vida de los prisioneros, también muestra el día a día de la gente que trabaja en la penitenciaria (guardas, asistentes sociales, médicos, el alcaide...).
En cada capitulo trata un tema socio-cultural. No siempre se habla de la cárcel, se habla de sexo, drogas, religión, política (entre otras cosas) y muestra como la sociedad tiene una doble moral para todo.
Solo le encontré una pegas el bajón de calidad en las ultimas temporadas (aun así MUY recomendables).

Oz, quizá una de las series de HBO menos recordada, ensombrecida por otras de mucho mayor prestigio. A pesar de ello debemos reconocer que, la gran evolución en las series de TV norteamericanas que se consiguió tras Los Soprano, probablemente fue empezada por esta, casi desconocida, serie.

En Oz se nos presenta una temática sencilla. La vida en prisión. Esta visión es posible gracias a Emerald City, un módulo de la penitenciaría Oswald donde el visionario Tim McManus intenta probar cosas nuevas. El sitio en cuestión no es nada feo, las celdas estás separadas por vitrinas de cristal. La luz ilumina bastante bien el módulo. Los suelos están limpios y no hay suciedad en las paredes. Pero aún así hay una mancha que ni McManus ni todos y cada uno de los integrantes de Oz puede limpiar. Es la mancha de la pura violencia, de la supervivencia, del incorformismo. En Oz, el hombre es mucho peor que un lobo para el hombre.

Gracias a un elaborado guión, con múltiples hilos argumentales bien narrados, y a una excelente continuidad que te hace olvidar que ésta serie está dividida en temporadas y capítulos, la serie consigue mostrarnos cómo los personajes van cada vez a menos. Como todos sus intentos de mejorar y cambiar se ven aplastados irrepetibles veces. Tanto el sistema como los otros reos hacen que un cambio a mejor sea algo bastante improbable.

Luego está el bueno de Augustus Hill, que se encarga de darnos su curioso punto de vista en cada capítulo. Augustus observa la vida en prisión desde su silla de ruedas y nos habla de un sistema que parece dar palos de ciego.

No es lo mejor de la HBO. Su estilo sobrecargado a veces puede cansar. Su marcada violencia y el persistente pesimismo siempre están presentes y no son aptos para cualquier tipo de paladar. En definitiva, es una serie dura, con grandes dósis de violencia en cada capítulo (jamás gratuita, eso sí) pero, a pesar de ello, estamos ante una gran serie que merece ser vista. Quizá la calidad decaiga un poco en las dos últimas temporadas, ensombrecidas por la gigantesca cuarta temporada (con el doble de capítulos que el resto).

En fin, si les gusta la calidad, tienen tiempo y pueden aguantar en las celdas de Oz, no se la pierdan. Por mi parte yo tendré un huequito en mi corazón para algunos grandes personajes como Kareem Said, Tim McManus, Ryan O'Reily, Simon Adebisi, Miguel Álvarez, Jaz Hoyt, Bern Schillinger, Chris Keller, Tobias Beecher y un sin fin más.

Grandísima serie que nos brinda de nuevo HBO. Y ya van unas cuantas (The Wire, Six Feet Under, Los Soprano, Hermanos de sangre...), todas las mejores en su categoría.

Durante sus 6 temporadas OZ nos mete en Oswald, la prisión de máxima seguridad nivel 4, donde intentan convivir (más bien sobrevivir) día a día los criminales más peligrosos de todo el estado.

No es una serie muy conocida, y ni falta que la hace. A todos aquellos que quieran una serie con acción, una buenísima caracterización de los personajes, drama, realismo, emoción...en OZ lo van a tener a raudales. Durante sus 6 temporadas no hay ni 1 solo capitulo que baje el tremendo listón que tiene esta serie.

Posiblemente nunca se vuelva a hacer una serie carcelaria con tanta calidad como esta. Y buena muestra de ello es el cariño (o tirria) que coges a algunos de sus personajes (y no son pocos).

HBO, te debo mucho. ¡Gracias!

Y no es porque Prison Break me parezca una mala serie, que me encantó, pero lamentablemente, es una gran mariconada comparada con OZ.
Esto, es una cárcel, una cárcel de verdad, donde si pierdes, no te perdonan, te cortan el cuello. Donde tienes que ser el más fuerte, o el más listo, porque se te comen, donde permanece la ley del más fuerte, donde hay tantos corazones vacios de esperanza que sólo albergan odio y lo que ello supone, y donde la gente no tiene nada que perder, porque la pena de muerte, es mejor, que un sólo dia en esta penitenciaría.

La idea troncal de la serie es sencilla: Crear una unidad aislada, dentro de una misma cárcel, donde los presos elegidos para estar alli comiencen un proceso de reabilitación más avanzado y más eficaz que el convencional. Esta unidad cuenta con instalaciones más modernas, y comodidades que en las cárceles normales no hay, pero no deja de ser una cárcel, y en esta unidad en concreto, se encuentras los presos "más peligrosos" en su mayoría.

La primera temporada es magistral, y cuando acaba y de la forma en la que acaba quedas tan sorprendido que no crees que pudieran haber 5 temporadas más, o por lo menos, bajarían el listón o no serían comparables, pero no es así. La serie va subiendo, y de un argumento tan sencillo como "La vida en un cárcel" nace una de las mejores series realizadas hasta la fecha.

Los personajes están muy matizados tanto que se podría escribir un libro sobre ellos. El hilo argumental de la serie está muy bien llevado y no decae en ningún momento.
La serie es muy violenta, pero porque así debe de ser, ya que és una cárcel, donde hay gente violenta, donde hay grupos separados por etnias o etiquetas: Los arios, los musulmanes, los latinos, los sicilianos, los cristianos... realmente diruté barabaridae viendo OZ, y se la recomiendo a todo aquel al que le guste el buen cine.

Sencillamente genial

Es curioso lo de esta serie.

Todo, en general. Su planteamiento, su estilo, su argumento, sus fallos. Todo es interesante, para bien o para mal. Lo que no puedo decir de Oz, bajo ningún concepto y a pesar de sus flojeras, es que no es buena serie. Para nada. Vale que quizá no tenga el grado de perfección, o de mimo en la producción, de otras series de la HBO, pero no deja de ser un buen producto. Entreténidisimo además.

Si algo Oz es algo, es original. En cada capítulo se respira ese aire libertino que ha hecho y sigue haciendo grande a la HBO a la hora de crear. El montaje, el uso de narrador, algunas idas de olla... son pruebas inequívocas de frescura. Un estilo ciertamente novedoso pero, a la vez, algo cargante de vez en cuando. Y sobrecargado.

El hacer una serie carcelaria es un acierto. Una premisa fantástica. El fallo -fallo capital de la serie- está en tratar de hacer un contraste entre aportación de datos reales sobre el sistema penitenciario estadounidense por medio de los monólogos de Hill, y a la vez basar la trama de la serie en una cantitad totalmente desorbitada de asesinatos y corruptelas. Me creo que el sistema de cárceles sea una mierda, pero no que los presos mueran como moscas (por mucho que las moscas vayan a la mierda... y menos en una prisión de alta seguridad) y que nadie mueva un dedo en seis temporadas en las que hay casi más muertos que capítulos. Me creo que haya carceleros hijos de puta, pero no que carcelero sea sinónimo de hijo de puta.

Y esto de que tanta muerte, tantos culebrones de asesinatos, sean el motor de la serie, me gusta aún menos al tener bien claro que Tom Fontana, amo y señor guionista absoluto y casi único, es un gran dialoguista; y que, seguramente, su cabeza da para un argumento igual de bueno sin tanta sangre, que acaba cansando, por otra parte.

No obstante, Oz es entretenidísima, no poco profunda, y perfectamente devorable. Además, no tiene personajes, tiene personajazos. Atrapados en una eterna lucha entre la decencia y la sumisión al caos y a la violencia. Que van de ser cabronazos a arrepentirse demasiado tarde, tanto que ya se han vengado de ellos. Y otra vez a la rueda. Venganza, diálogos, personajes, muertos y libertad creativa entre rejas. Eso es Oz, digo yo.