Grita Libertad

Estamos ante una de esas películas que aparecen cada cierto tiempo e intentan hacernos reflexionar sobre la injusticia entre hombres. Obviamente se trata de la lucha por la igualdad entre el hombre blanco y el hombre negro. Richard Attenborough es un buen relizador (Gandhi, 1982;8 oscar), le da ritmo al film, consigue meternos en situación (igual que al director del periódico, auténtico reflejo del espectador) y poco a poco consigue identificarnos con Biko (Denzel Washignton). Integra eficazmente cine comercial y denuncia sin manipular al espectador.

La interpretación de Denzel Washington es comedida, austera, muy metido en su papel y germen del excelente actor que nos ha seguido deleitando con películas como Philadelphia, Huracan Carter o Training Day.

Kevin Kline resulta creíble como director de periódico metido a activista defensor de la justicia.

El único pero que se le puede poner y que le supone la pérdida de enteros, es su discutido intento de alargar artificialmente el final, pues cae en la irresistible tentación de contar con pelos y señales las peripecias de Donald Woods. Definitivamente, el metraje es innecesiariamente largo.

Lo mejor:
- la historia de Biko, hace llegar con creces el apartheid, sin caer en el sentimentalismo hollywoodiense
- La última secuencia con la larga lista de "causas oficiales".
- Supone un intento de cambio político en Sudáfrica.


Lo peor:
- el último tramo del film, el montaje podía haber sido más fluido.

Han pasado ya años desde que la situación política en Sudáfrica se normalizó, pero no es malo revisar o descubrir viejos errores del hombre blanco, que en este país, fueron especialmente crueles y nos llenan de verguenza. Por este motivo, la película se ve más como un documental y saca más partido de contar lo que pasaba allí, la crueldad a la que fueron sometidos los hombres de color, que a narrar la historia de amistad entre un hombre negro, todo un lider, y un hombre blanco que le abrió su corazón y que fue capaz de entender lo que ocurría hasta el punto de llegar a ser uno más de ellos, uno más de los hombres sometidos por el sistema político. Aunque larga, la película no se hace nada pasada, y Kevin Kline está convincente.

Gracias a Dios me ha tocado vivir en un tiempo donde puedo ponerme el pelo de punta, pintarmelo de verde, hacerme un tatuaje o ponerme un piercing y nadie me impedirá hacerlo si yo no quiero.
Gracias a Dios me ha tocado vivir en un tiempo donde puedo elegir a mis amigos, a las personas con quien me gusta relacionarme sin que nadie me lo impida.
Gracias a Dios me ha tocado vivir en un tiempo donde puedo elegir mi futuro profesional, estudiar lo que yo quiera ( si económicamente puedo ) y trabajar en lo que me de la gana.
Y Gracias a Dios me ha tocado vivir en un tiempo donde por lo menos la humanidad parece que se ha comenzado a alejar de la " ignorancia asesina ".

He conocido historias donde a alguien le han rechazado en un puesto de trabajo por su aspecto físico, es bajo, es grueso...no da el perfil.
He conocido historias donde a alguien le han negado la entrada a una discoteca...por el calzado que llevaba.
He conocido historias donde a alguien le han negado un crédito por su precaria situación económica.
Y en muchos casos lo entiendo aunque no los comparta. Pero lo que no entenderé nunca es que por muchos años se negó anuló por completo a una inmensa mayoría de la humanidad por su color de piel. Sí...por el color de la piel.

¿ Te imaginas un mundo dónde según naces fueras esclavo sin derecho a nada por ser...pelirrojo?
¿ Te imaginas un mundo dónde según naces fueras vendido a otras personas por ser...rubio?
¿ Te imaginas un mundo dónde según naces estuvieras condenado a trabajar toda tu vida gratis para otra persona por ser...pecoso?

Pues recordemos la historia para no volver a repetirla.

Un sueño de lucha, una llamarada que no se apaga, una lucha que no se acaba y continúa con esta película.
Si nos dicen que todo ha muerto, con esta película nos demuestran que es falso. Esta película es la viva crítica a la desigualdad entre los blancos y negros en sudafrica que el mismo gobierno sudafricano ha creado.

Estremecedor retrato del movimiento anti-apartheid en Sudáfrica de la mano del siempre comprometido e interesante Richard Attenborough (quien, además de un buen director, siempre será el inolvidable John Hammond de Jurassic Park para muchos).
Grita libertad es una película demasiado larga y, como suele ocurrir en casos similares, irregular en el ritmo y la intensidad, pero es de obligado visionado, y más en estos tiempos de falta de libertades y recortes de todo tipo. La película no trata, sin embargo, sobre Nelson Mandela, sino sobre Steve Biko, otro de los más famosos activistas anti-apartheid, y su amistad con el periodista blanco Donald Woods. así, el gran acierto de la película es la combinación de la denuncia política y el retrato social con una historia de una insólita y bellísima amistad de esas que pueden cambiar el mundo. Una amistad perfectamente retratada por la cámara elegante de Attenborough (un maestro del plano aéreo y del color... el país, a pesar de su situación política, es retratado con una luz y un color que resalta la tradicional viveza del continente africano) y por las maravillosas interpretaciones de Denzel Washington y Kevin Kline, excelentes ambos.
Un grito de libertad por Sudáfrica y por todo el mundo. Para recordar.

Lo mejor: Los dos protagonistas, la realización de Attenborough y la intensidad de la narración.
Lo peor: Es demasiado larga y algo irregular en el ritmo y el interés.