Subterra

La adaptación de un clásico de la literatura chilena, una película bien ambientada.
Pese a lo anterior, la película nunca logra emocionar. Los personajes nunca logran involucrarnos del todo.
Las actuaciones son particularmente poco emotivas, bastante mediocres. Punto aparte para las actuaciones de Consuelo Holzapfel, Nicolás Saavedra y Héctor Noguera, no solo no son emotivas, son abiertamente malas. El unico personaje convincentemente interpretado es el de Ernesto Malbrán.

Una buena película que nos muestra cómo a finales del siglo XIX unos mineros chilenos soñaban con mejorar sus vidas, uniéndose para alcanzar lo que buscaban.

Una historia que nos muestra cómo fueron (y cómo siguen siendo en muchos lugares del mundo, terriblemente) las duras condiciones de subsistencia de los mineros de Lota, cuando los sindicatos estaban prohibidos en la mayor parte del mundo, y la lucha obrera era cosa de "peligrosos anarquistas". Cuando los obreros reclamaban doce horas diarias de trabajo.

Unas interpretaciones convincentes, aunque tampoco extraordinarias, apoyadas en un buen guión y una buena fotografía.

Aunque sin duda, el punto fuerte, es el trasfondo de la lucha social.

Basado en la colección de cuentos "Subterra" (1904), serie de relatos que cuenta la lucha de los mineros subterráneos del carbón del pueblo de Lota por mejorar sus condiciones de trabajo, del cuentista chileno Baldomero Lillo Figueroa (1867-1923).

Para el 1897, el pueblo de Lota en Chile tenía la mina de carbón más grande del mundo, pero también tenía el trato más déspota y cruel al que eran sometidos los mineros, una gran rebelión se gestaba en el corazón de un pueblo.

Así, mientras la aristocrática familia Cousiño Goyenechea sueña con el futuro de la energía eléctrica, los mineros del carbón despiertan en busca de su dignidad.

En el centro de la controversia está la historia de amor entre Fernando (Francisco Reyes), el líder de los mineros y Virginia (Paulina Gálvez) una maestra de escuela, quien ha vuelto de España a vivir en la mansión de los dueños de la mina.

La película demuestra la calidad actual del cine chileno, el film cautiva, estremece y conmueve. La película tuvo un presupuesto $1,2 millones y recibió nueve nominaciones a diferentes premios y/o festivales de cine, de los cuales los gano todos.

Película de época que retrata, de manera esforzada aunque poco novedosa, las luchas obreristas del Chile decimonónico. El filme de Marcelo Ferrari es una adaptación de la novela homónima de Baldomero Lillo, una equivalencia latinoamericana del clásico “Germinal” de Émile Zola. Pese a ser deudora de Novecento tanto en estética como en intenciones, Subterra acaba deviniendo un pastiche folletinesco, previsible y maniqueo: El noble y buen obrero vence al implacable capataz -al que sólo le falta comerse a los niños crudos para ser el mismísimo diablo- con la inestimable ayuda del patrón, quien, tras apercibirse algo tarde de la dramática situación de sus pobres mineritos, tratará de mejorar las condiciones de vida de éstos. Un poco de buena voluntad entre las partes y no habrá conflicto irresoluble. ¡Viva el reformismo paternalista!.

Debo confesar que se trata de una de las pocas cintas chilenas, del nuevo milenio, que ha llamado mi atención. No se trata de enmarcar a la cinta de Ferrari en el Olimpo de las obras maestras de la cinematografía mundial. De todas formas, nos encontramos ante un resultado muy por encima de muchas películas chilenas, que han quedado en el olvido colectivo, gracias a su efímero efectismo comercial y por la carencia de buenos guiones.

El oro negro

La historia, está basada en la primera obra homónima del cuentista chileno Baldomero Lillo, la cual retrata la vida y la muerte de los mineros de la mina de carbón en Lota a finales del siglo XIX.

Lillo desde su puesto en la pulpería de la ciudad, retrata los sin sabores, injusticias, sobre explotación, y las luchas sociales de los mineros del carbón. También se agregan otras historias, entre ellas el romance entre Virginia, (Paulina Gálvez) la española burguesa y Fernando (Francisco Reyes), líder de los mineros.

Buena representación de época, en una inmejorable dirección artística y vestuario. Equilibrado funcionamiento de todos los personajes, donde destacan la presencia de Mister Davis (Ernesto Malbrán) y Fernando (Francisco Reyes), quien es un interesante personaje, que refleja la temporal desesperanza, y conformismo de los trabajadores.

En definitiva, un valioso aporte a la cultura histórica chilena, para que las nuevas generaciones conozcan el precio que tuvieron que pagar cientos de familias chilenas, para extraer aquel el oro negro, que lleno de bolsillos a unos pocos y lleno de lágrimas a muchos.

Una cinta absolutamente recomendable e imprescindible, sobre todo, para los cinéfilos chilenos.