The Office (Serie de TV)

Primer Visionado:

Principios de año, canal TNT del Digital Plus anuncia: The office llega a España, esta noche alas 22:00 horas. Bueno pues habrá que verla....a los 5 minutos la quito y me pregunto ¿que mierda era eso?, no tiene ni puta gracia.

Segundo Visionado:

Tras semanas evitándola vuelvo a ponerla ¿la razón? la fabulosa Amy Adams hace de anzuelo, es la estrella invitada. Para mi sorpresa empiezo a pillar el tipo de humor del que hace gala, pero no puedo con ese capullo llamado Michael Scott que encima es el jefe, hago zapping cuando sale por pura vergüenza ajena.

Tercer Visionado:

Domingo de resaca, mientras me repongo en el sofá de la noche de jauría la televisión habla: Maratón The Office, 6 Episodios 6, seguidos, no tengo fuerzas para levantarme a cambiar el canal, la suerte está echada o Michael Scott o yo........acaba el maratón y me descubro con una sonrisa en la boca y pensando si aceptarán mi currículum en Scramton, Pennsylvania....Si, me gusta, tengo que ver los episodios que me faltan.

Visionado Completo:

Tras Ver las tres temporadas emitidas en España ,me pregunto como hace unos meses cambiaba el canal cuando salia la oficina de Durder Mifflin, como podía vivir sin conocer las locuras de Dwight Schrute, Como era capaz de definir el amor antes de conocer la relación de Pam y Jim o Como podía pensar que ese jefe payasete, era un capullo integral.

Esta es mi experiencia, si me aceptan el consejo véanla un par de veces antes de juzgarla, porque gana con cada visionado. DIOS SALVE DUNDER MIFFLIN.

Grabada a modo de documental con cámaras situadas en lugares estratégicos, esta comedia supone la respuesta Norteamericana por parte de la NBC a la genial "The Office" original de Ricky Gervais.

La serie expone el día a día en las oficinas de una de las sucursales de una humilde compañía de papel. Allí, el excéntrico carácter de Michael (Steve Carell), el jefe, despierta a diario para enfrentarse a sus empleados generando situaciones casi siempre bochornosas (con sus incómodos silencios).

Sin duda alguna, lo mejor son los guiones y personajes. Hay un gran trabajo detrás de cada episodio y está especialmente bien representado por sus protagonistas. Todos están muy definidos y cada personalidad es lo suficientemente rica para desencadenar momentos hilarantes.

Pam, la recepcionista, y Jim, uno de los chicos de ventas, mantienen la cordura y a la vez viven uno de los romances más tensos y naturales de la historia de la televisión. Dwight, otro de los chicos de ventas, es el trabajador pelota, el entusiasta con sus aficiones hasta lo enfermizo y la víctima de todas las bromas por una inocencia que no puede esconder. Mientras tanto, los acertados secundarios completan el elenco con intervenciones adaptadas a su rol y personalidad.

Todo lo dicho parte desde la premisa humorística del realismo. En la oficina hay personal de recursos humanos y almacén, se hacen reuniones y todo se mueve como lo haría en la realidad. Esto crea una atmósfera tan peculiar que facilita a los personajes a la hora de generar un humor de los más disfrutables que se puedan encontrar.

Hasta el momento se han emitido 3 temporadas en EEUU y parece ser que habrá más dado el gran éxito que está cosechando.

En primer lugar, quiero avisar a los que se asusten de ver una puntuación tan alta para esta serie que cuando empecé a verla no me gustó para nada. Incluso podría haberla calificado de "odiosa" si no le hubiera dado una oportunidad.

El caso con esta serie es el siguiente: te sientas a ver el piloto de la primera temporada y te chirría todo: la forma en que está rodada, los personajes (sobre todo Michael Scott), las situaciones absurdas, el tipo de humor de la serie...Empiezas pensando que es una chorrada, que te está haciendo perder el tiempo y que no tiene ni p**a gracia.

Craso error. Esta serie gana con el tiempo. Y con cada nueva temporada es mejor.

Si queréis aprender a apreciarla, tendréis que "soportar" los primeros capítulos, acostumbraros a ella, conocer a los personajes. Si hacéis todo eso, os encontraréis al final de la primera temporada y con ganas de ver más episodios. Y ahí es cuando ya te ha atrapado sin remedio. Ya no hay retorno. Eres uno más de la oficina y quieres conocer más disparatadas historias de sus personajes.

Y precisamente eso es lo mejor de todo: lo que te hacía odiarla al principio es lo que te hará amarla. Ya no puedes pasar sin Michael, su incompetencia y su inoportuno sentido del humor; el grandísimo Dwight Schrute, con su sentido de la fidelidad y su necedad sin límites; los escarceos amorosos entre Pam y Jim; la desesperación de Ryan; los "líos de faldas" de Michael; las jugarretas de Jim a Dwight....

The Office no es una serie de sonoras carcajadas, es más bien de sonrisa continua. Pero cuando te arranca una carcajada, es de las buenas.

Y hoy, tras medio año, he finalizado The Office.

La serie que hacía que soltase la carcajada aunque tuviese un día de mierda, la serie que conseguía que te olvidases un poquito de todo durante veinte minutos y disfrutases, la serie que empecé viendo para que me distrajera del trabajo, la serie con la que he reído pero también he llorado. La serie que debería ser eterna.

El vacío existencial que siento es abrumador porque me doy cuenta de que no hay más, que aquí termina uno de los mejores espectáculos televisivos que he visto en mi vida.

No veré más a Dwight haciendo uno de los mejores papeles que he visto en televisión. Haciendo locuras inimaginables, montando caóticos simulacros de incendio que harán que casi vomites de risa y desafiando constantemente las leyes de la paciencia humana.
No veré más a Michael Scott, el mejor jefe de Dunder Mifflin y la mejor persona del mundo tratando a sus empleados como si fuesen el más preciado tesoro.
No veré más a Creed y sus arranques sociópatas.
No veré más a la odiosa Phyllis.
No veré más a Stanley y a sus fútiles intentos por no sufrir un ataque al corazón mientras se come una pizza.
No veré más a la dulce Erin.
No veré más al gran Andy, capaz de que te rías y llores con él en un lapso de 2 minutos (comprobado).
No veré más a Kevin intentando no comer golosinas o muriéndose por dentro para guardar un secreto a favor de sus amigos.
No veré más a Oscar y sus puntualizaciones en todas las conversaciones.
No veré más a Angela y sus gatos juzgando a todo el mundo.
No veré más a Toby, el eterno segundón, tanto en el trabajo como en la vida.
No veré más las idas y venidas de Ryan y Kelly.
No veré más las borracheras, orgías y demás disparates de Meredith.
Y, por supuesto, no veré más a Jim y Pam, la pareja perfecta que hasta hace que vuelvas a creer en el amor. Aunque solo sea por un ratito.

Hasta siempre Dunder Mifflin, la empresa en la que cualquiera desearía trabajar (aunque al principio costase mucho).

Y hasta siempre The Office, gracias por el camino tan hermoso que me has regalado.

Volveremos a vernos, sin duda.


''That's what I said''.

“¿Sabíais que en Marruecos es habitual darse regalitos cuando conoces a alguien?
En Japón tienes que suicidarte antes que avergonzarte.
En Italia, siempre tienes que lavarte las manos después de ir al baño. Es lo correcto aunque sea un disparate.
¿Por qué nos cuentas esto?
Porque voy a hacer un viaje de negocios internacional.
¿A dónde?
A Cahnahdhá...
¿Dónde?
Canadá.
Vale.”
-Michael Scott-

“¿El robo perfecto?
Entro en tiffany’s de noche, ¿a por la caja fuerte?, no; me llevo la lámpara incalculable. Mientras la bajo, una mujer me sorprende, dice que pare, es la empresa de su padre. Ella es tiffany. Me niego. Hacemos el amor toda la noche. Por la mañana llega la policía y escapo con el uniforme de uno. Quedo con ella en México pero me voy a Canadá, no me fío de ella. Además, me gusta el frío.
30 años después recibo una postal, tengo un hijo y es el jefe de policía. Aquí la cosa se pone interesante.
Le digo a Tiffany que nos veamos en París junto a Trocadero. Ha esperado por mí todos estos años. No ha tenido otra pareja. Me da igual, no aparezco y me voy a Berlín, que es donde escondí la lámpara.”
-Dwight-

"¡Stanley! ¡Stanley no te mueras!
¡Stanley, Barack es presidente!
¡Eres negro Stanley!"
-Michael Scott-

Y no tengo nada más que añadir.