Inocencia rebelde

LAWN DOGS o perros de césped, que es el título original en inglés, indica lo fundamental del contenido: una urbanización de gente de muchísimo dinero, con parcelas de césped que necesitan de cuidados y cortes continuos, lo cual hace un joven pobre de las afueras, contratado a tales efectos. La niña Kathleen Quinlan se siente cautivada por ese joven y entabla una amistad con él que a los ojos de los "perros del césped" o habitantes hipócritas atrincherados en la citada urbanización de lujo, verde césped y moral de fachada, hará que piensen mal y actuen desmedidamente.

Es una película bastante hermosa, sencilla y poética, donde una vez más se toca el tema tan apasionante y frecuente en magníficas obras de arte, de las relaciones entre una niña y un adulto mucho mayor que ella, realidad obvia se mire por donde se mire, que representa las profundísimas tendencias que llevamos dentro y que muchas veces no son comprendidas o bien vistas. Desde el fondo de esta película, como si fuera desde el fondo de nuestras propias mentes, emerge el simbolismo, la realidad, la naturaleza y la lógica de que las niñas no pueden realizarse imaginativamente sin los hombres adultos y los hombres adultos no pueden vivir fantásticamente sin las niñas.

Fej Delvahe

La he visto varias veces y cada vez me gusta más.
Es una película sobre la hipocresia social. Todo aquello que la gente aparenta ser no es sino pura fachada. Se adorna el cuerpo, la casa, la apariencia... Pero por dentro sólo hay podredumbre y vacio, falsedad y traiciones.
Un joven y atractivo jardinero ;que está fuera de la sociedad y que es objeto de deseo para muchas personas que viven dentro de ella, es el punto de referencia para una pequeña e inteligente niña que ve en él algo puro y auténtico que la salva del ambiente viciado en el que vive y del que pese a su edad es absolutamente consciente.
Precisamente lo ve en quien por ser de clase social baja y rebelde es en apariencia un peligro para todos y en especial para ella porque parece el lobo de caperucita (el mismo la hace saber que no es bueno que le vean con él por lo que podrían pensar). La niña comprueba como en el ambiente que vive sólo se valoran las formas y lo bueno que tiene cada ser humano no interesa si no va envuelto en un brillante papel de regalo.
Sin duda alguna una película muy bien narrada y que pasó no obstante muy desapercibida. Absolutamente recomendable.

Flipando me quede después de verla por 3 vez. Y es que sin ser una obra maestra ni tener intenciones de serlo, esconde algo mágico que te deja k.o. en el sofá viendo la película. Esa magia la trae Sam Rockwell, que combinado con la frescura de Mischa Barton cuando era joven y todavía conservaba la cordura y la forma de hablar de dicha joven, como si de una fábula se tratara, te atrapa.

Bien, se trata de una dura crítica a la sociedad adinerada. Vemos como una chica de 10 años (creo) huye del mundo irreal construido por sus padres y el barrio residencial donde vive, para conocer a la única persona real que vive en aquella zona, el jardinero, sin un duro, sin familia, sin nada más que una jodida máquina de césped.
Y el trato que recibe dicho jardinero por los putos prepotentes de la zona, es asqueroso. Me hace vomitar y tener ganas de hincharlos a ostias a todos.
Luego claro, como la niña pasa tanto tiempo con el pobre, pues esto ya no les cuadra. Venga ya, que os den. Hoy en día estamos igual, no lo neguéis...

Pero, en definitiva, Sam Rockwell convierte un relato convencional, un tema visto ya muchas veces, en una película imprescindible en mi videoteca.

Baba Yaga es un brujo malo que vive en el bosque.
Dentro de la amurallada ciudad residencial Camelot Gardens, todo el mundo es feliz. Ese gran muro que les rodea les supone la protección necesaria para que ningún elemento del exterior perturbe su supuesta pacífica existencia. Lo que suceda fuera de esas puertas, no existe. Así todos podrán seguir siendo tan hipócritas como siempre; fingir, pretender ser y enorgullecerse de sus ostentosas vidas. Aparentar. Ocultar sus problemas. La hipocresía de las clases acomodadas.
John Duigan trata de poner el dedo en la llaga al criticar el estilo de vida de los “ricos”. No llega a los niveles ácidos y de crítica mordaz del retratista de sociópatas Todd Solondz pero al menos nos hace reflexionar sobre las diferencias clasistas y los contrastes sociales (no hay más que ver la hospitalidad de la gente humilde reflejada en la familia del jardinero). Para ello, el australiano de origen inglés, se vale de una historia contada a modo de cuento pseudo-macabro y fantasioso, con ese paralelismo con el mito eslavo de Baba Yaga, donde una niña (Mischa Barton) entabla una extraña y tierna amistad con un jardinero (Sam Rockwell).
La niña está harta de una madre fingidora y de un padre cobarde con complejo de inferioridad, incapaz de aceptar a su hija a causa de una enorme y fea cicatriz que ésta tiene en el pecho como consecuencia de una enfermedad cardíaca. Es antiestética y los demás no se la pueden ver. Un día, en el bosque extramuros, la niña conoce por casualidad a Trent (Rockwell), el jardinero de origen humilde que cuida el césped de los habitantes de Camelot Gardens. Comprende que ese chico es el único auténtico entre tanta basura, el único que no tiene que fingir ser algo que no es.
Baba Yaga no siempre es malo.
La sociedad de las falsas apariencias es criticada en 'Inocencia rebelde' sin demasiada sutilidad. Si hay un ladrón en una zona rica, ése es sin duda el pobre.¡Hasta regalar una tortuga es más grave que el acoso sexual!
Baba Yaga no es quien parece.
La niña quiere huir de su vida y el jardinero rompe su monotonía. Precioso el momento en que ambos bailan encima de la camioneta.

Una niña de clase adinerada entabla una amistad con el cortador de césped, su madre tiene una relación con un joven del vecindario, "Camelot Gardens", su padre no pierde oportunidad para hacer notar su complejo de superioridad para con el joven jardinero, pero la relación de su joven hija con el muchacho que vive en el bosque, en una casa rodante casi en ruinas, se hace más fuerte y los lleva a disfrutar de las pequeñas cosas de la vida, lamentablemente esta amistad no es bien vista por sus padres ni por el resto del vecindario. Muy buena película con un final impactante, una niña es capaz de ver en un muchacho humilde todas las virtudes que no encuentra en su propia familia, llevándola sentir un amor incondicional, el choque de las clases sociales, los prejuicios, detrás de una apariencia de pulcritud y refinamiento, encontramos a una esposa adúltera, una joven universitaria que experimenta el sexo en el bosque, un oficial de seguridad que a pesar de no ser rico también copia las actitudes de sus vecinos, un muchacho envidioso del jardinero, un niño travieso que roba por diversión sin importarle a quien acusarán por ello, un padre que ignora el odio que engendra a su hija, y los protagonistas principales... Devon y Trent, nos inspiran en cada palabra y gesto... lamentablemente este tipo de cintas pasan desapercibidas y las vemos casi por casualidad.