Alma gitana

Pocos apartados tendrá el cine español más afortunados que las películas dedicadas al mundo flamenco/gitano. Desde "Los tarantos" hasta "Flamenco" hay mucho buen cine. Chus Gutiérrez engrosa esa lista y obtiene una buena película, que supone en esta directora una clara muestra tanto de evolución hacia la madurez (es su tercera película) como de inteligencia cinematográfica. Y es que "Alma gitana" es una película inteligente porque se eleva muy por encima de su tópico argumento en base precisamente a que cuando la película pudiera despeñarse por ese topicismo Gutiérrez sortea todo eso y con una puesta en escena competente, una dirección de actores notable (destaca la debutante y guapísima Amara Carmona al lado de veteranos como Rafael Álvarez "El brujo") y un guión eficaz y de pocas grietas, logra una película considerable, sin altibajos, que desde su condición de pequeñez esclarece un prometedor futuro.

Antes de empezar, una aclaración: espero que la baja nota de esta peli no tenga que ver con cierta confusión -sobre todo en internet- con otra película que quiso imitarla ya en sus tiempos, y donde a veces es posible encontrarla bajo el mismo nombre. En aquella, en la impostora, salía Lola Flores (y también trabajaban en una tienda de antigüedades), que era la madre de la protagonista. Aquella peli no puede compararse, por favor, si habéis caído en ese error (yo las encontré a ambas bajo el mismo nombre en internet, de verdad) hacedle justicia a esta pequeña joya, buscando la verdadera. Porque sí, que hay cine español del bueno, y además no es solo el de Ame y Almo. Entre esa subespecie de dramas urbanos españoles, hay muy buen cine. Por eso no entiendo a la inmensa de la mayoría de la gente que se queja de la calidad del cine español: bazofia hay, como en todas partes, pero si hay algo bueno, tampoco lo saben apreciar.

Alma Gitana es todo un hallazgo desde el mismo hecho que se adentra en la cultura gitana sin hacer uso de caricaturas, histrionismos ofensivos, sin alimentar estereotipos ni hacer uso de falsas afirmaciones y creencias populares "payas" -muchas intencionadas- sobre el pueblo gitano.
Creerme, si juro que bien conozco todo este mundo y afirmo sin dudar que exhibe bastante realismo, mucho más del que podía esperar de una película española con un director "payo" (¿o es directora? es que llamarse Chus, cariñet...). En realidad, la propuesta y los personajes daban incluso para una película "más grande", pero sin pedirle más, vale por si misma lo suficiente.

La película es inteligente, bien medida, sincera y bastante madura. El guión está perfectamente diseñado y los actores cumplen bien su papel, quizá a Pedro Alonso le sobraba el arete de plata, pero en los 90 creo que era "cool" además, ha sido super curioso el parecido que le da de perfil al vampiro de crepúsculo, en serio. Todos los secundarios cumplen, y para terminar, alabo a esa belleza gitana protagonista: Amara Carmona, de ilustre familia flamenca, demuestra no un gran derroche de técnica -lo normal dada la juventud- , pero si un innegable halo de atractivo, desparpajo, naturalidad al envestirse el personaje y sabe estar ante la cámara.

Historia de amor entre una guapa y de buena posición gitana y joven payo, que todavía no sabe muy bien lo que quiere en la vida, aunque trabaja para turistas en un tablao flamenco ocasionalmente y de manera permanente como camarero, algo que detesta.

Él es Antonio, un mujeriego habitual, con un trauma tras la muerte de sus padres en accidente de automóvil. Ella, Lucía, buena chica, estudiante, con unos padres que la atan demasiado corto, algo habitual entre las familias de etnia gitana. Podía resultar una película tópica, folklórica en el peor sentido de la palabra; y no lo es.

Chus Gutiérrez se toma la historia en serio y ofrece momentos de gran intensidad dramática, bien narrados y planificados. Sobra, eso sí, algún exabrupto en el lenguaje. El terreno en que mejor se mueve la directora es el del relato amoroso, bastante creíble, en parte gracias al desparpajo de Amara Carmona y Pedro Alonso, los jóvenes protagonistas; funciona especialmente el encuentro de los dos en la tienda de antigüedades.

La subtrama de la carrera profesional de Antonio, que se mueve entre el pragmatismo de su tío y las pretensiones artísticas del joven, también funciona aceptablemente. Donde más rechina el engranaje de la peli es en el enigma que encierra el pasado de Antonio -cuya clave es el personaje encarnado por Peret-, que no responde a las expectativas creadas y decepciona al final de manera muy evidente. Un 5,5.