Titanic: Sangre y Acero (Serie de TV)

La verdad es que no soy de aquellos que sienten una especial fascinación por el famoso barco. Sin embargo, las series de época con trasfondo histórico sí son de mi agrado, máxime si reflejan una época con particular encanto como este inicio del siglo XX. Además, quieras que no, el Titanic es todo un símbolo, una metáfora de una época bastante glamurosa ("La Belle Epoque") que se vino a pique, anticipando en dos años el desastre de la Primera Guerra Mundial, que sería el inicio del final de esta época dorada. Pues como decía, Ciaran Donnelly aprovecha la construcción del lujoso transatlántico para introducirnos en el Reino Unido, el Ulster concretamente, de la época. Una serie bastante correcta, formalmente impecable y con una gran ambientación y vestuario, pero que adolece de falta de profundidad y de garra a la hora de contarnos las múltiples historias que componen el relato. De este modo, entretiene pero dudo que pueda entusiasmar.

"Sangre y Acero" se esfuerza no sólo en juntar diferentes estratos sociales, conectados de algún modo por el Titanic, sino que trata de darle en trasfondo político y social que se agradece. Lo malo del planteamiento es que izquierdea notablemente, cosa por otro lado, bastante normal. Así, veremos la glorificación del movimiento laborista, de la lucha sindical, de las sufragistas o de la causa irlandesa. En cambio, los unionistas, los empresarios o las clases altas salen bastante mal paradas en este tendencioso retrato en el que directamente se les pone de malos, avariciosos, egoístas o fanáticos, lo cual es muy poco honesto. El grado de politización llega a tal nivel que en unas elecciones se establece la jerarquía de los personajes: los protagonistas buenos votan a los laboristas, los que están a medio camino, a los liberales y los malos, a los conservadores. Muy bonito. Claro que para bonito, en sentido irónico, el final que te deja con dos palmos de narices (SPOILER).

Como ya he dicho en alguna otra crítica, soy un forofo de todo lo relacionado con el Titanic, un barco que desde la niñez quedó grabado en mi mente cuando mi abuela me explicó la historia de este gigante del mar. A lo largo de los años el interés ha ido acrecentándose y he leído y he visto todo o casi todo lo referente al "Barco de los sueños".

És lógico que al celebrarse el centenario del hundimiento,el interés sobre el naufragio vuelva a renacer y el mito vuelva a tomar forma.

Este año hemos visto dos películas nuevas sobre el Titanic, la dirigida por Julian Fellowes que, pienso que no aporta nada nuevo a la historia y la que nos ocupa.

Sangre y acero es una serie basada en la construcción del barco y todo lo que se originó alrededor: Lucha de clases, católicos contra protestantes, independencia de Irlanda, competencia entre compañías navieras.....

Creo que el planteamiento es original y aporta novedades sobre el tema, pero la serie adolece de un ritmo irregular y de unos personajes que no siempre están creibles en su papel, por ejemplo Kevin Zegers y Alessandra Mastronardi como Marc y Sofía respectivamente. Todo y estando bien faltaría más profundidad en su interpretación. No ocurre lo mismo con Derek Jacobi que interpreta magistralmente su personaje repleto de humanidad y de detalles. En general los actores están bien dirigidos y la serie respira una atmósfera de la época muy conseguida dónde encontramos imágenes basadas en las reales del transatlántico.

Como casi todas las series, és inevitable que el final no cumpla nuestras espectativas y en esta concretamente, da la impresión que el final se acelera demasiado vertiginosamente o bien, es que piensan hacer una segunda temporada.

En cualquier caso es de agradecer esta nueva serie sobre el Titánic y las novedades que aporta y sigo pensando que este gran buque perdurará en la memoria hasta el fin de los tiempos y que no será la última película que veremos sobre él.

La historia de la construcción del Titanic en formato miniserie. Conoceremos algunos de los personajes que intervinieron en el diseño y construcción del barco más famoso del mundo.
Veo cierto paralelismo con las novelas de Ken Follett en cuanto se nos presenta una época a través de muchos personajes distintos cuyas vidas están entrelazadas alrededor del buque insumergible.
Desgraciadamente, se ve que el presupuesto se les ha ido en el vestuario. Las vistas del Titanic cantan demasiado a ordenador y aunque los actores no lo hacen mal, el guion es aburrido.
En realidad pasa un poco de todo: el ingeniero que se da cuenta de que no se están haciendo las cosas bien, la activista por los derechos de la mujer, romance y drama. Pero es que no han sabido mantener un ritmo que conserve el interés a lo largo de los 12 episodios. Lo mismo encontramos acontecimientos y situaciones interesantes, que se pasan luego 2 episodios sin que pase nada digno de mención. Eso sí, la ñoñería romántica que no falte. Estará bien para el que le guste, pero preferiría que se hubieran centrado más en el contexto histórico y las explicaciones de la construcción del barco.
Tal vez si hubieran sido menos episodios el resultado habría sido otro.
Lo mejor: el gran actor Derek Jacobi

Esta miniserie de 12 episodios merece la pena verla por el hecho de que narra la construcción del transatlántico británico RMS "Titanic", un aspecto de la historia de este barco que ha quedado relegado a un segundo plano por su naufragio.
Mediante la aparición de personajes reales y ficticios, cuyas historias se ven entrelazadas, esta miniserie narra de forma verosímil la construcción del RMS "Titanic" en el astillero Harland and Wolff, en Belfast (Irlanda del Norte), todo ello enmarcado dentro de los cambios sociales y políticos que estaban teniendo lugar en ese momento.
También merece ser mencionado el modo en que las tramas ficticias que rodean la narración de este acontecimiento fortalecen el guión de esta miniserie, protagonizada por un reparto de lujo liderado por el siempre excelente Derek Jacobi.