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La mies es mucha

Drama El misionero español Santiago Hernández llega a una región de la India, para suceder al padre Daniel, gravemente enfermo y que fallece pocos días después. Sandem, traficante y usurero, presta dinero a los indígenas, que son obligados a trabajar como esclavos en una mina cuando no pueden pagar sus deudas. Para acabar con esta situación, el padre Santiago se responsabiliza de las deudas de toda la tribu. Pero cuando vence el pagaré que ha ... [+]
Críticas 4
Críticas ordenadas por utilidad
2 de febrero de 2016
5 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los premios del Sindicato Nacional del Espectáculo, era una forma de promocionar al Nacional Catolicismo imperante en aquel tiempo, de esta forma se protegía el cine más complaciente y servil a la causa. Resulta asombroso por su escasa calidad que una película tan mediocre y soporífera, fuera premiada por tan sospechoso organismo afín a la doctrina ideológica de la Iglesia y del régimen franquista. Y no lo digo por el carácter religioso de la cinta, porque hubo películas religiosas muy dignas de Rafael Gil (La guerra de Dios) o Nieves Conde (Balarrasa), interpretada esta última por el propio Fernán Gómez.

El guión que le encargó el episcopado a Vicente Escrivá se basa en una parábola de Jesús. Narrando las penurias del misionero Santiago Hernández en la India, para sustituir a un enfermo y anciano misionero. Santiago deberá ganarse la confianza de sus feligreses y luchar contra los intereses espurios de los aventureros y exploradores esclavistas.

Del santo Evangelio según san Lucas 10, 1-12
“En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos, y los envió de dos en dos delante de sí, a todas las ciudades y sitios a donde él había de ir. Y les dijo: La mies es mucha, y los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies. Id; mirad que os envío como corderos en medio de lobos”.

Predicando el dogma de la fe católica en una ridícula India recreada en Málaga, donde no ves ni un solo inglés merodeando por allí, donde se supone que era una Colonia Británica, y donde los nativos indios lo encarnan gitanos de la zona malagueña, en definitiva una ambientación nefasta y absurda. Ni siquiera la salva el gran Fernando Fernán Gómez, que no está acertado con su personaje con esa barba andrajosa indigna de un sacerdote católico. Uno de los peores trabajos de José Luis Sáenz de Heredia, que pienso se apuntó a producirla y dirigirla meramente por el dinero en subvenciones que le debieron adelantar. Un fiasco que no transmite ni siquiera el noble mensaje para la que fue concebida.
Antonio Morales
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22 de febrero de 2022
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Esta aparente perogrullada que se escucha al comienzo de la cinta, indica que cuando los occidentales llegan a Oriente deben estar abiertos a sus costumbres y tradiciones libres de prejuicios.
Es lo que hacen los misioneros que marchan a evangelizar aquellas lejanas tierras. Como el P. Santiago Hernández (Fernán Gómez) cuando llega a la misión de Kattinga (India) para ayudar al P. Daniel (Romea).
Poco a poco se va introduciendo en aquel mundo, consciente que "Un buen puñado de arroz ayuda a digerir el Evangelio", aunque sean las modestas patatas o "chuletas de huerta".
Película que trata de reconocer el mérito de los misioneros y de estimular de paso nuevas vocaciones. Pese a su marchamo proselitista, es una película muy digna que parte de un buen guion y está realizada con la solvencia profesional de Sáenz de Heredia. Excelente asimismo la interpretación de Fernán Gómez.
Se denuncian los abusos que los occidentales cometen con los hindús, la diferencia de castas, el poder de los hechiceros, la dificultades de los misioneros con el idioma (aunque aquí todos hablan un español de Valladolid, vemos de pasada el libro del R.P. Güemes "Vocabulario Hindú"), con el clima, la competencia con otras iglesias como la Anglicana (se aprecia aquí un avanzado ecumenismo entre religiosos de diferentes credos que comparten los mismos problemas).
Los misioneros aplican a menudo sus conocimientos sanitarios a los indígenas, extrayendo muelas podridas con anestesia inyectada, tratan las fiebres, aplican calcio inyectable para picaduras de cobra y otras serpientes, etc.
Sin embargo poco podrán hacer ante la epidemia de peste que llega desde los pantanos vecinos. Los enfermos mueren y lo primero es aislarlos para evitar el contagio indicando con un trapo en la puerta la presencia dentro de apestados. Los síntomas son claros: fiebre, escalofríos y vómitos. Y para combatirlo poco puede el pequeño botiquín de la Misión que apenas tiene bicarbonato, vaselina y tintura de yodo. Menos mal que llegarán las vacunas que ponen los propios misioneros con sus jeringas y agujas que esterilizan hirviéndolas en la cajita metálica donde se guardan.
Se burla alguna de la condición agitanada de los hindúes por el mero hecho de estar rodada en Málaga. Según eso, por la misma regla de tres, también serían gitanos todos los extras de los westerns almerienses. En las imágenes nosotros solo apreciamos la tez oscura de los figurantes, sean hindúes de Málaga o de la Cochinchina.
Película religiosa, de valores humanos, cinematográficamente interesante, característica de una etapa de nuestra historia. Quienes la acusan de estar financiada por la Iglesia o el Estado de entonces, deberían tener en cuenta lo que sería el cine español actual sin las subvenciones y sin los pases televisivos obligatorios.
En fin, ahí está el ejemplo de generosidad, de amor y de servicio a los demás que ofrecen personas que, como el P. Santiago, van dejando su existencia por lugares tan lejanos. Ya lo dice con su ironía característica: "La vida del misionero es dura, tiene sin embargo la ventaja de que es corta".
Lafuente Estefanía
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1 de febrero de 2016
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Posiblemente junto a Historias de la radio una de las mejores películas hecha por Sainz de Heredia y a destacar en toda la filmografía del cine español, donde se coloca en su sitio la misión tan destacable de los misioneros españoles en la India. He de decir que después de haber vivido por tierras indias durante un tiempo es la película que mejor refleja el espíritu de las misiones españolas. Es una película con un fondo moral carente actualmente en el cine actual y no hablo sólo del cine español. Destacaría como indico en el título el respeto a las misiones y toda la tradición española, como película es muy entretenida desde el principio con un guión sencillo y contundente con una excelente interpretación de todos los actores y en particular de Fernando Fernán Gómez . Para acabar, decir que es película crítica de las colonizaciones europeas en India sin tirar por tierra la misión de la Iglesia católica en todo el mundo.
shark91
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2 de febrero de 2016
2 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mala película de cine religioso 'typical spanish' muy del gusto de la época franquista (propaganda católica con un poco de flamenquito), rodada en Málaga en 1948 que para nada te crees que pueda estar ambientada en la india ni mucho menos por su forma de hablar que tienen los actores secundarios ya tantas veces vistos.

Parece estar recortada pues además de no durar los 142 minutos del rollo original pues pareció haberse deteriorado hay varios cortes que te despistan durando realmente 104 minutos.

Recomendada sólo para misioneros fanáticos, ávidos de cristianizar a todo quisqui y meapilas fachas.

Fernando Fernán Gómez años más tarde repetiría el personaje de cura en la película Balarrasa (1951) y la coprotagonista es Sarita Montiel que tiene un papel muy pequeño.
Capitán Strogoff
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