Crusoe (Serie de TV)

No entiendo por qué hacen uso del nombre de la novela, si de ella no tiene más que al protagonista y su compañero Viernes. Todas las situaciones (o la gran mayoría) son inventadas, añadidos que lo único que hacen es intentar dar más "interés" pero que lejos de eso lo que consiguen es cabrear a los que nos encanta el libro, eclipsando lo que yo considero más importante de la historia, el cómo Crusoe llega a la isla, cómo se enfrenta a la soledad en la misma, cómo consigue desenvolverse y avanzar diariamente, y los progresos a los que llega poco a poco, como la agricultura y la ganadería.

Aunque objetivamente no me parece una serie mala en si misma, no te recomiendo que la veas si, cómo a mi, te encantó el libro, puesto que todo lo que tiene que ver con el texto original se toma muy muy a la ligera, convirtiéndose únicamente en un pretexto sobre el cual explotar las posibilidades comerciales del personaje de Robinson Crusoe, con un resultado que no es si no otro producto de consumo más.

Tras un episodio piloto lamentable en todos los sentidos, la serie va de menos a mas. Pasa de ser un bodrio infumable de domingo de sobremesa, a una serie entretenida y hasta con algun capitulo bastante bueno. Tanto la fotografia como la ambientación historica en la isla y fuera de ella son excelentes. Se ven parajes exoticos muy bonitos de la isla. Lo mejor sin duda de esta serie es cuando Crusoe y Viernes se ponen en plan aventurero y explorador en la isla. Lo peor y el aspecto mas ruin, son los piratas con aspecto cutre y tontos del culo que salen en varios capitulos(sobre todo en el piloto), una vez que desaparecen de la ecuación la serie mejora bastante. Sobre los personajes, tanto Crusoe como Viernes cumplen en sus respectivos papeles. Destaco el buen hacer de Sam Neill, ya que su mayor participación en los capitulos finales le dió un punto extra de calidad a la serie. Resumiendo, Crusoe es una adaptación libre de la novela de Daniel Defoe, que es entretenida, muy comercial y apta para todos los publicos. A mi personalmente, me ha terminado gustando y dejandome un buen sabor de boca.

Gran parte de la novela transcurre comentando la vida solitaria del naúfrago a la vez que hace una reflexión de la vida. Sinceramente una serie planteada así no creo que tuviera ni éxito ni ningun interes, ya que la sociedad actual no está para contemplaciones filosóficas profundas cuando quiere ver una serie de televisión.

La serie está bien y su adaptación libre es todo un acierto aunque no sea fiel a la novela original, solo toma los personajes, la situación y a partir de ellos crea una serie de trece episodios. Como ya he dicho lo normal es que lo hagan así, seria imposible mantener durante casi 13 horas (el conjunto de la serie) a los espectadores en el sillón con la mirada fija a la pantalla si vieran una adaptación fiel al libro.

He descubierto esta serie tontorrona en Amazon Prime. Mira que ya tiene años (es de 2008), pero hasta ahora nunca había reparado en ella.

Digamos que se trata de una adaptación muuuuuuuy libre (y evidentemente dirigidas a un público infantil y juvenil) de las aventuras del famoso Robinson Crusoe, pero protagonizadas por un fulano cuyas habilidades con el bricolaje y la ingeniería casera van mas allá de las imaginadas por Daniel Defoe para su muy inglés náufrago del siglo XVIII. Y es que en esta producción británica el amigo Crusoe, con la inestimable colaboración del ex-canibal Viernes (que aquí resulta ser políglota, habilidoso guerrero y hasta filósofo) se monta en una isla de ensueño toda una residencia arbórea que ya quisieran muchos establecimientos turísticos caribeños, pues dispone de todos los lujos imaginables (desde un ascensor a un exprimidor de cítricos) y automatizaciones artesanas con poleas y cuerdas. Tan impresionante es todo que uno se pregunta por qué Crusoe, si es capaz de hacer todo eso, no se construye un barco a prueba de tifones y se larga de la isla. Isla que, por cierto, debe de estar situada cerca de alguna importante ruta comercial, pues es constantemente visitada por piratas medio tontos, guardacostas hispanomexicanos del virreinato de Nueva España tampoco demasiado espabilados, mercantes británicos con bellas damiselas a bordo asediadas por amotinados, etc. Y, por supuesto, nuestros héroes isleños escaparán de todos los peligros, rescatarán doncellas y harán gala de unos conocimientos de combate y de una capacidad para construir trampas que ya hubieran querido para sí los milicianos del Vietcong. Y todo ello luciendo un afeitado impoluto y una ropa limpia por la que no pasa el tiempo.

En fin, todo demasiado fantasioso e infantilón, como ya he dicho. Tanto, que no he podido llegar a ver los 13 episodios y me he quedado en el cuarto.