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Apartamento para tres

Romance. Comedia El industrial inglés Sir William Rutland (Cary Grant) vuela a Tokio en viaje de negocios, pero, debido la masiva afluencia de turistas con motivo de los Juegos Olímpicos, le resulta imposible encontrar alojamiento; así que se las apaña para compartir apartamento durante unos días con Christine Easton (Samantha Eggar). Rutland invita a Steve Davis, miembro del equipo olímpico de Estados Unidos, a instalarse con ellos. La situación se ... [+]
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Críticas 11
Críticas ordenadas por utilidad
30 de agosto de 2005
36 de 44 usuarios han encontrado esta crítica útil
Charles Walters, experto en comedias entretenidas y musicales brillantes ("Desfile de Pascua", "Ziegfield Follies") asume la dirección de la película que recoge la última intervencion cinematográfica del gran actor que fue Cary Grant. A los 62 años dicidió retirarse por razones de edad y porque deseaba dedicarse plenamente a las tareas de padre de la pequeña Jennifer, fruto de su cuarto matrimonio. Es un remake de "El amor llamó dos veces" (1943), de George Stevens. Fue producida por Sol C. Siegel, actriz, guionista y productora (asociada a los grandes estudios) de obras como "Carta a tres esposas", "Me siento rejuvenecer", "La novia era él" y otras.

El relato narra las peripecias que el industrial británico Sir Walter Rutland (Cary Grant) ha de afrontar en Tokio, cuando las Olimpiadas de 1964 han agotado todas las plazas hoteleras de la ciudad. A través de un anuncio conoce la oferta de realquiler por semanas de una habitación con derecho a baño y cocina, en la casa de Christine Easton (Samantha Eggar). Ésta le recibe sorprendida porque la oferta se limitaba a chicas. Tras una larga conversación, le acepta con muchas reservas. Cuando Rutland conoce al atleta olímpico del equipo norteamericano, Steve Davis (Jim Hutton), que se ha quedado también sin alojamiento, lo lleva al apartamento de Christine, que lo recibe a regañadientes. Hay que señalar que en 1964, en EEUU y RU, era impensable que una muchacha soltera compartiera casa con un hombre y, mucho más, con dos. Un hecho de este tipo era motivo de escándalo: de ahí que la historia haya perdido parte de su comicidad por la superación de algunos viejos prejuicios.

La música brilla a lo largo de la obra gracias a la maestría de Quincy Jones, autor de bandas sonoras de numerosas películas ("El oro de Mackenna", "Supergolpe en Manhattan"). En varias ocasiones Grant tararea temas de "Tú y yo" (1957) y "Charada" (1963). La fotografía corre a cargo de Harry Stradling Sr., distinguido por su habilidad en el manejo de la cámara tanto en comedias como dramas ("Desfile de Pascua", "El retrato de Dorian Gray"). El guión fue escrito por Sol Sacks a partir del que realizó Robert Russell para la primera versión de la obra. Las interpretaciones de Grant y Eggar brillan a gran altura y las restantes sobresalen por su corrección y desenvoltura. El resultado es una comedia alegre, interesante y divertida. El humor se basa en malentendidos, enredos, situaciones hilarantes (la carrera olímpica a través de las calles de la ciudad) y personas algo disparatadas (Julio P. Haversack en el papel de novio de Christine).

La película se ha convertido en un clásico de la comedia romántica norteamericana.
Miquel
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3 de agosto de 2008
15 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tokio.1964. Dos hechos que por separado no cuentan con mayor trascendencia; pero que unidos dan lugar a una de las mayores demandas hoteleras en la zona, provocada por la celebración de los Juegos Olímpicos.

Sir William Rutland (Cary Grant) -empresario norteamericano- viaja hasta Tokio en viaje de negocios sin tener previsto alojamiento. Buscando apoyo en la embajada norteamericana encontrará un anuncio en el que se oferta compartir piso. La arrendataria es una bella mujer llamada Christine Easton (Samantha Edgar) que en un principio se opone tajantemente a alojarle en su casa , pero debido a la hilarante vehemencia de éste aceptará de no muy buena gana.

Una de las tardes, Rutland conoce a Steve Davis (Jim Hutton), miembro del equipo olímpico estadounidense que se encuentra con el mismo problema de alojamiento y ni corto ni perezoso le alquila la mitad de su habitación.

A partir de ese momento una serie de innumerables anécdotas se sucederán cuando William Rutland quiera ejercer de cupido entre Christine y Steve, sin que el novio de la chica- un pintoresco trabajador de la embajada - Julius P. Haversack - sospeche lo más mínimo.

Veintitrés años después de que George Stevens estrenara la película "El amor llamó dos veces", Charles Walters ("El solterón y el amor" 1955, "Lilí" 1953) lleva a la pantalla su propio remake con Cary Grant como protagonista, en la última aparición de éste en pantalla.
Retiro feliz para Grant, puesto que sólo quería tener como ocupación el cuidado de su familia; pero pérdida sin duda lamentable para las grandes obras del séptimo arte; que desde su desaparición son un poco menos grandes.

"Apartamento para tres" es considerada una de las mejores comedias de todos los tiempos y por méritos propios. Este honor ,en parte, se lo tenemos que agradecer al brillante guión de Sol Saks, que plaga de ironía el metraje, rehuyendo la risa fácil y los golpes de efecto de las comedias baratas. Un guión lleno de momentos delirantes, ingeniosamente planteados, que arrancan más de una carcajada en el espectador.

Asimismo, es de agradecer la importancia que Walters ha dado a la música en la película. Con canciones de Henry Mancini y música de Quincy Jones; las melodías repetitivas - monótonas en ciertos momentos - y las más alegres canciones dotan de mayor comicidad a la cinta; y la transforman en imprescindible.

Partitura divertida y animosa en la que quedan claramente marcados los estilos jazz y pop con toques muy desenfadados. Tal es el poder de la música en "Apartamento para tres", que en varias secuencias nos encontramos a Cary Grant tarareando - cuando no silbando en plena ducha- temas de "Tú y yo" (1957) y "Charada" (1963). Magistral.

Sigo en spoiler por falta de espacio
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
saudade
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3 de febrero de 2009
19 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
Crítica obligada como contrapunto obligado ante una puntuación alta (¿Quién le pone un 8? Misterios insondables de la naturaleza humana).
Absurda es la palabra que mejor la define. Tontorrona, amable, bienintencionada, romanticona... pero absurda.
Es verdad que Cary Grant cumple su cometido con elegancia y buen hacer, y los demás, pero no es una comedia, no es una película de humor, es eso: una historia absurda apenas sostenida con un guión pobretón. Cariño si se quiere puede sentir uno por ella, por su romanticismo gracioso en el que pretende llegar de buenas maneras al éxito de las películas de Howks (¿La fiera de mi niña, tal vez? Con ese final en una comisaría todos explicándose a la vez). Pero las comparaciones son odiosas, ni de lejos, vamos.
Tiene algo, alma, Grant, candidez en esos niños mirones, sonrisas con ese novio tontorrón que se le escapa la novia como agua en cesto de mimbre, pero... absurda, sin base, sin ningún tipo de contundencia.
floïd blue
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11 de marzo de 2009
16 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el dificilísimo género de la comedia no existen diatribas especulativas o relacionadas con una cinefilia mal entendida. Una comedia funciona cuando sobre todo el guión es original y muy divertido (Con faldas y a lo loco; Me siento rejuvenecer), cuando tiene un ritmo frenético (Uno, dos, tres...; La fiera de mi niña), cuando su sentido del humor es sarcástico, irónico e inteligente (El apartamento; Annie Hall), sus diálogos tienen cierto morbo, capacidad de sorpresa y locuacidad (Broadway Danny Rose; Notting Hill); cuando los actores que la interpretan rezuman encanto y capacidad para invitarnos a creer en lo que nos cuentan y a soñar despiertos (Una noche en la ópera; El guateque), y cuando el director sabe que el principal objetivo que tiene en sus manos es contarnos las cosas sin caer en la comicidad pueril y grosera, lo que resulta difícil en esta época. Pues bien, Apartamento para tres incumple casi todas las principales premisas para ser una "buena" comedia.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Baxter
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16 de enero de 2019
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es difícil escribir sobre Cary Grant de pie, pero cuando cualquier amante del cine hace referencia al actor nacido en Bristol, lo tiene que hacer de esa manera. Archibald Alexander Leach (1906) se convirtió con sus trabajos, talento y agudeza en uno de los mejores intérpretes de la historia, probablemente dentro del top 5.

A pesar de retirarse prematuramente -a los 62 años-, privandonos de alguna que otra interpretación más para disfrutar, el broche que le puso a su carrera en el año 1966 con Apartamento para tres. Un cierre perfecto a una carrera envidiable.

Estamos en el Tokyo de 1964. La capital japonesa alberga los Juegos Olímpicos. Encontrar una habitación de hotel es harto complicado debido a la afluencia masiva de turistas. Sir William Rutland -Cary Grant- está en la ciudad en viaje de negocios y pese a la dificultad para encontrar alojamiento se las apaña para compartir apartamento durante unos días con la bella Christine -Samantha Eggar, - una joven británica residente en Tokyo. Rutland invita a Steve Davis -Jim Hutton, - miembro del equipo olímpico norteamericano a instalarse con ellos. A partir de ese momento, Rutland jugará el papel de casamentero entre Davis y Christine.

Dirigida en 1966 por Charles Walters, Apartamento para tres mezcla aspectos de los dos tipos de comedia que destacaron en la época dorada de Hollywood, la sofisticada y la extravagante. De esta manera nos encontramos con una obra muy elegante que contiene diálogos brillantes, situaciones repletas de equívocos que conducen al conflicto amoroso en las que el personaje de Grant ejerce como maestro de ceremonias.

El guionista Sol Saks adapta la historia que Frank Ross y Robert Russell escribieron y que fue llevada a la gran pantalla en 1943 con la película El amor llamó dos veces. No estamos ante un remake propiamente dicho, ya que en la primera la trama de desarrollaba durante la II Guerra Mundial.

En esta ocasión y sin desmerecer la versión del año 43, el guión está cargado de ingenio y situaciones realmente cómicas. A los personajes de Steve y Christine hay que sumarles el prometido de esta, Julius D. Haversack -John Standing, El psicópata-, un alto cargo de la embajada británica en Tokyo pedante y soso a partes iguales. Un triángulo amoroso muy particular que aguantan el pulso interpretativo notablemente a un genio como Grant que se mueve como pez en el agua ejerciendo de Cupido.

Una despedida para un icono del cine que además de ser brillante, a través de su personaje en este filme, es simbólica. Muy emocionante, además. Grant, en la piel de William Rutland abandona su papel de eterno cortejador que se lleva a la chica para convertirse en un adalid del amor intentado unir a dos jóvenes. Abandona el rol de galán y da un paso al lado, dejando ese lugar a las nuevas generaciones de actores que llegaban y que, debido a su altura como intérprete, carisma y buen hacer frente a las cámaras, ninguno ha conseguido alcanzar.

Más datos sobre esta y otras películas en http://argoderse.com
Y en Facebook: https://www.facebook.com/argodersecine
Daverunner
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