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Alma salvaje

Drama. Aventuras En los años 90, tras unas duras experiencias personales que tocaron fondo con su divorcio y sobre todo con la muerte de su madre, la joven Cheryl Strayed decidió recorrer en solitario, y careciendo de experiencia, más de 1600 kilómetros por el Sendero de las Cimas del Pacífico, que atraviesa el desierto de Mojave y sube hasta la frontera entre los estados de Oregón y Washington, en un intento de encontrarse a sí misma. (FILMAFFINITY)
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Críticas 89
Críticas ordenadas por utilidad
14 de enero de 2015
55 de 66 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Si tu valor te rehuye, supera tu valor"

La anterior es una de las tantas frases que expresan el sentir de la protagonista al momento de decidir embarcarse en una travesía que hará del público su más íntimo y leal cómplice, al lograr una experiencia incluyente para la audiencia en donde la larga duración se percibe como un parpadeo debido a lo amena que resulta la experiencia.

"Wild" es un título que describe el espíritu de esta película que sin duda es un acierto para empezar un año cinematográfico con el pie derecho. Tras cautivarnos con "El Club de los Desahuciados" y exprimir el talento de los actores protagonistas llevándoles a ganar sendos Oscares, el director Jean-Marc Vallé vuelve a hechizarnos con su talento narrativo y vuelve a arrancar una explosiva interpretación de su protagonista, esta vez de una sublime Reese Whiterspoon que probablemente no gane el Óscar como lo hizo Matthew McCoungahey (aunque debería, sólo se justifica por el hecho de que este año compite contra Julianne Moore, a quién le deben la estatuilla desde hace varios años).

De entrada es aplaudirle la labor de Vallé al conseguir una película sumamente entretenida a pesar de que se centra básicamente en un sólo personaje y que narra una travesía que únicamente relata la caminata de la protagonista, apoyándose de flashbacks como único recurso narrativo para darnos a conocer el tormentoso pasado del personaje.

Tal y como Danny Boyle logró mantener atento a la audiencia en "127 horas"en una historia que prácticamente se trataba del monólogo de James Franco, Jean Marc tomó nota y hace que la travesía de Whiterspoon sea vibrante en vez de caer en lo lineal y repetitivo, algo en lo que pudo haber caído fácilmente de no ser por un exquisito guión que a la vez deja frases para analizar y reflexionar una vez terminada la cinta.

La película se destaca porque empieza con fuerza, abriendo la función con un estremecedor grito de la desgastada protagonista, una mujer llamada Cheryl que decide caminar varios kilómetros con el fin de superar su adicción a las drogas, un aborto y la muerte de su madre. A partir de ahí, el director deja en claro que la película es precisamente como ese desolador alarido y que las escenas desgarradoras estarán a la orden del día dado que son parte de la expiación y catarsis del personaje.

Desde el inicio hasta el desenlace, el director rompe cualquier barrera con el público y lo convierte en el compañero de viaje de Cheryl, dado que la llegamos a percibir como si fuera una íntima amiga a quien llegamos a conocer profundamente. El cansancio del personaje pasa a ser nuestro cansancio y nuestros labios se empiezan a sentir resecos cuando ella padece sed. Es loable también que a pesar de lo dura y cruda que puede resultar la historia, el guión incluye unos muy bien insertados golpes de humor que se perciben naturales y para nada forzados, logrando arrancar la sonrisa del público en medio de las lágrimas. Uno de los escasos defectos de la película es que en contados momentos se percibe algo repetitiva y que algunos aspectos del pasado del personaje de gran interés son abordados de manera bastante sutil sin ser exprimidos a pesar de que se trataba de una material sumamente atractivo.

Un párrafo aparté merece la protagonista Reese Witherspoon, quien dejando atrás su periodo de triángulos amorosos y comedias románticas, logra un trabajo excepcional superando aquella excelente actuación que le diera el Óscar en 2006 por "Walk The Line". La rubia de ojos azules se desprende de todo glamour y de su personaje de "Legally Blonde" de una vez por todas, pues es en parte responsable de la magia del filme, dado que ella es el 80% de la película. A su lado, Laura Dern realiza también una destacada interpretación como la madre de Cheryl. En lo personal, pienso que lo justo sería que se repitiera un empate tal y como en el año que Katherine Hephburn y Barbra Streissa fueran reconocidas con el Óscar a la Mejor Actriz; y aunque un empate entre Julianne Moore (también magnífica en "Still Alice") y Reese Whiterspoon se percibe complicado, esa sería la forma más justa de otorgar el premio este año.

"Wild" es una recomendable película para abrir el año, en el que una exquisita banda sonora ilustra ese caminar que, al igual que Cheryl, tenemos que atravesar a lo largo de los 365 días del año.
Victor
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26 de enero de 2015
38 de 43 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con frecuencia, se anuncia en la síntesis de presentación de un film que presenciaremos una serie de hechos trascendentes, tras los cuales la vida de los personajes ya no será la misma. Son las películas de transformación.

Sin embargo, puede suceder que uno no capte tal grandeza a lo largo del metraje porque no es sencillo plasmar una metamorfosis de forma creíble.

En «Alma salvaje», octava película del canadiense Jean-Marc Vallée se siente lo que la protagonista. No solo se la acompaña en su camino de introspección sino que se realizan los descubrimientos de quién fue o qué provocó su conducta, al mismo tiempo que ella misma. Produciéndose una identificación entre espectador y personaje muy atractiva.

Cheryl, persona real que escribió un libro con su experiencia en el cual se basa el guión, siente en un momento que ha tocado fondo y decide embarcarse en soledad en el Pacific Crest Trail, una ruta senderista que recorre EEUU en paralelo al Pacífico, desde la frontera con México hasta Canadá, donde llegará mucho tiempo después, con algún dolor nuevo y alguna herida cauterizada.

Para la credibilidad de la historia, ha sido muy importante la elección de una actriz que no es una atleta. Y así experimentar en su debilidad las dificultades iniciales de la marcha. O la superación paulatina del dolor y el cansancio a medida que va cogiendo la forma. Cuando va fortaleciéndose tanto física como anímicamente. Lo cual le permite afrontar el trazado más difícil y, más importante. Una vez despojada de tanto de lo que es posible prescindir y acompañada ya solo por su diario y volúmenes de diferentes literatos estadounidenses, llega el momento de recordar, de escucharse en el silencio absoluto del desierto en el que se ha aventurado. De enfrentarse al fin a sí misma.

Sorprende entonces gratamente el elogio a la indulgencia para con uno mismo. Que dicha conclusión aparezca en la corriente profunda de una obra procedente de la siempre tan autoexigente y competitiva sociedad estadounidense.

En la corriente más superficial, «Wild» trata de la superación del luto, de la impronta maternal y, finalmente, de la aceptación de uno mismo y su propio pasado. Y llama muchísimo la atención que la sensación de mayor peligro en todo el recorrido no venga de la escasez de alimento, del cansancio o de las alimañas salvajes, sino de la presencia de algún otro hombre.

El magnífico guión corre a cargo del reputado literato británico Nick Hornby y el fondo musical recorre clásicos estadounidenses entre los que sobresale, mientras divisamos el interminable sendero pendiente por recorrer, «The sounds of silence», de Simon and Garfunkel.
Inaki Lancelot
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22 de febrero de 2015
29 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sorpresa. Estamos ante una primorosa película de mínima trama y excelente construcción, guión, realización e interpretación, que hace de su parquedad y sobriedad virtud para centrarse en lo importante: las personas y su no siempre placentero y equilibrado devenir. Tenemos a una protagonista casi única y apenas y si aparecen unos mínimos personajes que ofrecen un contrapunto, entre trágico, patológico, autodestructivo, irracional, fervoroso o demoledor. Porque estamos ante un relato de aprendizaje, de cómo soltar amarras y emprender la búsqueda de un nuevo horizonte y hacerse dueño de la propia vida, sin lamentaciones, ni congojas, sin truculencias ni descoyuntamientos. Parece fácil, pero no lo es – porque no nos damos el permiso.

Tiene varias virtudes esta cinta, a cual más sobresaliente. Primero, hace un excelente uso del flashback recurrente aunque breve, punteando la acción, no evadiendo ni interrumpiendo la trama principal, sino apuntalando, ampliando y comentado la narración, son parte plena y cabal de ese viaje iniciático que ha emprendido nuestra atribulada heroína. Segundo, hace un extraordinario uso de la música, la mayoría de las veces brevísimas evocaciones de temas musicales, otras veces canturreos e insinuaciones escuetas que subrayan con fogonazos, momentos, sensaciones o sentimientos de nuestra desmoronada protagonista, que busca en esta laboriosa partida un improbable asidero al que aferrarse. Tercero, el personaje de la madre y su íntima imbricación con la pérdida de peso, poso y pisada de nuestra andarina y temeraria protagonista. Una madre es el centro de nuestro universo íntimo y personal, más aún si nos ha criado ella sola por la ausencia total del padre. Pero integrarla y darle su justo reconocimiento y valor no es fácil, ni inmediato, ni idílico.

Además, cuenta con fantásticas interpretaciones de sus dos actrices principales. Pocas veces ha estado mejor, más intensa, creíble, ajustada e impactante Reese Witherspoon. Ella es protagonista absoluta y da un recital digno de elogio y admiración. Se deja literalmente la piel en el empeño. Y luego está en un breve pero fundamental papel Laura Dern, que nos tiene acostumbrados a su buen hacer, pero aquí se supera a sí misma y está superlativa, toda humanidad, visceralidad, optimismo, intensidad y desgarro. Inolvidables ambas.

En conclusión, un peliculón que nada contracorriente. Es como espiar una sesión de terapia individual y ver cómo la paciente va cambiando y madurando y resolviendo algunos nudos gordianos que parecían irresolubles hasta llegar al luminoso desenlace. No es película para impacientes ni para aversivos a la introspección o las dudas existenciales. No hay certeza sino sólo voluntad – y llegaremos hasta donde podamos. Fantástica.
antonalva
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21 de febrero de 2015
34 de 50 usuarios han encontrado esta crítica útil
La protagonista, Cheryl, muy bien Reese, actriz que une la fuerza expresiva con la sensibilidad y el matiz (aunque haya hecho demasiadas malas películas durante su irregular carrera), lleva una mochila infame, absurda, desmedida. Y a la película le pasa lo mismo; el pasado la aplasta con infinitos flashbacks; exagerados, truculentos, brutales, constantes. Lo que parecía iba a ser la historia de una mujer joven frente a la Naturaleza; despojada, indefensa, salvaje; se acaba convirtiendo en una excusa nimia para restregarnos/endosarnos otra, una más, histérica recreación familiar, entre el martirio desmadrado, la moralina tortuosa y la filosofía de la piruleta. Casi es más protagonista la madre; insufrible personaje, santificado sin venir a cuento, cargante en su dolor prefabricado y tópico, cursi en su "felicidad" obvia, consabida y gastada.
Pues eso; interesa lo agreste, la soledad y el temor ante la inmensidad; agota el frenesí melodramático.
Creía ver una experiencia ascética e iluminada y me encuentro otra de padecimientos virulentos.
Es como si temiesen aburrir o molestar con la idea de mostrar una exploración arriesgada, solitaria, dubitativa y hubiesen optado por ponerse el corsé fácilmente codificable. Es decir, en lugar de contarnos los devaneos confusos de la chica en medio de la nada, prefieren encadenar clichés sin riesgo (madre buena con mala suerte, hija rebelde, crisis, pecados, arrepentimiento, purificación, purga, recompensa y felicidad), como las estaciones de paso de una santa laica, atea incluso, en su vía crucis camino de la luz y la paz; hacia un espiritualismo de saldo según el cual la tremenda complejidad y dificultad de la vida queda reducida a un voluntarismo naíf y simplón, como si solo fuese cuestión de actitud (ya sabéis, piensa positivo y esas cosas tan tristes), como si la respuesta definitiva estuviese aguardándonos a la vuelta de la esquina, paciente, tranquila, a la espera de que nos diésemos cuenta; religión aguada para estos tiempos descafeinados, las mismas monsergas de siempre pobremente disimuladas, la misma necesidad de buscar respuestas y consuelos sencillos ante la perspectiva, aterradora, de que no los haya, ante el miedo de que tengamos que seguir a ciegas sin saber muy bien nada, siempre en conflicto, en lucha, sin finales felices ni cielos rosados en la meta calmada del crispado recorrido. Entre la duda interesante o las afirmaciones consoladoras eligen más bien lo segundo, el caramelo anestesiado, narcotizante.
Bueno, se deja ver, no aburre realmente (irrita muchas veces), tiene buenas escenas, no pierde comba y tienes curiosidad todo el rato.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
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16 de mayo de 2015
18 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es el robo de este año de los Oscar, el de mejor actriz sin duda alguna era para Witherspoon, pero parece ser qué los que votan son tan sabios y tan inteligentes, que han preferido dárselo a la vieja profesora olvidadiza Moore por una buena actuación que a la joven atrevida expresiva camaleónica Witherspoon por una actuación sublime, como dicen en mi pueblo, un robo a mano armada.



La película es un viaje personal de una chica común en busca de la autoafirmación personal, el reencuentro con un yo oculto, poseedor de la verdad, no suprema, pero si con el conocimiento suficiente para alcanzar la paz interior además de poder descifrar el camino que aún le queda por andar, encontrando a su paso todo tipo de dificultades y alegrías, que le harán evolucionar, hasta ese final conocido al comienzo, ayudada con flashbacks de su pasado que ayudaran a su comprensión.

Lo mejor sin duda es la actuación de Witherspoon, se ve la evolución de su personaje y eso es gracias a que ella sabe transmitir todas las sensaciones que se encuentra en su camino, tanto las que exterioriza como las interiores, reflexiones personales, quedan remarcadas, además de las cicatrices que deja en su cara con los diferentes estados de ánimo. El papel era arriesgado, por que si no lo hace bien hubiera sido un tostón, pero como no ha sido el caso, ha quedado un film de calidad superior, menospreciado por los GRANDES de CacaHollywood.

Otro punto a destacar es la fotografía, hermosa, ha reflejado perfectamente la dureza del desierto, la frialdad de las montañas, la paz de los bosques, el miedo del lodazal y la felicidad bajo lágrimas celestiales. Hermosa, hermosa y hermosa.

Un punto también a su director, ese que el año pasado rodó Dallas Buyers Club, conocido de sobra, qué ayuda con la cámara de forma magistral en el recorrido.



Queda dicho, un robo, un film sin el premio que merece, una buena película que muchos deberían ver y qué seguramente agradecerán, y seguramente en el tiempo de la filmoteca eterna tendrá su recompensa.
Ranxomare
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