Presunto inocente

Muy buena película, la primera mitad transcurre con normalidad, sin despuntar para lo malo ni para lo bueno, pero es a partir de entonces cuando empieza lo bueno, no me esperaba que Alan J. hiciera tan magistral trama en la que cierne el crimen. Me encantó el juicio final, me recuerda a las maravillosas películas de Hitchckok, me parecío un final muy bueno, intenso y original acompañado de un ritmo cautivo lleno de sorpresas quedándome pegado al televisor sin poder parpadear.
El argumento no desafina en todo el tiempo, con grandes dósis de entretenimiento, también la imprevisibilidad juega un papel muy importante en este factor, ya qe estás intrigadísimo por saber como se resuelve el misterio. Muy bien Alan J. Pakula.

Sin ser una obra revolucionaria, su dramática y enigmática trama, su melancólica estética, la ausencia de maniqueismo en el desarrollo de personajes (aunque otros usuarios opinan lo contrario) junto con sus más que competentes interpretaciones la convierten en una película muy disfrutable. Por ejemplo, la interpretación de Raúl Juliá es imponente y merece la pena ver la película en su idioma original tan sólo por escucharle hablar. Sin embargo, es una lástima que un thriller tan absorbente se vea perjudicado por un final tan inverosímil y efectista. Creo que dejar la trama relativamente abierta, es decir, eliminar los 5 últimos minutos de la película y dejar volar la ya previamente abonada imaginación del espectador, hubiera enriquecido el conjunto de la obra. A veces no hacer es más productivo que hacer.

Imponente thriller judicial en el que una abogada, tan ansiosa de poder como atractiva y morbosa, encarnada perfectamente por Greta Scacchi, es asesinada brutalmente. Harrison Ford realiza aquí una excelente actuación, interpretando a un importante fiscal de distrito que ve cómo, además de tener una difícil vida privada, es acusado formalmente del terrible asesinato ya comentado. Ford efectúa un creíble tratamiento de su personaje, cuyo sufrimiento va in crescendo a medida que avanza la película. Aparte del crimen principal, el guión se mueve entre una serie de intrigas de carácter político, que hacen más completo el argumento, pues ayudan a definir una serie de personajes que en principio eran amigos íntimos del protagonista, además de otorgar al espectador varias posibilidades en qué pensar para establecer el móvil del homicidio. En la parte correspondiente al juicio destaca el saber hacer de Raúl Juliá, imponente en su rol de abogado defensor. Otros actores de calidad como Brian Dennehy, Paul Winfield o John Spencer (The west wing) completan un magnífico reparto que, unido al sobrio guión y a un final efectista (y un tanto tramposo) completan un buen film, que logra mantener en vilo al espectador en todo momento.

Y bien, ¿tienen ya el veredicto?

Sí señoría. Tras deliberar varios minutos, el jurado de este tribunal declara al acusado... CULPABLE.
Culpable por enganchar al espectador a un film atrapante, bien conformado y con un excelente uso del tempo y de las formas narrativas, tanto del flashback como de la voz en off.
Culpable de enmarañar ese final con alguna que otra vuelta que, pese a resultar tramposas, no desentonan con el global del film.
Culpable por hacer mella en algunos de los tópicos más descarados del género, aunque pasmosamente funcionales en esta ocasión.
Culpable de no sacar más partido a la relación de Harrison Ford con otros personajes que podrían haber ofrecido un cauce distinto al entramado y, por contra, despistan al respetable.
Culpable por dejar que la formidable actuación de Raúl Juliá resulte desequilibrante en comparación con las demás que se dan cita en esta propuesta.
Culpable por seguir alimentando el encasillamiento de Ford en este género, aunque sus films de la década de los 80, principios de los 90, sean casi todos impecables.
Culpable por apartar a determinados personajes de la trama dejando así que el espectador siga pistas falsas y olvidando dramatizar elementos que, con una mayor dosis de profundidad, hubiesen resultado mucho más eficaces.
Culpable de dar algunas vueltas de más a un entramado que, quizá con menos trayecto recorrido habría podido causar exactamente el mismo efecto
Culpable al no dejar que la tensión y el desasosiego se apoderen del espectador en momentos que debería ser casi imprescindible.
Por todos esos cargos y un metraje que probablemente se exceda levemente, el acusado es condenado a dirigir el próximo bodrio bananero que se le ocurra a alguna productora falta de $$$$.

Y luego, vino "El informe pelícano".

Típico Thriller judicial hollywoodense, que construye una trama para el vuelco final. Pese a que la película de Alan J. Pakula en ni un momento desentona, nunca logra volverse atrapante del todo. No es la peor película del estilo, pero tampoco es la mejor. Tenía todo para ser mejor de lo que fue, quizás le falto fuerza en la narración, y algo de química, no sabría decirlo bien, algo le falto para ser más redonda. Resulta entretenida, pero no redonda.