La casa del terror (Dark Ride)

Michael Myers ha vuelto, sólo que ahora se llama Jonah y vive en el Tren de la Bruja. La emblemática cinta de Carpenter sigue creando escuela bien entrado el nuevo siglo: no contenta con iniciar el subgénero slasher (probablemente la representación más genuina y abstracta del terror que ha concebido el séptimo arte), continúa lustros después inspirando a bisoños directores de cine en el noble arte de dar miedo, aunque ahora la influencia se regurgite más desde una perspectiva irónica y circense que de puro escalofrío. El problema, en el caso de La casa del terror, es que Craig Singer no tiene el talento de un Rob Zombie, el más honesto e inteligente renovador del género. De ahí tanta mediocridad, rematada por una idea que no puedo entender: ¿no os parece absurdo que se intente reinventar un género precisamente acudiendo a aquellas constantes que lo hicieron famoso y que ahora lo definen? Es, ni más ni menos, lo que hace el amigo Singer.

Pero no todo es de derribo en La casa del terror. Por ejemplo, tiene un sentido del humor bastante negro que la hace más llevadera. Y pequeños detalles gratificantes: el reparto, por ejemplo, se ajusta más a la realidad que el de otras película por el estilo, y los personajes no mueren exactamente en el orden esperado. Todo esto, más algún puntazo gore (el cráneo partido por la mitad), convierten al film en un producto no del todo desdeñable, aunque evidentemente repleto de carencias y defectos, el más gordo de todos ellos la sorpresa que nos depara el final: el único momento que se pretende original pero que apenas tiene sentido. Singer ha acabado haciendo trampas, quizás para ocultarnos que su siniestra atracción de feria no es más que una entretenidilla amalgama de tópicos casi siempre mal ejecutados. Vosotros veréis si os compensa pagar el precio de la entrada o no.

Lo mejor: la escena de la mamada.
Lo peor: su decepcionante desenlace.

Para ser una película destinada a los estantes de video, la considero interesante por ser un homenaje a cintas clásicas del terror como "Halloween", poniendo el decorado en un tren del terror de una maner original. Lo recordable sin embargo solo es la escena de la mamada y un final que decepciona por tonto e incogruente. También hay que destacar los tópicos del género como son el grupo de adolescentes, el asesino que se fuga y el rencuentro en su morada. Es entretenida, no excesivamente larga y en algunos puntos incluso graciosa, no abusa del gore como Rob Zombie. A los fans del género no les decepcionará, aunque tampoco es una maravilla.

Siendo fan confesa del cine de terror, debo decir que cada día me decepcionan más los films de este género, ya que últimamente llaman "terror" a cualquier película que puede pasar por una comedia perfectamente (de forma no totalmente involuntaria), y es que como todos sabemos desde de los 90 hasta hoy predominan los productos superficiales y sin personalidad dirigidos a un publico joven que se conforma con entretenimiento inmediato y algún susto que otro, por lo tanto la calidad y la innovación brillan por su ausencia, sobre todo en los "Slasher", subgénero al que pertenece este film y que pocas alegrías nos ha dado en su conjunto.

El titulo que nos ocupa, "La Casa del Terror" es la típica película de "terror" sobre un grupo de adolescentes que se van de vacaciones y por azares del destino van a parar a la casa del "terror". Y claro, como no podía ser de otra manera, allí dentro se separan, cada uno va a su rollo y la mayoría va muriendo entre terrible sufrimiento, pobrecitos. Lo de siempre. Al menos me alegra poder decir que es una película corta y no se hace del todo pesada, a veces incluso hace gracia por su pésima calidad. El argumento una chorrada vista ya varias veces.

Por otro lado cabe destacar lo simple y previsible de su desarrollo, sin nada nuevo ni interesante que mostrar, es mas, sabes como se va a ir desarrollando la historia desde el principio si has visto películas de tematica similar. Lo único bueno que tiene es que no la venden como una gran obra para luego llevarte un chasco, sabes desde el principio la mierda que vas a ver, no tiene pretensiones de ser un referente, lo cual resulta de agradecer y a la vez bastante triste (muchos estamos cansados de tanto guion clónico).

En cuanto a las escenas "truculentas" de nuevo nada sorprendente a destacar. Sobra decir que no tiene un final sorprendente ni mucho menos, pero bueno, eso ya nos lo imaginábamos. El caso es que siendo severos no hay por donde cogerla, todo el reparto juvenil parece salido de cualquier tienda de Bershka o similar, lleno de payasos y petardas por doquier, clásicos arquetipos del genero elevados a la máxima expresión de estupidez. La dirección de Craig Singer pasa desapercibida debido a la nula exigencia del guion, sin escenas mínimamente memorables que ofrecer, cumple sin mas.

En conclusión, "La Casa del Terror" no es mas que un producto comercial sin pretensiones calcado a muchos otros y carente de elementos de intereses en su propuesta. Recomendable tan solo para fanáticos del genero y gente que busque entretenimiento "accesible" en una aburrida tarde de domingo, siempre que ya hayan visto "imprescindibles" del Slasher como la pionera "La Matanza de Texas", mucho mas estimables sin duda.

Por mucho que la presente Lions Gate, ‘La casa del terror’ no es más que otro subproducto de horror, encuadrado dentro del slasher, que no aporta nada al género y coge un poco de allí y un poco de allá para meterlo todo en una atracción de feria. Como suele ocurrir en estos casos, la escena inicial está muy por encima del nivel medio de la cinta y el pasaje de las gemelas en la feria es ciertamente inquietante. Una vez presentado al psicópata de turno, toca conocer a los entusiastas jovenzuelos ansiosos de fiesta, alcohol y desenfreno. Así, compartiremos caravana con ellos y sus tonterías hasta que el destino les deje tirados frente a la casa del terror. Y no es poco tiempo, prácticamente 45 minutos con los habituales diálogos absurdos, sin gracia alguna, bajo el rostro además de unos actores ciertamente incompetentes. El devenir de los acontecimientos incluye una buena ambientación, pasajes del terror que no están mal y sangre y muertes por todas partes. Al menos compensa la espera, aunque de manera moderada, tampoco es para tanto. Así, acudimos a un desarrollo simple, alguna que otra trampa para jugar al despiste (el parche de su desenlace) y las habituales incongruencias que obligan al grupo a separarse, vaya a ser que alguien note cierto grado de inteligencia en ellos. Mucho claro oscuro, gritos y carreras para que al final el loco siga estando muy loco, y todo siga estando dónde estaba. Se soporta y gracias.

La casa del terror pone de manifiesto que aprovecha el filón abierto por los slasher clásicos de los años 80. En particular, el de la saga de Viernes 13, donde podemos ver un asombroso parecido, tanto en fisonomía como en comportamiento psicótico al impasible asesino Jason Voorhees.
En esta ocasión, nuestro particular maníaco desecha la habitual máscara protectora de hockey para ponerse una simpática careta de bebé. Y es que al igual que el insensible Voorhees estamos ante un misterioso asesino con problemas faciales y de personalidad no resueltos a tiempo por un competente psiquiatra. Lo que nos queda es la típica película de adolescentes, a los que parece faltarles un hervor, llena de sustos que impresionan poco y con una puesta en escena que recordará a las clásicas películas de Viernes 13 de principios de los años 80.
El que sienta nostalgia por ese tipo de filmes, quizás pueda sentir cierta curiosidad por esta cinta, pero sólo durante un rato.