Cuatro minutos

Bienvenido a "Cuatro minutos", tome asiento, contaremos cuatro sencillas premisas para que una vez dentro de "Cuatro minutos" no se sientan desorientados:

Eins: Bienvenido al lugar donde un simple guardia jurado encargado de mantener el orden en una prisión femenina puede aspirar a más e intentar ganar algo mediante su intelecto y no mediante la fuerza.

Zwei: Bienvenido al lugar donde alguien puede morir y su compañera de celda comparte su último momento robándole un cigarrillo del bolsillo. Bienvenido al lugar donde el segundo plato, frío, es la venganza.

Drei: Bienvenido al lugar donde una presa y una figura representativa y represiva del III Reich pueden convivir y cooperar siendo alumna y maestra, siendo cómplices la una de la otra y aprendiendo a la vez que enseñan.

Vier: Minuten finales que el espectador no olvidará. Bienvenidos a "Vier minuten"

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La película alemana, viene promocionada en los carteles como un bombazo. Tras el éxito de "La vida de los otros" (Florian Henckel-Donnersmarck, 2006), ganadora del oscar a la mejor película de habla no inglesa, ésta se nos presenta como una película con un guión algo trabado pero con muy buena dirección, a mi parecer.

La historia transcurre en una prisión femenina, aunque a veces la acción se traslada a otros lugares, e incluso es constante el uso de flashbacks para explicar la vida de algunos personajes. Los personajes son tipo, por un lado la refinada profesora de piano con pasado turbio que deja todo por la música y ve en una chica algo que no sabe definir, por otro lado la chica rebelde con excelentes cualidades técnicas a la hora de ejecutar algo y por otro lado la represión que sufren ambas en forma de máxima autoría de la prisión.

La película, tiene un ritmo bastante irregular, por momentos frenético, que te hace pegarte a la pantalla y no querer dejar de ver esa escena y por momentos bastante pausado, aunque no llega a aburrir.

La banda sonora, aunque notable, expresa algunas carencias, al no tener un tema con clímax o por la propia repetición de los ensayos de piano.

Por último, como valoración personal, no vayais al cine creyendo que vais a ver "La vida de los otros", pero id a disfrutarla, que no está nada mal.

El director y guionista germano Chris Kraus pudo hacer un peliculón de haber cuidado un poco más el guión. Porque el resto de “Cuatro minutos” es impecable. Técnicamente está muy cuidada y sobre todo, la luz y los contrastes que utiliza, han sido muy mimados. Las dos actrices principales, sobresalen y aunque ninguna llega a enfatizar debido a su carácter, convencen con rotundidad.

Quizá, el hecho de no enfatizar con ninguna de ellas, pueda correr el riesgo de que la película quede huérfana de cariño. A mi juicio, y siendo consciente de este peligro, no me supone excesivos problemas encontrarme con dos protagonistas con nulo afecto. Al fin y al cabo, no estoy viendo un cuento de Disney. Me encuentro viendo a dos mujeres que la vida les dificulta las cosas y adquieren un carácter amargo y violento. Aunque la cinta se centra prácticamente en la vida de la maestra y alumna, algunos secundarios, tampoco muy agradables, nos aportan otras grandes actuaciones y pequeñas historias secundarias.

Graus comete el error de llenar la historia de flashbacks para contar el pasado tortuoso de algún personaje. Y estos cambios temporales estropean el ritmo narrativo de la historia y puede, que algún espectador, se pierda también en ellos.

En el guión se cuela algún diálogo divertido, algo negro, que ayuda a diluir la tensión.

Destaco un gran final. En todos sus aspecto posibles. El final es grandioso, y si te gusta la música, vas a disfrutarlo todavía más.

Es difícil contar con más frialdad una historia tan dura y conmovedora. Esto no es una crítica negativa, es un elogio. Es decir: el director ha sabido penetrar en las profundidades de un volcán de sentimientos cubiertos de una gruesa capa de hielo que va poco a poco levantando, casi sin mover una pestaña, para permitir entrever las corrientes de lava contenidas que son las almas de todos sus protagonistas, no sólo de las dos mujeres. Es cine puro que recuerda a Bergman, cine del norte de Europa, que nunca podría estar firmado por autores más próximos al mediterráneo. Toda la película transcurre por el filo de la navaja de los sentimientos, de la explosión de dolor, de la rabia apenas consentida.

Y si el guión, al que sólo se le pueden achacar algunos titubeos narrativos, controla con maestría el avance de la acción, la fotografía y el sonido intervienen de manera efectiva. La banda sonora es rica y potente. Tiene un protagonismo de primera fila tanto por la música que se interpreta en pantalla como por la composición de sonidos que desde el primer minuto impactan con frialdad y rudeza en el alma del espectador.

La narración fílmica, la fotografía no tienen nada que ver con lo que se hace actualmente y menos en el dominador cine norteamericano. Es personal, original, bella en su crudeza. La puesta en escena alcanza una intemporalidad que en muchos momentos hace dudar de en qué época se está desarrollnado la acción y trasciende el conflicto más allá de situaciones políticas concretas.

Envidiable el papel de la profesora. Pocos papeles hay de tal talla para mujeres de cierta edad.

Película más que correcta, muy bien realizada e interpretada que cae en algúnos tópicos del cine carcelario y en cambios de ritmo algo bruscos, pero que no obstante se ve sin desfallecimiento y con sumo interés. Un ejemplo más de la alta calidad del cine alemán que nos llega con cuentagotas y que me hace plantearme la siguiente reflexión ¿De tratarse de una película americana se habría estrenado en tan pocas y pequeñas salas?.
Atención al desenlace final y mención especial a la estupenda banda sonora. 4 minutos demuestra la gran altura a la que puede estar el cine comercial europeo y se merece sin ningún tipo de reservas la confianza del público, no ya solo por tratarse de un obra mucho más que digna, si no también por la gran honestidad de sus planteamientos y el tremendo respeto que demuestra hacia su espectadores. Yo me lo pasé muy bien viéndola y no tuve la triste sensación de vacio o aleccionamiento moralista que tan a menudo me asalta cuando suelo ir al cine simplemente a pasar un buen rato.

Por mucho que se cite como promoción, nada que ver con “La vida de los otros” y su empatía con personajes difíciles.
Nada que ver tampoco con el sentimentalismo de “Los chicos del coro”, por mucho que haya una superación personal mediante la música.
Nada que ver, en fin, con la ñoñería del drama carcelario femenino tipo “Entre Rojas”.
Estamos ante una película áspera y poco complaciente.
Pero las actrices están perfectas en sus papeles (sin que desde el guión se les den muchas oportunidades para caer bien) y el final es maravilloso (sonora, visual y emocionalmente).
Merece la pena.