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El consejero

Thriller Un respetado abogado americano (Fassbender) decide participar por primera vez en una operación de tráfico de drogas en la frontera mexicana con el fin de conseguir dinero para casarse con su novia (Penélope Cruz). Sus contactos con los cárteles son Reiner (Javier Bardem), un capo de la droga muy enamorado de su chica, la sexy y ambiciosa Malkina (Cameron Diaz), y Westray (Brad Pitt), un intermediario amigo suyo. Primer guión ... [+]
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Críticas 161
Críticas ordenadas por utilidad
5 de noviembre de 2013
226 de 275 usuarios han encontrado esta crítica útil
Le concedo tres cosas positivas a "El Consejero", la primera que Fassbender es un actorazo del copón capaz de cambiar de registro todas las veces que haga falta a lo largo de una película (es brutal el ascenso y caída de su personaje). La segunda, que el resto del reparto está a la altura (aunque Javier Bardem y Penélope Cruz no me parece que hagan gran cosa con sus papeles). Y la tercera, el tener uno de los asesinatos más cazurro-gore del año (lo detallo en spoiler por si alguien tiene curiosidad).

¿El resto? El resto me ha parecido un enorme peñazo (aunque suene a crítica poco profesional y los fans se me echen encima con sus negativos y sus mensajes de ataque). Por mucho que tenga a Cormac Mccarthy de guionista y a Ridley Scott de director, y un repartazo, la película es aburrida, su guión es muy pretencioso y cae demasiado en el subrayado fácil sobre el capitalismo y la realidad el mundo de hoy. Su diseño de producción me ha parecido muy cutre, mucho desierto, mucho interior en penumbra, y la fotografía y estilo visual me han recordado muchísimo a "Salvajes" de Oliver Stone.

Aunque a diferencia de aquella, ésta no tiene apenas escenas de acción. Si acaso algún leve tiroteo y alguna escena-homenaje a los Simpson (esa cuerda de piano cruzada en la carretera con funesto objetivo). Pero nada más. Todo es un gran encadenado de diálogos, todo diálogos, acerca de los trapicheos narcos con Fassbender como abogado-consejero de los mismos y sus relaciones y avatares de destino negro. Todo muy teatral, con diálogos muy inflados (¿a qué vienen esas reflexiones tan profundas acerca de la muerte en el tercer acto?), mucha dialéctica sexual (la conversación entre Bardem y Fassbender en el club del primero con esa tan comentada escena de Cameron Díaz en el coche, no tiene desperdicio, aunque tampoco es tan tan destroyer como anuncian los críticos). Y la sensación final de que se ha asistido a una gran nada que se hace más larga de lo que realmente es, pese a que Fassbender se entrega del todo (esa escena hundido en su coche cuando comprende la verdad es de actorazo).

Y encima, Brad Pitt parece que está ahí sólo por aparecer con su sombrero de ala ancha y su aire de ranchero texano (quitando su grandísima, grandísima, aparición en la parte final), eso sí, me quedo con esa frase que le suelta a Fassbender sobre el significado de la palabra amigos, y que pongo en la zona spoiler.

En definitiva, que le doy un 3. Las críticas han sido muy negativas en todos lados, la taquilla no ha respondido y más que una mala película, a mi me ha parecido una tremenda decepción.

Muchas gracias si alguien me lee y me valora positivamente, aunque teniendo en cuenta que Ridley Scott y su reparto tienen legiones de seguidores acérrimos... me veo que me van a llover negativos a mansalva.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Jose Luis
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1 de diciembre de 2013
179 de 251 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es posible que tenga muy poca cultura, no sepa apreciar lo profundo de los actos y los diálogos de esta película o simplemente puede que mi gusto sea malo, pero de verdad que para mi ha sido la peor película que he visto en un cine en mi vida.
No estoy seguro de cual es la trama.
No estoy seguro de cual es la finalidad por la que el malo hace lo que hace.
No se que tiene que ver el protagonista con toda la historia.
No entiendo por qué mueren la mitad de los personajes que mueren.
No entiendo la relación entre los propios personajes.
No se para que aparecen la mitad de los personajes que aparecen.
No entiendo porque cada personaje tiene que hacer un monologo insufrible de 10 minutos.
No se como el directos de Gladiator puede haber hecho este horror.
No se como el reparto, siendo tan conocido, ha participado en esta cosa.
En fin, no digo nada más.
Sovietiko
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28 de noviembre de 2013
93 de 108 usuarios han encontrado esta crítica útil
(...) Y mientras tanto, llega a la cartelera española El Consejero, un proyecto que partía con todos los ingredientes para el éxito. Un reparto formidable, al menos en lo que a fama se refiere: Michael Fassbender, Brad Pitt, Cameron Diaz, Javier Bardem, Penélope Cruz, Bruno Ganz, Rubén Blades, Rosie Perez… Pero sobre todo era la presencia de Cormac McCarthy la que aumentaba las expectativas.

El veterano escritor norteamericano, famoso por sus novelas La carretera y No es país para viejos, adaptadas con bastante éxito al cine, se ponía por primera vez delante de la máquina de escribir para crear un guión exclusivo para el cine. Y debemos empezar por ahí. El Consejero es una película confusa, con una estructura narrativa ineficaz que impide al espectador acomodarse. Faltan puntos de referencia y sobran diálogos con ínfulas trascendentes. Se podría decir que El Consejero es una acumulación de diálogos, demasiado inconexos en su mayoría.

¿Aburrida? No. El problema no es ese. Abordar el mundo del tráfico de drogas en la frontera entre México y Estados Unidos desde una óptica más reflexiva, con menos tiros y personajes tarantinianos es una buena idea. Al menos original en el cine actual, afectado por un exceso de velocidad. Cormac McCarthy apuesta por parar y hablar un poco, que nunca viene mal. El problema es que los personajes no quedan bien definidos a través de sus propias palabras, porque los diálogos son un tanto amanerados.

¿Qué pasa entonces? No sabemos muy bien de qué va la cosa y no empatizamos con ningún personaje, especialmente con su protagonista. Sabemos que es bueno con el cunnilingus. Un sofoco de Penélope Cruz al inicio de la historia da fe de ello. Al parecer, están enamorados. Pero su relación, apenas dibujada, carece de peso narrativo.

¿Tráfico de drogas? ¿Amor? ¿Sexo? ¿Traición? ¿No te metas donde no debes? El Consejero pica un poco de aquí y de allá sin concretar nada. Y de repente, el bueno de Fassbender se pone a llorar a lágrima viva. Y no sentimos pena por él, porque no hemos entrado en la historia en ningún momento.

Sí, hay actores de prestigio. Bardem es un seguro, Cameron Diaz, muy perdida desde hace años, sorprende agradablemente. Por su parte, Brad Pitt, correcto en esta película, sigue con su metamorfosis brandoniana (alguien le debería decir algo al respecto, porque a veces hace el ridículo) y Fassbender tiene una dicción estupenda, algo poco común en el cine. Y también hay un buen trabajo de puesta en escena, creando atmósfera a través del diseño de producción y con la interesante banda sonora. Pero el guión y el montaje fallan. Y El Consejero termina convirtiéndose en otra decepción. Una decepción en este caso cuya responsabilidad debe ser compartida por Scott y McCarthy.

Lo Mejor: La atmósfera, Cameron Diaz, el ritmo pausado.

Lo Peor: La trama queda enterrada bajo una losa formada por una sucesión de diálogos inconexos, en general pedantes o absurdos, y algunas escenas surrealistas que sonrojan más que otra cosa. El collage de McCarthy no convence.

[crítica extraída de alucine.es]
david
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27 de noviembre de 2013
88 de 127 usuarios han encontrado esta crítica útil
Enfrentarse a la literatura de Cormac McCarthy no es tarea fácil. Su estilo seco y preciso, sus reflexiones morales y desesperanzadoras, unidas a una obsesión casi enfermiza por lo fronterizo y áspero, lo convierten en un autor para el que hay que prepararse mentalmente antes de siquiera tocar una de sus novelas. De ahí que sus adaptaciones cinematográficas se conviertan en algo parecido a una ruleta rusa. All the Pretty Horses (Billy bob Thornton, 2000) fue un estruendoso fracaso de crítica y público. No Country for Old Men (Joel y Ethan Coen, 2007) y The Road (John Hillcoat, 2009) triunfaron sobre todo por su (casi) fiel adaptación del escritor norteamericano, siendo No Country for Old Men una de las obras fundamentales en el Séptimo Arte del Siglo XXI. The Gardener's Son (Richard Pierce, 1977) y The Sunset Limited (Tommy Lee Jones, 2011) son los únicos guiones basados en sus propias creaciones que McCarthy ha llevado al cine y la televisión como guionista único. Como también lo hace en The Counselor. ¿Por qué hablo tanto de McCarthy y nada de Ridley Scott? Porque claramente esta es una película de Cormac McCarthy y nada o muy poco tiene del director de Alien (1979), que se ve absorbido por una historia que probablemente no comprende del todo o por la que no siente una atracción personal. Supongo que el orgullo de trabajar con McCarthy fue suficiente para que el realizador inglés se embarcara en el proyecto, sin tener en cuenta la ardua labor que le esperaba. Porque Scott se limita a situar la cámara en el lugar que él cree más indicado para beneficiar a la escena de turno. Intenta dotar de ritmo a la historia, poner su sentido de la narración al servicio del relato sin molestar, sin aportar una visión personal que distorsione la mirada original. Y no me parece nada mal su elección. Porque ante un material de esta envergadura lo más sensato es echarse a un lado, sobre todo si uno mismo es conocedor de sus limitaciones, y permitir que las imágenes cobren vida por si solas. Definitivamente, Scott no tiene el talento realizador de los hermanos Coen pero, como digo, se conoce muy bien. El escritor y el director poseen estilos narrativos diferentes, y prevalece claramente el del firmante del libreto. The Counselor es una película con un estilo literario intrínseco, visceral, excluyente incluso. De hecho, esta característica ha sido elegida como arma favorita por los medios americanos (y prácticamente por los de todo el globo) para fusilar al film. Su excesiva devoción por lo literario, tanto en sus diálogos como en la construcción de sus escenas. Y es cierto que la tiene pero, ¿Es esto reprochable? Nicolas Winding Refn cimentó su Only God Forgives (2013) en una estética recargada y una estilización extrema de la violencia. Harmony Korine en su Spring Breakers (2012) también depende de su obsesión por la forma y la deconstrucción del relato. Es decir, ambos autores dotan de una personalidad diferencial a sus películas con elementos que usan abundantemente, de forma constante, sin red de seguridad. Lo que les valió para formar parte de listas de las mejores películas de 2012 y 2013 por su arriesgada apuesta. Pues bien, lo que Cormac McCarthy hace en The Counselor es exactamente lo mismo. Lo arriesga todo a una carta. Y no es que sea criticado por el resultado, que también, sino que sobre todo es atacado por su elección, que se considera un ataque de prepotencia y casi un desprecio para el cine. No entiendo absolutamente nada.

Partiendo de la aceptación de esta base literaria, me centro en las abundantes temas que McCarthy trata en el film. En él se nos presenta a Fassbender como un abogado iluso, inocente, que parece salido de una película de Frank Capra, pues pretende entrar en el negocio de la droga en México como trabajador externo. Quiere los beneficios que le puede proporcionar este mundo sin conocer nada de él, sin mancharse las manos y, sobre todo, sin esperar ninguna consecuencia. Es un personaje crédulo, que no se encuentra en su elemento (la escena en la que pregunta algo en español y es respondido en inglés lo define a la perfección) y cuyo único momento de paz transcurre en la escena inicial, en la que se encuentra con Penélope Cruz debajo de las sábanas como si estuvieran ambos en un campo de protección ante la brutalidad que les rodea. Es imposible hacer negocios en este mundo sin salpicarse, en el momento en el que entras en la red, en el que te mezclas, ya estás implicado (o muerto). Solo queda saber cuanto vas a disfrutar de tu vida y cuanto te vas a forrar. Pero una vez que entras, es para siempre. ¿Puede realmente existir un personaje así? ¿O estamos tan condicionados por la violencia de nuestro tiempo qué encontramos extraño enfrentarnos cara a cara con una persona cándida y utópica? Porque México se nos presenta como el infierno en la tierra ("Jesus no nació en Mexico porque no encontró tres reyes ni una virgen", dice uno de los brutales diálogos de McCarthy), un lugar donde la muerte acecha en cada esquina y los demonios son invisibles. Este es, de hecho, uno de los puntos fuertes de la trama. El protagonismo otorgado al Cártel no es directo pero es vital para el avance de los acontecimientos. The Counselor nos muestra que hay algo peor que la muerte:esperarla. Porque todos y cada uno de los personajes que habitan este mundo feroz parecen condenados desde el principio a la tumba, dianas de un enemigo fantasma que no se deja notar hasta el momento en el que ves pasar toda tu vida ante tus ojos, a modo de justicieros espirituales. El estado de paranoia constante que habita en el film es contagioso y agobiante, porque el espectador puede anticipar con cierta facilidad ciertos movimientos pero jamás ubicarlos en el espacio y el tiempo. Solo McCarthy puede hacerlo. Y parece que disfruta como un hijo de perra con este poder, llevándonos de un lado para otro, mareando la perdiz para que el golpe sea mayor.

Sigo en spoiler sin ser spoiler
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Jlamotta
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1 de diciembre de 2013
64 de 93 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras toda fachada aparente aparece un fondo que nos ofrece las dobleces y los sinsabores de la ambición, de la venganza, de la desmesura, la codicia y la lujuria. Creemos, en nuestra ingenuidad, que podemos dominar a la bestia y que sólo queremos transitar el lado oscuro una única vez, tan solo por un rato, durante un fragmento ínfimo y mínimo de nuestras vidas, como si pudiéramos someter los entresijos del mal, como si los infaustos presagios nunca fueran a cumplirse y estuviéramos vacunados contra la hecatombe de la desdicha.

Queremos ser dueño y señor de nuestro destino, queremos ser ricos, espléndidos, hermosos, arrogantes, en la cresta de la ola, inmaculados e irradiar una imagen de éxito, de fulgor y de inmortalidad. Pero somos pasto del olvido y somos débiles y maleables y la avaricia nos lleva a perder de vista que somos meras marionetas zarandeadas por un destino que nos guarda, con cartas marcadas, alguna jugada maestra que lleva al traste el mejor de los planes y el más estudiado y controlado de los ardides.

Esta es una cinta sobre añagazas, dobleces, apariencias y ambición desmedida que acaba en tragedia irremediable. El final es soberbio y lleno de una negrura moral que apenas deja sombra para la más mínima esperanza. Quizás se le pueda reprochar al guión de Cormac McCarthy que sea demasiado literario y le falte una frescura y lozanía que en ningún momento pretende, pero el conjunto es muy satisfactorio, lleno de ironías, provocación y mal fario, lleno de perversas desdichas, siempre bordeando el abismo fatal. Y la luminosa dirección de Ridley Scott le proporciona una concreción envidiable.

Y los actores siguen el juego con delectación: sobre todo destaca el protagonista, el formidable Michael Fassbender, así como los veteranos Bruno Ganz y Rubén Blades, pero sobre todos ellos fulge una suntuosa y sinuosa Cameron Diaz, en uno de los mejores papeles de su irregular carrera. Recomendable y muy disfrutable.
antonalva
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