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Las mil y una noches

Drama El príncipe Nur-er-Din trata de encontrar a su novia, que ha sido secuestrada, con el fin de conseguir el gobierno de una ciudad. La búsqueda lo lleva al fin del mundo, y durante el viaje escuchará numerosas historias de sexo y traición. Tercera y última parte de la Trilogía de la vida ("El Decamerón" y "Los cuentos de Canterbury") que consta de una decena de historias basadas en un clásico de la literatura árabe que exalta un sexo ... [+]
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Críticas 18
Críticas ordenadas por utilidad
14 de julio de 2010
43 de 49 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque a primera vista las películas que componen la "Trilogía de la Vida" de Pasolini ("El Decamerón", "Los cuentos de Canterbury" y "Las mil y una noches"), puedan parecer a fecha de hoy obras desfasadas, ancladas en el tiempo de su realización, en mi opinión siguen manteniendo una gran frescura e interés.

Este presunto anclaje es debido en primer lugar a que se inscriben, y así lo manifestó el propio director, en el contexto histórico y social de la liberación sexual, aprovechando la progresiva permisividad de las diferentes censuras cinematográficas. Pero Pasolini tuvo la gran inteligencia —como también Oshima con "El imperio de los sentidos"— de plantear esa provocación ideológica en obras donde la sexualidad humana constituye la esencia misma del relato, de tal manera que la explicitud de imágenes de cuerpos desnudos y planos de genitales no se percibe como algo gratuito o puesto con calzador, sino más bien lo contrario: filmar esta trilogía de manera "pudorosa" sí se podría considerar un acto de hipocresía o puritanismo trasnochado.

En el plano del lenguaje cinematográfico también se delata en estos films la estética de un cine salpicado de olas y modas "vérité" de los setenta: cámara en mano, un cierto feísmo visual con la negación del esteticismo en las composiciones y la utilización de rostros poco agraciados e interpretaciones primarias de aficionados, un montaje tosco y desaliñado, como si estuviéramos viendo la obra en proceso de construcción, sin pulir, etc. Sin embargo, pienso que dichas características sí se adecúan aquí a un pertinente tono naturalista de proximidad y espontaneidad, logrando la frescura antes enunciada.

Me he referido a las tres películas como una sola, por su unidad estilística y temática que funciona además como muñecas rusas, al tener cada una también un carácter episódico (recuerdo que pasados bastantes años tras un primer visionado, y sin haber leído los referentes literarios, me costaba mentalmente ubicar si un episodio pertenecía a una u otra). Mi preferida es "Las mil y una noches", porqué es en la que advierto que dicho carácter episódico (que para mi gusto perjudica en algunos tramos el interés de las dos primeras) está más compensado, al haber un marco central (los amores entre los personajes de Zumurrud y Nur ed-Din) que cohesiona mejor la historia, al tiempo que las localizaciones en el Yemen y Etiopía refuerzan sensorialmente la atractiva fisicidad y sensualidad del film.

Me parece, pues, un colofón perfecto para la bien llamada "Trilogía de la Vida", porqué es de la Vida, con todos sus matices, de lo que nos habla Pasolini: el goce de los cuerpos, el deseo, la libertad, el amor, la inocencia, la falta de prejuicios, pero también el sentimiento de fugacidad, de dolor, de pérdida… Como anticipando su trágico final, Pasolini no concluirá su carrera con este cántico a la vida. Antes nos sumergirá en la terribilidad mortuoria de "Saló o los 120 días de Sodoma".
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Quim Casals
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10 de abril de 2007
16 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tercera y última entrega de la "Trilogía de la vida. Esta es, sin duda alguna, la más mística, surrealista, onírica y atractiva de las tres entregas. En esta entrega Morricone hace más hincapié en crear una atmósfera mística a través de su score musical. La dirección es aún más íntima en esta última entrega, aunque en varias ocasiones peca de demasiado tediosa, y de perder en varias ocasiones el hilo argumental por adornar e embellecer la película en exceso. Pero con sus peros y sus contras, es una experiencia de esas que te hace reafirmar que el cine es un medio para transmitir emociones y crear auténtico arte.
nuevacarne
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20 de julio de 2008
29 de 48 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bueno, lo primero es decir que quien lea mi crítica, probablemente me dirá que no es justa con el filme y que para la época, la propuesta de Pasolini era super buena y arriesgada, diferente, intensa, profunda.... y yo que se. Lo que si se es que a mi me aburre enormemente, no me creo nada de lo que me cuenta y además logra ponerme de mala hostia. Y es que la peli envejeció. No me resulta transgresora, pero si irritante por la oligofrenia de sus personajes con los que no se profundiza en nada; todo es un pretexto para mostrar un cuerpo desnudo y ya, sin más... aburrido. Nada tiene que ver con la magia y el erotismo del libro de "Las mil y una noches", que te tiene prendido de las historias y te pone a mil en tres líneas. Si el erotismo de Pasolini se resume a que las mujeres caigan rendidas sin ninguna razón ante el miembro viril de los machos idiotas que circulan en esas historias, paso. Si hacer el amor o tener sexo por pura diversión se reduce a yacer uno sobre otro en una incluso mal lograda posición del misionero, paso. Si ser mujer implica ser "buena" y al servicio de los hombres, paso. Incluso una peli porno, me pone más. Ésta sólo logra desesperarme. Desde mi humilde opinión, carece de una visión femenina del sexo... todas las fantasías están desde la visión masculina, pero además una visión pobre. Finalmente, las actuaciones son malas con ganas y si a eso le sumamos el doblaje en italiano ¡por favor! que no pega nada ver a unos árabes hablando en italiano!

Le pongo un cuatro de calificación porque creo que efectivamente para su época era arriesgada, porque las locaciones son bellísimas y la fotografía estupenda. Por lo demás, paso. Me aburrí y me molesté... aunque me parece divertido pensar ahora en ciertas cosas, plantear algunas cuestiones más de tipo histórico, por ejemplo: ¿qué se diría si ahora se hiciera una peli erótica con menores de edad? ¿qué de la violencia de género? Curioso como cambian los tiempos.
Nasnia
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26 de enero de 2010
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si por algo se caracterizan las películas de Passolini es por la capacidad de captar la belleza humana en toda su dimensión física, tan real y palpable que llega directamente a nuestra carne... el elenco de actores y actrices tanto principales como secundarios quita el aliento por la variada selección de belleza con que se nos deleita; algunas escenas provocan tal impacto visual y destilan un erotismo tan hermoso que es casi imposible no rendirse a ellas ... en todos los rostros se encuentra algún tipo nuevo de belleza, y él la maneja con tanto esplendor!! Al margen de la parte (claramente) sexual, la adaptación cinematográfica no destaca por su fidelidad al texto original, pero es que en mi opinión no se busca una repetición exhaustiva de los cuentos sino una elaboración novedosa del material erótico desde el punto de vista homófilo, que es lo que yo pretendo encontrar cuando visiono una película de Passolini... me gusta ser testigo de esa reeelaboración, de su interpretación de la obra; en cuanto al valor transgresor y arriesgado del filme, debo reconocer que cada día que pasa me parece que adquiere más sentido, al menos a mí consigue escandalizarme y maravillarme la libertad con la que trata la sexualidad y la facilidad y sencillez con la que muestra los órganos genitales y las relaciones sexuales en pantalla, cosa que es de agradecer actualmente, en un panorama cinematográfico en el que asumir el sexo con tal naturalidad es una utopía... En fin, que no llega a ser una obra maestra en la línea a la que nos tiene acostumbrados, y en eso no me dejo deslumbrar por sus amplios y variados recursos, pero sí que merece una alta valoración porque no defrauda ni a sus seguidores ni a los cinéfilos en general. Bien por Passolini!
sandgirl
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20 de noviembre de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pasolini prescinde de la piedra angular de Las Mil y Una Noches, la historia de Sherezade y sus relatos siempre postergados, igual que de los famosísimos Ali Baba, Simbad y Aladino, y se sumerge en un laberinto mágico erótico constituido por muchos otros de los innumerables y deliciosos cuentos de esta colección, entrelazados de forma aún más estrecha que en las dos anteriores entregas de su Trilogía de la Vida, de manera que -como en el original- los personajes se constituyen de pronto en narradores y, antes de acabar su historia, conocemos en muchos casos la que ellos nos cuentan. Como en las anteriores películas de la serie, llama la atención el buen gusto con que la cámara de Pasolini se recrea en los rostros y en las sonrisas, en los cuerpos y en los órganos sexuales, y en las actuaciones ingenuas y amateurs de hombres y mujeres, muchachos y muchachas, todos con profundos signos raciales, así como en el paisaje y en los escenarios de las historias. Destaca la bella historia de los primos Asis y Asisa; ella enamorada de él hasta la muerte, él atrapado en las redes de una vampiresa, relato que proporciona la imagen más conocida del film, la original escena de la flecha fálica. También, la simpática recreación que abre y cierra la película de la historia de la esclava Sumurrun, raptada por unos bandidos y buscada incesantemente por su joven amo. No falta una visita de un diablo a la tierra, para gozar de la joven que mantiene secuestrada y a la que descubrirá con un amante mortal. O el curioso relato del rey que esconde a su hijo para evitar una profecía que anuncia su asesinato, con el resultado acostumbrado en este tipo de leyendas. Otro de los relatos más poéticos es el de un hombre y una mujer que compiten para ver si el esclavo de uno es más atractivo que la esclava de la otra o al revés. O también, el del angustiado sueño que provoca el odio hacia todos los hombres de una princesa, que nos ofrecerá una moraleja final muy útil en estos tiempos de masajes ideológicos de pros y contras: la verdad no está en un sueño sino en todos los sueños.
Capitan Ahab
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