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Arroz amargo

Drama Perseguida por la policía, la cómplice de un ladrón se une a un grupo de jornaleras que se dirigen a las plantaciones de arroz del valle del Po. Una vez allí, se reúne con ella su amante que proyecta apoderarse, con la ayuda de unos amigos, de la cosecha. (FILMAFFINITY)
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Críticas 30
Críticas ordenadas por utilidad
8 de mayo de 2007
48 de 52 usuarios han encontrado esta crítica útil
Segundo largometraje de Giuseppe de Santis. Se basa en un argumento del realizador y de Carlo Lazzani, desarrollado como guión por éstos con la colaboración de Franco Monicelli en los diálogos. Se rueda en los arrozales de Vercelli (Piamonte) y en plató. Es nominado a un Oscar (guión original). Producido por Dino de Laurentis, se estrena el 21-IX-1949 (Italia). La acción prinicpal tiene lugar en los arrozales del bajo Po (Vercelli) durante los 40 días de recolección, en marzo/abril de 1948.

La película combina neorrealismo italiano, intriga criminal, melodrama, documental obrerista y retrato social de la Italia de Posguerra. El film obtiene un éxito notable en Europa y en EEUU. Su estreno en España, plagado de cortes, da lugar a una campaña de condenas y prohibiciones moralistas, que adelantan su retirada de cartelera. Permenece fuera de circulación hasta que en 1970 se repone en el circuito de arte y ensayo. La obra destila un tono erótico general y contiene varias escenas de una sensualidad desconocida en Hollywood e inusual en Europa. Silvana Mangano, miss Roma 1946, encarna con naturalidad y desenvoltura el papel de "sex symbol", al amparo de la belleza exhuberante de una matrona griega clásica, alejada de los cánones de belleza nórdica que prosperan a partir de los 60. Su figura traspira una sensualidad natural y presencial (sin exhibicionismo ni provocaciones). El tono se eleva en escenas singulares como la del azote de la muchacha, el baile del boogie-boogie y otras. Visto con ojos actuales el erotismo del film, sugerido y contenido, resulta ingenuo y candoroso.

Es notable el trabajo de cámara, tomado del cine americano, con uso de grúa, barridos descriptivos, "travellings" de observación, giros de seguimiento y otros recursos no habituales en Europa. El papel de la mujer se contempla desde una óptica misógina y machista, característica de la época, sin acotaciones críticas. Los trazos obreristas se hacen presentes a través de la negociación sindicalista frente a la propiedad para la admisión de las arroceras sin contrato. Ofrece una amplia gama de personajes pintorescos como el fotógrafo ambulante, la Greta Garbo, la tonta del bote, el sordomudo, los dos bribones, el hombre serio y responsable (Marco Gelli/Raf Vallone), los novios y otros.

La música se basa en una partitura que enlaza composiciones de conjunto y secuenciales, de metal, percusión y sonidos diversos, de aires propios del s XX y de carácter descriptivo: la tristeza de la despedida de Gabrielle, el desgarro del aborto, los malos augurios de la sala de despiece. La música diegética fue coordinada por Armando Trovajoli. La fotografía, en B/N, crea composiciones excelentes, contrastes amables, perspectivas de conjunto amplias y evocadoras, segundos planos de acompañamiento, planos de fondo festivos (juego de sombreros) e imágenes de denso simbolismo (sombra sobre los ojos de Walter a modo de antifaz o máscara).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Miquel
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21 de septiembre de 2007
38 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por increíble que parezca se estrena en Italia en 1949. Y es que hasta los italianos estaban más liberados que nosotros en materia de destapes. En esta España nuestra de fajas, fajos y refajos, todos muy púdicos y castos, la película no sólo fue masacrada por la tijera sino que además, sus restos, quedaron postergados hasta los 70 para exclusivo visionado de la progresía.

Claro que, visto lo visto y llovido lo llovido, hoy, casi sesenta años después, lo “indecente” se vuelve absolutamente inocente. Pero, eso sí, la Mangano era mucha mujer antes y ahora, y un muslo suyo valía por todas las rodillas de Claire y zarandajas similares. En materia de mundo y demonio, las francesas quizás sean más espabiladas pero en lo de carne, ganan las italianas por goleada ¿Y donde queda España se preguntarán? Bueno, no lo sabremos nunca, porque todos los celuloides están hechos trizas y que yo recuerde, tuvimos que esperar hasta las Historias de la Frivolidad y la era del destape, para empezar a “conocer” mujer.

En materia cinematográfica pura y dura, la película es un buen exponente del neorrealismo italiano, con el tema más real que pueda existir: La supervivencia. Dentro de este contexto no está de más recordar las características del neorrealismo italiano, y así leemos en Wikipedia: “ se caracteriza por tramas ambientadas entre los sectores más desfavorecidos, abundante en el uso de los rodajes exteriores, con importante presencia de actores no profesionales entre sus secundarios, y, con frecuencia, incluso entre los protagonistas. Las películas reflejan principalmente la situación económica y moral de Italia en la posguerra, y reflexionan sobre los cambios en los sentimientos y en las condiciones de vida: frustración, pobreza, desesperación...”

Si ven la película comprobarán que Arroz Amargo es neorrealismo mezclado, no agitado, con melodrama y aderezado con un buen chorro de tensión delictiva, pero en el fondo, en su esencia, no deja de ser una lucha por la supervivencia, muy bien interpretada por actores sumamente creíbles dentro de este contexto. ¿Qué les parecen Vitorio Gassman ó el mismo Raf Vallone ?.

Respecto a Silvana Mangano no les pregunto. Porque da más la imagen de poder ganarse la vida con el “boogie boogie” (tómenlo en sentido real o figurado, como deseen) más que con el arroz.

Para finalizar: Buena película, con un guión excelente (alcanzó la nominación para los Oscar), bien dirigida, real como la vida misma, impensable para los españoles de aquellos tiempos en que el norte del tobillo femenino era como la inexcrutable selva del Amazonas, con buenos actores y una Silvana Mangano también muy buena...

¿Se la van a perder?.
FATHER CAPRIO
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19 de septiembre de 2007
23 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película impactante en su descripción de la jornaleras que en Italia de mediados del siglo XX eran contratadas para plantar arroz. Sus duras condiciones de vida, sus bravura, su fortaleza para buscar el sustento de sus familias. Y entre todas ellas, la historia se centra en Silvana (Silvana Mangano) y Franchesca (Doris Dowling), la primera con ganas de dejar este oficio duro de obrera mal pagada y conocer nuevos horizontes y la segunda harta de aguantar a un mal hombre; ambas hacen un duo interpretativo digno de honores. A esto hay que añadir que el director Giuseppe de Santis, un auténtico adelantado y atrevido para los tiempos que corrían, filma a las mujeres de forma bastante provocativa, desde el punto de vista de los atributos sexuales femeninos, pero permaneciendo dentro de los límites en los cuales la censura no pudiera cortale escenas; sobre todo se muestra esplendoroso con el cuerpazo de la actriz principal, la rellenita y bella mujerona de grandes muslos, Silvana Mangano. También destaca el duo de actores masculinos, que hacen de acompañantes de las dos citadas actrices, tanto Vittorio Gassman como Raf Vallone, jóvenes maduros por aquel entonces, que ya daban muestras de su excelente realismo.

Una película bien construida, buen referente crítico-social para la posterior y famosa "Novecento" (B. Bertolucci, Italia 1976), con notoria fotografía en blanco y negro y guión muy llamativo.

Fej Delvahe
Fej Delvahe
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29 de noviembre de 2010
20 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Evidentemente, De Santis no es De Sica, ni Visconti, ni Rossellini. Pero si De Santis alberga en su filmografía una sola peli que merezca pasar a la historia del séptimo arte con todos los honores habidos y por haber ésa es, incuestionablemente, “Riso amaro”. Una peli que tradicionalmente ha sido considerada como una de las obras cumbre del neorrealismo italiano pero cuyo insólito argumento también podría encajar a la perfección con un film de denuncia social, con un docudrama o -por qué no- con una embrionaria muestra de thriller rural.

Aún así, si por algo concreto “Riso amaro” parece definitivamente instalada en la memoria colectiva de generaciones y generaciones de cinéfilos es -sin lugar a dudas- por Silvana Mangano. Una exuberante italiana de rompe y rasga que nunca llegó a alcanzar el estatus de compatriotas suyas como Sofía Loren o Gina Lollobrigida pero que, a pesar de todo, nos dispensa en “Riso amaro” un verdadero recital -si no de erotismo- sí de sensualidad absolutamente profusa y desbordante.

Así pues, quién quiera conocer de cerca que significa eso de “sugerir en lugar de mostrar” desde una perspectiva estrictamente terrenal, que le eche un ojo a “Riso amaro”. O mejor dicho, a Silvana. A partir de ahí, que cada cual elija en función de sus gustos. Con vuestro permiso, yo me voy a pedir un muslo. Buen provecho.
Taylor
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17 de noviembre de 2013
17 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
La etiqueta más destacable que tiene "Arroz amargo" es para la inmensa mayoría la de neorrealismo, por encima de drama, por lo que malvive en la casi absoluta omisión la descripción de esta película a través de la etiqueta de cine negro. No soy un experto, ni ganas, en esto del cine, y ante las descripciones ortodoxas de los críticos profesionales suelo escapar locamente, de manera que mi opinión respecto a esta maravillosa película italiana seguramente permanecerá arrinconada. Pues bien, para mí, por encima de todo, "Arroz amargo" es una película de cine negro como una casa, no "con tintes" de cine negro, no, lo es con mayúsculas desde su principio hasta su final.

Otra cosa que me parece algo triste es la excepcional constatación de la presencia de Silvana Mangano, de la que se destaca su belleza, yo también lo hago desde luego, y hasta sus dotes de cazar marido entre los grandes nombres del cine italiano de la época. Bien, su erotismo y su poderío físico es incuestionable, pero "Arroz amargo" tiene muchísimo más que una mujer moviendo las caderas con sensualidad inusitada, por eso digo que es algo triste, porque la aparición crucial de Vittorio Gassman me parece mucho más destacable.

Respecto al neorrealismo, no lo negaré, ahí está Wikipedia para el que quiera saber de qué iba y ciertamente la vida y el trabajo de las arroceras en el Po encaja perfectamente con el movimiento. La vida era muy dura, más que eso, la supervivencia, con unas condiciones laborales penosas, aguantando trapicheos desconsoladores y a la sombra de un machismo detestable. No niego que "Arroz amargo" sea un título crucial dentro del neorrealismo italiano, pero si la película me ha acabado ganando tanto es por la historia que tiene que ver con un collar calamitoso, por la presencia de (más de) una mujer fatal, porque hay traiciones, más de un tiro, algún cuchillo que vuela, y siempre, como debe ser en el cine negro, algún que otro fiambre. Es cierto que no hay giros de guión extraordinarios, no hay vueltas de tuerca ni embrollos, pero si "Arroz amargo" me ha parecido tan buena, insisto, y por ello la recomiendo, es porque para mí es por encima de todo cine negro de calidad.

No puedo dejar de anotar mi incredulidad al ver la fecha de la producción, 1948. Aún no me lo creo, me parece mentira...
Luisito
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