Un paso al frente

Un paso al frente, es una bienintencionada comedia que refleja la añorada vida castrense de principios de los años 60, un producto solo para nostálgicos en la actualidad.
Con un simple y básico guión, el cine nacional nos entrega una película llena de sentido del honor, algo pesada y solo para visionarla con bastante indulgencia. Es un retrato de los personajes arquetipos de la España de mediados del siglo XX, interpretada por un puñado de buenos actores que interpretan sus personajes con sus tics y su sello personal. El film tiene un humor, blando e infantil que no resiste el paso del tiempo, y que es una auténtica reliquia para estudiosos de una manera de hacer cine. El lastre mayor de este film, es la plana dirección.
Conclusión, película solo para incondicionales de viajar durante 95 minutos en el túnel del tiempo, de un tiempo que desgraciadamente no volverá.

Una de las típicas películas de Ramón Torrado localizadas en los mismos ambientes de siempre en su filmografía. Era experto en los géneros más populacheros y también practicó el cine folklórico, el western y demás. "Un paso al frente" carece de los defectos argumentales y de tono que caracterizaron a "Botón de ancla" aunque el esquema argumental sea parecido y es una consecuencia del eterno afán de Torrado por igualar ese éxito. Las anécdotas que forman el contenido de "Un paso al frente" son totalmente previsibles sin ofrecer variaciones destacables respecto a otros exponentes de cine español sobre la amistad y la lealtad pero la carencia de pretensiones y un estilo de realización que saca cierto partido de los escenarios escogidos hacen que el producto se sobrelleve. Los protagonistas son Germán Cobos y Julio Nuñez, cuyos respectivos tonos de voz resultan peculiares y también está José Campos, un actor de la época lanzado al cine por la productora de Iquino y que solía moverse sobre todo en las producciones barcelonesas y a veces del género policíaco. Los tres se desenvuelven más o menos acertadamente en el ambiente de una película que puede entretener a los espectadores que sean poco exigentes con el cine español. No es de las peores obras de Torrado al que le faltaba poco para iniciar su decadencia en aquel momento.

Divertidilla comedia, que no es gran cosa, sobre todo viéndola ahora, en diciembre de 2016, pero que todavía conserva ese aroma de ingenuidad argumental que le da un tono entrañable, agradecido.
El argumento no es para echar cohetes y así, las situaciones "serias" están narradas y contadas de forma pobre, presuntamente espectaculares, pero pequeñas en su dramatismo (seguramente porque no había demasiado dinero para más).
Sin embargo, las escenas cómicas, las de humor, sobre todo las que tienen al gran Tomás Blanco, aquí en un papel mucho más ligero que de costumbre, son chistosas, sin pasarse, pero te sonríes con sus cuitas amorosas y su relación con los tres protagonistas.
Muy buena fotografía a cargo de Francisco Sempere y Víctor López y una adecuada realización de Ramón Torrado, aquí todavía con buen pulso y antes de entrar en franco declive.
No es una buena cinta, y las loas al Ejército Español y el amor hacia la bandera, honor militar, etc, son de traca parió la vaca, pero la peli, en conjunto, se ve con gusto y agrado, que no es poco. A esto ayuda, claro, las entusiastas interpretaciones de todo/as y cada uno/a de los muy estimables actores/actrices que pueblan la peli (además se agradece que a Germán Cobos y Julio Núnez no les doblaran).

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