Pacto de silencio

Pase que te hablen de un pasado de los años 70, sitúen la acción en la actualidad, y los gerontoprotas digan continuamente "hace 30 años...".

Pase que Julie Christie vaya de radical anticapitalista... con un capital de al menos un yate, un par de casas estilo rústico, y un bosque de tropecientas mil hectáreas.

Pase que la trama ni se entiende y te importe un carajo, y que no se sabe exactamente qué diantres te quiere contar el director, como siempre.

Pase que un primer plano de Redford es como desvendar a Tutankamon, y te das un buen susto.

Pero lo que no tiene un pase es ver correr a Robert Redford. Creo que jamás he visto algo más fuerte y ruborizante en una pantalla. Sé perfectamente que el cine no es en directo, pero puedo asegurar que tenía a mano el móvil por si había que llamar al Samur, a los bomberos, o a la policía montada del Canadá si es preciso.

¡Qué crueldad!

La verdad es que enfrentarse a una película de Robert Redford ya basta para saber que no verás cualquier cosa. Y recalco "de" Robert Redford y no "con" Robert Redford, aunque en este caso se den ambas situaciones. Y ya viendo el reparto, apetece: Susan Sarandon, Shia LaBeouf, Stanley Tucci, Brit Marling...

Todo este equipo artístico nos trae una película de recuerdos. De recuerdos imborrables, de esos que jamás se desvanecen por mucho que pase el tiempo. Y de activismo. De activismo imborrable, de ese que jamás se desvanece... espera. Bueno, casi. La cinta es muy acorde a los tiempos que corren. Estos tiempos de revoluciones, de "spanish revolution", de primaveras árabes, de manifestaciones por todo el globo. Todo eso es muy bonito, pero tras 30 años desde el incidente que desencadena la historia de la película, parece que a los personajes (algunos) ya no les importe aquello por lo que luchaban. ¿El activismo es solo cosa de jóvenes? ¿Al final nos acabamos todos adaptando a los comportamientos que dicta la sociedad? ¿A qué edad se supone que pasamos a ser conformistas? ¿Es eso madurar?

Lo que está claro es que se trata de una película madura. Aunque le falta...no sé...algo.

Fui a ver esta película no muy convencido, acompañando a otra persona, y mis temores se cumplieron.
Resultó ser una peli de buenos sentimientos, digna de cualquier anodino telefilm de sobremesa, adornada con reflexiones filosófico políticas de colegio.Y todo ello dentro de una historia de intriga policíaca, en la que ni el director ni el guionista se rompieron la cabeza intentando hacerla creíble. Empezando por los muy poco convincentes motivos para la actuación de la mayoría de los personajes, y siguiendo por lo fácil que resultaba para alguno de los protagonistas investigar y lograr resultados, mientras que para otros (los tarugos del FBI) era empresa imposible, y eso que algún fugitivo muy buscado y con foto en los medios, se lo ponía fácil, moviéndose por el país sin molestarse en cambiar ni de peinado.
Por otra parte, en la peli participa tal cantidad de buenos actores, que aquello parece una reunión de antiguos alumnos convocados para actuar en un teatro de beneficencia y tomar unas cervezas.
Y en cuanto al actual Robert Redford actor, tengo que reconocer que verlo en pantalla me descoloca un poco. ¿Qué le ha ocurrido a su físico?¿Será que se ha pasado en su lucha contra el envejecimiento?. Todos los actores mayores que salen en la peli, parecen personas de edad, mejor o peor conservadas, mientras que Robert es una especie de anárquica fusión entre el actor joven que fue y su abuela.

“Leones por corderos”, “La conspiración”,”Quiz Show”... Es evidente que a Robert Redford le molan las historias que incluyen políticos, periodistas y, sobre todo, conspiraciones ocultas por descubrir.

“Pacto de silencio” intenta, sin conseguirlo, seguir la estela de las anteriores pero no pasa de una copia almibarada de las mismas. Me recordó a Clint Eastwood y su “Más allá de la vida” (“De esta crisis existencial nace “Más allá de la vida”, una película pastelosa en la que, jugando con tres historias que transcurren paralelas, se plantea la eterna pregunta de si hay vida después de la muerte. Supuestamente desenmascara a falsos médiums, profetas, videntes, etc. mientras sella con marchamo de calidad a Matt Damon que da vida a un parapsicólogo simplón, anodino y lelo que “ve muertos”.

No crean, la película te entretiene porque tiene tanto azúcar que te mantiene “pegado a la silla”. Incluso sales de la sala con una sonrisa beatifica por el final feliz y pensando: “que bien, esto no se acaba cuando te mueres”. Pero claro, cuando el caramelo se empieza a derretir, consigues “ver la luz” y te das cuenta de que Clint chochea. ¡Verá la parca cerca!”).

El posible dilema moral se difumina antes de llegar a ser planteado, y en ningun momento llegas a entender por qué a una persona, que lleva oculta tanto años, un día le da por entregarse, ya que el director fracasa estrepitosamente en su intención de mostrarnos los efectos de la culpabilidad o el remordimiento.

La película carece de misterio, está contada de manera plana y tediosa: es una clase magistral sobre cómo desaprovechar, durante las dos de metraje, la presencia de grandes actores como Nick Nolte, Julie Christie, Susan Sarandon o Stanley Tucci.

Si a eso le añades que el intrépido reportero que desentraña la historia está interpretado por Shia LaBeouf (a quien solo puedo recordar por la infumable saga de los Transformers), resulta muy difícil tragarte que un periodista local, sin ningún tipo de experiencia, ni contactos, consigue descubrir el paradero de delincuentes que el FBI lleva buscando más de 20 años.

Eso sin contar que Redford, dada su edad, debería haberse reservado el papel de abuelo y no el de padre de la niña.

Lo siento pero para mi todo el argumento se ha visto empañado por la elección de los protagonistas. No tiene ningún sentido que un señor de 76 años tenga una hija de 11, haga footing aún arriesgándose a un paro cardíaco, salte verjas de 2 metros...a ver, que no, que no cuela. Eres un buen actor Robert, no te hagas esto. Y Julie Christie, otra que tal baila. Por no hablar de que lucha contra los ricos pero ella se las gasta con un barco propio y un par de casitas de campo. Ahí es nada. Todo lo demás podría haber estado bien pero es q con este par de malas elecciones hace que no te creas el resto. Mucho elenco y una historia de base que no es la mar de novedosa.