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Voto de Lucas Liz:
5
Drama En 2001, Billy Beane (Brad Pitt), director general de los Atléticos de Oakland (béisbol), se hizo famoso al conseguir grandes éxitos por medio del método "Moneyball", programa que consiste en construir un equipo competitivo con menos recursos económicos que la mayoría de los equipos de las Grandes Ligas y empleando métodos estadísticos por ordenador para coordinar a los jugadores. (FILMAFFINITY)
23 de julio de 2012
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Es una película sobre el deporte, temática que si bien adoramos en el mundo real, no nos cautiva mucho dentro de la gran pantalla. Además, y concretamente, se trata de béisbol, un deporte netamente americano, de poco calado en Europa y, por tanto, al que no nos sentimos muy cercanos tampoco. Partiendo de lo dicho y de esas claras reticencias que nos alejan del título, en esta ocasión pocas escenas del juego se ven, cosa que agradecemos, por lo que el deporte en sí no es un protagonista o, al menos, no el único.
Suponemos que el reto al que se enfrentó Billy Beane fue osado, arriesgado y a la par ambicioso e innovador. Una iniciativa que cambió el rumbo de los equipos y la concepción de los traspasos en un deporte que mueve masas en Estados Unidos; no sólo masas en términos de personas, también términos de dólares. Se pasó de una estructura arcaica basada en la intuición y en lo tradicional, a un método más riguroso basado en datos, en datos contrastados y estadísticas completamente objetivas que ayudaban a la hora de realizar fichajes. Es uno de los orígenes del afán estadístico que hoy en día preside todo deporte de nivel. A partir de esa idea y de esa concepción real del diseño de los equipos, se construye una película alrededor de este personaje, de sus inquietudes, de sus frustraciones pasadas, de sus esperanzas y del cambio radical que le supuso conocer a Peter Brand, entusiasta de los números y del juego. Juntos consiguieron el cambio, juntos demostraron aquella máxima de que el deporte no es sólo el dinero, ¿no? Y nos preguntamos nosotros como deportistas natos, ¿lo es sólo de números?
El personaje protagonista es interpretado por un Brad Pitt muy introspectivo, mucho más que otras ocasiones. Es una introspección relativa, pese a lo que pueda parecer. Mucho mayor que la que en sus personajes se vislumbra normalmente, pero a nuestro juicio es sólo en apariencia, dado que no se consigue llegar del todo al fondo del personaje, de sus inquietudes, de su problemática. Clara es la relación entre lo que hace con su pasado, pero ¿hasta qué punto le marca y cómo? No nos parece del todo evidente.
Al guapo de Brad (y que no suene despectivo) le acompañan en el reparto Robin Wright-Penn como ex-mujer (muy testimonial y por tanto no valorable), el señor Seymour Hoffman como entrenador del equipo (actor lejos de su mejor momento y que aquí prácticamente es un florero y deja su nombre para el cartel) y un sorprendente Jonah Hill como Peter Brand. Este último completa un papel de aprobado alto, casi notable, muy alejado de sus típicos papeles de comedia "basura" en el que se ha encasillado. Un acierto la elección, tanto por su parte como por la dirección de casting. Entre él y Pitt, y entre sus personajes, se establece una conexión apreciable (no sobresaliente) que queda bien en pantalla.
Estamos ante una película tranquila y sosegada, pero también muy plana y bastante superficial.
Lucas Liz
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