Un científico, se refugia en la posada de un pueblo buscando un remedio contra su invisibilidad que le va trastornando hasta convertirlo en un ser diabólico y enloquecido que se aprovecha de su invisibilidad para cometer toda clase de fechorías y maldades.
De James Whale sólo he visto un par de películas más, Dr. Frankenstein y la Novia de Frankenstein. Las tres hablan de lo mismo, de científicos que sobrepasan los límites de las leyes de la naturaleza, convirtiéndose en seres arrogantes que se creen dioses y que al final son vícitmas de su propia creación.
Tanto el guión de la película como la interpretación de los actores es correcta, sencilla, quizás muy esquemática, los personajes muy estereotipados y planos, pero se entiende e inclusive te agradan y te hacen gracia por la simpleza de sus papeles.
El protagonista hace uno de los papeles de villano mejor conseguidos que he visto, muy alocado, cruel y maléfico.
Del apartado técnico, habría que ponerse el momento en que se realizó este filme, pocos años después del nacimiento del cine sonoro y con esos efectos bien conseguidos de la invisibilidad del protagonista, el público en su momento se sorprendería como nos sorprendemos actualmente con el cine en 3D o con películas como Avatar.