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Voto de Archilupo:
8
Comedia Adam, un neo Nazi, es enviado en servicio de comunidad a la casa del párroco. Allí, el ministro Ivan da a Adam la tarea de cocinar un pastel de manzana con las manzanas del árbol que crece enfrente de la iglesia. Mientras tanto pájaros, gusanos y rayos atacan a las manzanas. Ivan cree que el demonio los está examinando. Adam cree que es Dios, porque quizá el malvado no existe del todo. (FILMAFFINITY)
28 de julio de 2008
49 de 52 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película aborda un tema central en el pensamiento del filósofo danés Kierkegaard, también tratado alguna vez por Dreyer ("Ordet"): la naturaleza irracional de la fe.
Es tema que puede resultar austero, abstracto.
Por ello el director Anders T. Jensen acierta al evitar especulaciones teológicas y relatar la historia con aire de cuento sencillo, popular y tradicional, al estilo de Hans Christian Andersen (elementos sobrenaturales incluidos); como un apólogo o ejemplo; como una de esas eficaces y a menudo tremendas narraciones bíblicas, con unos pocos personajes que se mueven por un escenario esquemático.

El reverendo Iván, un par de reclusos que Instituciones Penitenciarias le envían por acuerdo social, una iglesia de pueblo con un manzano delante, una clínica cercana adonde la acción se desplaza alguna vez; el nuevo recluso, el energúmeno neonazi Adam, cuya vocación es destruir a los demás, una biblia que siempre que cae al suelo queda abierta por el Libro de Job…
Job sufrió un aluvión de desgracias, sin él entender por qué: no sabía que su aguante era objeto de una apuesta entre Yaveh y Satán.

La vida del pastor Iván se mueve entre desgracias demoledoras, bordea precipicios. Tragedias que hundirían para siempre al más pintado son para él anécdota, mero desafío a su apasionada opción existencial.
El neonazi sólo piensa en empujarle: si romper a cabezazos y patadas la cara a alguien no basta, entonces hay que buscar el modo de romperle el alma.
Una forma de relacionarse con los demás, por costumbre.

La tarea de cocinar un pastel de manzana se convierte en partida entre el bien y el mal, contienda entre fuerzas que van entrando en escena y generando acontecimientos tragicómicos.

Otro gran acierto de A. T. Jensen es prescindir del casting: escribir el guión pensando ya en actores que aceptan con entusiasmo y responden con excelente rendimiento.

El personaje del pastor, de perfil cada vez más quijotesco en su progresiva desfiguración, interpretado con hondura espectacular por Mads Mikkelsen, se agiganta. Dedicado a cadáveres; a devolver, con fe que mueve cordilleras, la vida a cadáveres espirituales, incluido él mismo.
Ulrich Thomsen crea para el neonazi un extenso repertorio de gestos mínimos, desde el parpadeo a la crispación de la boca o al tenso orientar la mirada, y retrata de forma escalofriante el abismo mental del cabeza-rapada.
Memorables ambos.

Temas clásicos del cine danés son sintetizados con las actuales corrientes por la película.
La suma de aciertos termina llenándola de valor duradero: queda recia y rotunda, con ráfagas de áspero humor negro, una alternativa vigorosa a la solemnidad.
Hasta unos paisajes de campos y cielos con apariencia de postal o una canción de los Bee Gees terminan cobrando trascendencia:
How deep is your love?

(8,5)
Archilupo
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