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España España · Cinecittà
Voto de Xavier Vidal:
6
Drama. Comedia Simon y Wai-Tung son dos gays que viven juntos en Manhattan. Para disipar las sospechas de los padres de Wai-Tung, Simon sugiere que organice una boda de conveniencia con Wei-Wei, una joven inmigrante que necesita la carta verde de inmigración para poder permanecer en los Estados Unidos. Pero cuando los padres de Wai-Tung llegan a Nueva York insisten en organizar el banquete, lo que traerá muchas complicaciones. (FILMAFFINITY)
30 de junio de 2012
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ang Lee ha basado sus historias en la interculturalidad, la diferencia de lenguas y culturas. Lee remite en cada una de sus películas a aquello que nos une y paradójicamente a aquello que nos separa. Es un cine conciliador que coquetea con la comedia asumiendo las formas de un drama en apariencia intrascendente. Viendo Manos que empujan, El banquete de bodas y Comer, beber, amar, los primeros títulos de Ang Lee, uno entiende perfectamente por qué se ha convertido en un cineasta de referencia y de trayectoria internacional. La cinematografía noventera de Lee no podría ser más moderna al hablar de los nuevos modelos de familia y el choque entre tradición y modernidad que de alguna manera desde Occidente asociamos a todos los países de ojos rasgados. Porque a veces da la sensación, y aquí los puristas echarán un grito al cielo, de que el primer Lee habla de Taiwán pero situándose al exterior, analizando desde fuera una cultura que le es propia: resulta interesante establecer un paralelismo entre el Lee director, consciente desde el primer momento del alcance internacional de sus historias, en paralelo al protagonista del film, un americano de adopción que reniega de su pasado. El banquete de boda, sin ir más lejos, sucede enteramente en Nueva York, pero la evocación de lo asiático es más que evidente: la escena en que Wai-Tung redecora la casa con cuadros, telas y adornos de su país da idea de esos dos mundos que posteriormente el director confronta con armonía en un inicio muy parecido al de Adivina quién viene a cenar esta noche (esta vez con la homosexualidad, y no el racismo, como telón de fondo).

El banquete de bodas, en perspectiva, funciona más como antesala del mundo de Ang Lee que como película solvente en sus intentos dramáticos y cómicos. En su momento la película tuvo un éxito rotundo, ganó el máximo premio en el festival de Berlín y llegó a opositar por el Globo de oro y el Oscar. Ahora quizás lo que popone Lee (un homosexual que con tal de esconder su condición finge un matrimonio con una de sus inquilinas) resulte demasiado naïf, y la forma de clausurar la trama apela más al sentimentalismo que a la verdadera reflexión sobre los nuevos modelos de familia. Aunque el Lee más brillante hace acto de presencia: la escena en la que Simon limpia los labios de Wai-Tung después de besar a su 'mujer' da cuenta de esa comedia tronchante que El banquete de bodas no es, bien por no herir sensibilidades, o bien por no renunciar a la inter y multiculturalidad no tanto de sus personajes sino de su público. Y es aquí donde El banquete de bodas, aunque con reservas, cumple todos sus objetivos al convertirse en una de las primeras obras del queer cinema de alcance internacional, y por lo tanto muy útil de cara a la visualización y normalización de la homosexualidad en América, Asia y Europa.

Cinoscar & Rarities, Xavier Vidal
Xavier Vidal
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