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España España · Cinecittà
Voto de Xavier Vidal:
7
Ciencia ficción Finales del siglo XXI. Un grupo de científicos y exploradores emprende un viaje espacial de más de dos años en la nave Prometheus a un remoto planeta recién descubierto, donde su capacidad física y mental será puesta a prueba. El objetivo de la misión es encontrar respuesta al mayor de los misterios: el origen de la vida en la Tierra. (FILMAFFINITY)
23 de septiembre de 2012
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay muchas formas posibles de acercarse a Prometheus, la notable película de Ridley Scott. La más evidente, volviendo a toda la saga de Alien y jugando a las siete diferencias y similitudes a fin de decidir hasta qué punto la nueva película rompe y continúa con lo visto anteriormente. La más simplona, viendo el film como un blockbuster veraniego más, algo que la película no tarda en desmontar con un complejo que tiene tanto de cine de entretenimiento despampananete como de filosofía, principios biológicos y teorías creacionistas. Y finalmente la que personalmente defiendo: entender Prometheus como un título independiente que hereda parte de las virtudes de la primera Alien y que pone patas arriba un cine fantástico que tras Avatar llevaba demasiado tiempo anclado en el buenrollismo falsamente ecológico y con mensaje.

Prometheus es una película negra y robusta. Film de acción que, paradójicamente, acontece en interiores y decorados iluminados y oscurecidos con una precisión exquisita. Prometheus ofrece lo que promete (tiene un sublime crescendo final) y al mismo tiempo es una película con recovecos y matices. Tal vez esa doble alma (la parte claramente desenfadada y su vertiente metafórica) no acaba de estar conjugada con la eficacia que debería, y de ello se resiente un tramo intermedio un tanto anodino. Pese a esto, Prometheus tenía que codearse con una saga mítica y más que superarla lo que ha hecho es parir otra criatura igual de endiablada que dará para más visionados y nuevas reseñas.

Hay que agradecerle al bueno de Scott, director que no siempre acierta, que en poco menos de dos horas logre construir un personaje antológico (el David androide que defiende Michael Fassbender), crear varios iconos visuales (cuando se levanta la nave y su silueta suspendida en el aire descubre la forma alargada y enroscada del bichejo) y brindar algunas escenas que merecen pasar a los anales del género (el 'parto' de Noomi Rapace en su esforzado trabajo por ser la nueva Weaver espacial). Y me gusta que Prometheus sea un enigma a medio presentar y a medio descifrar, una cinta más ininteligible de lo habitual.

El film se sitúa en el bando de la fe, así que Prometheus, admirada, interpretada y visionada desde la absoluta libertad y heterogeneidad que va del fan acérrimo al no iniciado, puede y a juicio de quien escribe debe verse como un honorable ejercicio de complicar lo que ya de por sí resultaba alambicado (lo que en términos peyorativos sería 'explotar la gallina de los huevos de oro', aquí con una gracia inaudita). Prueba de ello es que Prometheus, la historia de un viaje, termina con la promesa de otro viaje en la constante duda existencial nunca resuelta de quiénes somos, de dónde venimos y a dónde vamos. Por sus momentos de impacto, por su semioculta madurez y por otras tantas cosas que deben descubrir en la intimidad de la sala de cine Prometheus es una de las mejores películas del año.

@Xavicinoscar, Cinoscar & Rarities
http://cachecine.blogspot.com
Xavier Vidal
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