Había nacido sin particular vocación de panfleto propagandístico, pero el ataque de los japoneses a Parl Harbour en Diciembre de 1941, tres meses después de su estreno, y la declaración inmediata de guerra por parte de Roosvelt, la convirtieron en el más eficaz vehículo de alistamiento jamás soñado. Una película clásica, popular y sencilla pero a la vez profunda porque trata de ideas y principios del ser humano que le harán afrontar con tenacidad las dificultades ante la vida. Gracias al gran trabajo de Gary Cooper, consiguió un gran éxito, Cooper el Oscar además de las nominaciones más importantes de la Academia. A España no llegó a estrenarse hasta 1947.

Ambientada entre los años 1916-1918, “El sargento York” cuenta la juventud disoluta, la conversión religiosa y la participación bélica durante la 1ª Guerra Mundial de Alvyn York. Nuestro hombre es un pobre campesino de las montañas de Tennesse, algo rudo pero noble, que se enamora tras conocer a una joven de la comarca (la bella Joan Leslie). Como San Pablo, York es alcanzado por un rayo durante una tormenta, entendiendo la llamada de Dios y su intención de no alistarse por motivos religiosos. Pero reflexionando sobre la Biblia y la Constitución americana, su conciencia le dicta enrolarse a su deber con la patria, dada su pericia con la escopeta de caza, aunque con el manifiesto empeño de no matar: “A Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César”, Alvyn York.

La primera parte del film, es en mi opinión, lo mejor de Hawks y las constantes de su cine, con una estupenda fotografía de Sol Polito y la música de Max Steiner, el cineasta construye los encuadres a la altura del hombre, matizados por el tono de comedia como contrapunto a los sermones del pastor (un magistral Walter Brenan), las descripción de ambientes, la descripción de los personajes y de las relaciones entre los enamorados: con ella siempre dispuesta a tomar la iniciativa ante la reticencia de él. La parte bélica y su heroísmo es lo que menos me atrae, a pesar de estar bien filmadas, destacando sobre todo otro tema recurrente en Hawks, la amistad y la camaradería. De cómo un hombre sencillo y noble es tentado por el dinero y los placeres mundanos de la sociedad hedonista.

Los hechos y las acciones, los personajes y las relaciones humanas (la mirada tierna de la madre de Alvyn, una sencilla mujer pero sabia y humilde), incluso la vida y la muerte aparecen siempre claras y precisas en la pantalla, absolutamente privadas de retórica, típico en el cineasta, que garantiza una frescura cinematográfica haciendo de ella una obra hermosa y siempre digna de ver, una película inolvidable.