Vamos a ver: soy colombiano y en condición de tal puedo decir con licencia de conocimiento que es una película terriblemente mala y bastante ajena a las actuales realidades de la ciudad de Medellín.

Me explico: Desde luego, atrocidades como las que se muestran en esta película han ocurrido en la ciudad de Medellín (me refiero a los asesinatos absurdos y a la presencia de esos jóvenes asesinos a sueldo), pero..., no seamos deshonestos: tales cosas igual ocurren aquí y en muchas otras ciudades latinoamericanas y en el mundo... pero el punto es que en Medellín en la realidad (como en cualquier otro lado) no acontecen en esa secuencia ridícula (y tan increíblemente mal actuada) que plantea esta cinta de Schroeder. Uno no anda por las calles de Medellín viendo caer cadáveres o viendo gente ser ultrajada.... no más que en cualquier otra ciudad del mundo... En este sentido la película en cuestión exagera y se da licencias más allá de lo tolerable para el sentido común y en el caso de los medellinenses: para alguien que aprecie y tenga un poquito de..., digamos, sentido de pertenencia con la ciudad de Medellín. Ignorar las condiciones sociales actuales, que si bien no son las mejores al menos son otras, diferentes a las que esta película inventa, es una licencia que condena el resultado final y causa estupor por la flagrante imprecisión.

El pesimismo de Fernando Vallejo (autor del libro en que se basa esta película y personaje principal de ella) merecía un mejor ángulo. Una película basada en sus obras seguramente iba a ser polémica, pero al menos podría ser coherente con las realidades, no negándolas, pero tampoco excusándose en licencias cinematográficas tipo "es que es sólo una película y las películas son de ficción" o "esto es sólo una representación".....

Para un cine tan poco desarrollado como el colombiano es bastante nocivo este tipo de producciones, no solo por su dudosa calidad cinematográfica, sino sobre todo porque muestra al mundo una ficción que falsea la realidad actual de Colombia, insinuando unos niveles de criminalidad y cinismo que no corresponden a la realidad. Esto no quiere decir que no se puedan hacer filmes crudos, que retraten problemáticas sociales de difícil tratamiento. Películas colombianas como "Rodrigo D." y "La vendedora de Rosas" de Víctor Gaviria o aún "María llena eres de gracia" plasman verdades inquietantes y duras, que merecen ser tratadas en el cine... pero en este caso al menos son realizadas con altura y fundamentadas en realidades no exageradas, es decir, que no inflan la realidad y por tanto que no ofenden al sentido común y a la inteligencia... como sí lo hace el filme de Schroeder...

El colmo es que el mismo director decía a la prensa colombiana durante el estreno de la cinta en el país que este era su mejor filme... ¡Por Dios! Qué mal estaba este tipo...