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España España · Cinecittà
Voto de Xavier Vidal:
7
Bélico. Drama La historia de un grupo de soldados que pasa 24 horas dentro de un tanque, durante la guerra del Líbano, en 1982. (FILMAFFINITY)
8 de mayo de 2012
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde el 'Primer Mundo' jugamos a la guerra con nuestras videoconsolas. El cine nos ha llevado hasta el abismo del frente de batalla y a base de ver repetidamente el arte de matar parece que la guerra ha perdido parte de su trascendencia y gravedad. Hay, por lo tanto, que encarar los conflictos bélicos desde otra perspectiva porque el cine estadounidense nos ha adocenado y ha desvirtuado la naturaleza despiadada de las contiendas.

Lebanon, León de oro en el Festival de Venecia 2009, podría parecer un film experimental. Toda la película sucede en las tripas de un tanque en el que conviven y sobreviven chicos jóvenes que no se conocen pero que están destinados a compartir un episodio decisivo de sus vidas. La guerra es una deformación, la trastienda de la batalla es totalmente inaccesible para unos soldados rasos como nuestros protagonistas, por lo que tiene todo el sentido del mundo que en Lebanon la guerra sea vivida pero sobre todo intuida, vista tan solo desde el visor de la máquina. Los protagonistas deben apuntar y disparar, seguir órdenes de segundos y acatar normas. Son unos títeres frágiles, manipulables y manipulados. El espectador siente esa indefensión, entiende la injusticia, palpa el sinsentido de la guerra al ver la película. Logra algo que deberia ser obvio: que al ver a un hombre disparando a otro hombre o que al intuir la muerte del pelotón protagonista nos recorra un escalofrío por todo el espinazo. Eso es Lebanon: un viaje a las oscuridades de la guerra, una vuelta de tuerca necesaria que enriquece el último cine bélico.

El 'cine espectáculo' se ha servido de la guerra pero no ha sido fiel a ella: Lebanon, aunque sea la crónica de una guerra omitida, o quizás por eso, es el mayor alegato antibelicista que podría hacerse, con unas cualidades cinematográficas indudables (excelente dirección de fotografía) y una profundidad descarnada (allá donde otros proponen batallas coreografiadas, aquí solo queda la desnudez de un tanque irrespirable y húmedo, metonimia de todo lo que sucede en el exterior). Pueden discutirse muchas cosas en el planteamiento de Lebanon, pero la idea de base gana a cualquier problema de guión (en parte justificado por el claustrofóbico escenario en el que se encuadra la trama). Lebanon, por lo que cuenta y sobre todo por cómo lo cuenta, es una de las obras más estimulantes de los últimos años. Hay que verla, aunque nos lleve al mismísimo infierno, allá donde el hombre deja de ser hombre para transformarse en solo un nombre, una cara, un número en una lista de fallecidos, una bestia.

Xavier Vidal, Cinoscar & Rarities
Xavier Vidal
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