Y la alegría que dan esos días de maldito domingo; en los que te levantas y no encuentras nada (salvo una resaca insalvable, valga la redundancia), en los que piensas, todavía me queda un día, un día más...ver a los viejos paseando, con las hojas caídas del otoño por las aceras. Como plasmar aquellas sensaciones, como hacerlas CINE, como afrontar la melancolía de una vez...como luchar contra el pasado (que no, señores, que no ha acabado con nosotros, como dicen en "Magnolia") Como afrontar el hecho de...tenía que haber peleado por ella... Como afrontar el hecho de una familia que no te entiende...Como afrontar el hecho de un pasado que nos intenta arrastrar con él... ¿Y que zapatos me pongo para el entierro de mi hijo?

Ordinary people trata de encontrar respuestas a estas cuestiones; háganme caso, una película monumental, sencilla pero magistral...una pequeña obra maestra que no trata de enseñar, sino de mostrar. Un pequeño cuento de otoño para ver de vez en cuando. Una mañana te levantas, y te das cuenta de que todo puede cambiar, aunque sea otoño y haga frío afuera. Porque en la vida se evoluciona constantemente...nada es eterno, ni mucho menos. Pues eso, Timothy Hutton se levantó, a falta de cinco minutos para acabar la película, y se dio cuenta de todo esto.