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Voto de Lucas Liz:
4
Terror. Thriller. Drama Un psicólogo, que quiere ayudar a su mujer a superar la muerte de su hijo en un accidente, decide llevarla a una cabaña perdida en medio de un bosque, donde ella había pasado el último verano con el niño. Sin embargo, la terapia no funciona, y tanto ella como la naturaleza empiezan a comportarse de un modo extraño. (FILMAFFINITY)
17 de junio de 2012
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Una historia densa, compleja, con mucha masa, tanta que se nos echa encima y nos aplasta. Nos cae como un ladrillo en la cabeza, en el alma. Trata de ahondar en la naturaleza, en la maldad, en las profundidades de la culpa, en la oscuridad de la depresión poniendo de manifiesto y al descubierto todos sus síntomas: la ansiedad, el daño (propio y ajeno), el rencor, la violencia, la justificación, el sentimiento de culpa, la lesión, el placer desbocado, la mutilación, el pánico, el terror...
Elementos de mérito tiene, desde luego. Y también los vamos a mencionar. El guión, aunque ampliamente incomprensible e injustificable, va in crescendo, crece poco a poco y no nos digan muy bien porqué, nos mantiene ahí, pegados a la pantalla, expectantes. Visualmente bien ejecutada (algunos premios de fotografía obtuvo) y con un prólogo que es una delicia en ese aspecto. Buena en lo visual, aunque se expongan en ella imágenes excesivamente duras (en lo sexual y en lo violento), transgresoras, grotescas y desagradables. A nuestro juicio algunas de ellas sobraban o no debían ser tan explícitas.
No se la puede tachar de pretenciosa, porque no creemos que lo sea. Simple y llanamente el director y guionista ha tratado de llevar a la pantalla sus propios delirios, aunque éstos no tuvieran ni pies ni cabeza (delirios son y no los necesitan), permitiéndose para ello transgredir y emplear todo tipo de imágenes, por mucho que estuviesen cargadas de violencia, de dureza y de sangre. Ni siquiera pretende ser provocadora, simplemente la dureza es un recurso para describir ese mundo patas arriba que se quería contar.
Pese a lo claustrofóbico de los espacios (por momentos) y de las personas (todo el peso recae en sus dos únicos protagonistas), el trabajo de Willem Dafoe y Charlotte Gainsbourg es brillante y desde luego que no era nada fácil. Los desafíos a los que se somete el señor Dafoe son admirables y los retos que asume nada fáciles. Los supera y siempre bien, y eso es de alabar. Cuanto más convencionales son los papeles a los que se enfrenta, peor lo hace. Lo suyo es lo arriesgado, lo prohibido, lo transgresor, lo que casi nadie se atreve a hacer...y eso él siempre lo hace bien, sin importarle la carga física, sexual o provocadora que el papel conlleve. Charlotte Gainsbourg da forma a un personaje también difícil y complejo, quizá peque de plano en algunos momentos, pero la verdad es que consigue redondear una de sus mejores interpretaciones, si no la mejor, lo que le valió algunos premios.
Es una cinta no apta para todos los públicos, claro que no. Encontrará reductos en los que se la idolatrará, y la inmensa mayoría la aborrecerá, porque muchos, entre ellos nosotros, ni la entenderemos ni la hemos entendido, por mucho que algún entendido nos la explique (que creo que será incapaz) o nos la justifique (esto otro muchos lo harán).
Lucas Liz
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