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España España · Ad Petrum, Madrid
Voto de astimegoesby:
1
Serie de TV. Drama Miniserie de TV (2010). 2 episodios. Crónica del noviazgo de Felipe y Leticia: la velada en la que se conocieron, sus primeros encuentros, el anuncio oficial de su compromiso, los primeros actos a los que asistieron como prometidos y su boda en la Catedral de Santa María La Real de la Almudena en Madrid. Describe, además, el rechazo que suscitó su noviazgo entre los sectores más conservadores de la sociedad, los medios de comunicación e ... [+]
26 de octubre de 2010
121 de 148 usuarios han encontrado esta crítica útil
Alrededor de nueve millones de personas son pobres en España. Pobres e invisibles. Los medios de comunicación no quieren ni ver a estos indigentes “nativos”, seguramente porque causan muy mala impresión y deprimen a la ciudadanía. Si hay que informar sobre pobres, los medios prefieren a los de Haití, por ejemplo, a los que podemos ayudar con generosas donaciones o enviando fragatas del Ejército. Tienen razón: pudiendo abrir con los premios Príncipe de Asturias, buena gana dedicar tiempo y papel a cosas tristes…

Después de jugar al ratón y al gato con Antena 3, y contraprogramarse sin piedad y sin respeto alguno por la ley o el televidente, Telecinco emitió por fin “Felipe y Letizia, una historia real”. Bien hecho: se trata de un cuento rosa de superación con el que, pese a su aparente frivolidad, podemos aprender muchas, muchísimas cosas sobre la vida misma. No deberíamos quedarnos en la simpleza de los diálogos, la superficialidad de la trama, la torpeza de los actores o la inutilidad del director. La mini serie resulta no ya mala, sino increiblemente mala. Mala de solemnidad. “El Príncipe parece un panoli; Letizia, una sabelotodo; la Reina, una bruja y el Rey da risa”, escribe Mabel Galaz en El País. ¿Y si fuese una producción hiperrealista?

Ya sé que puede parecer tan grande como un gag de “Polònia”, pero cuidado, no sea que un primer visionado resulte engañoso. Con esta mini serie sobre Felipe y Leticia pasa lo mismo que con las películas porno: nada más empezar ya sabes cómo va a terminar. Y no me refiero a una copiosa eyaculación facial. “Felipe y Letizia, una historia real” acabará en boda. Poca cosa para el telespectador exigente. Lo realmente fascinante de la historia de esta parejita no son los preámbulos, el flechazo, la primera penetración furtiva en los asientos traseros del Rolls de papá o la campechana pedida de mano. No. Lo realmente fascinante de esta relación principesca es la metamorfosis posterior, ese proceso mágico capaz de convertir a una vulgar plebeya republicana en toda una princesa de España.

La capacidad del ser humano para sobreponerse a las calamidades, para adaptarse a las circunstancias, y hacerlo con absoluta naturalidad, resulta impresionante. Cuando conoció al príncipe, Letizia era periodista. Una profesión sin futuro, como estamos comprobando. Pero Letizia supo adelantarse a los malos tiempos y reciclarse de manera magistral. ¿Cambiar del papel a internet, del analógico al digital, del Telediario al periodismo ciudadano? Quiá… Yo me mudo de un apartamento a un palacio, de nómina en tele pública a presupuesto real.

Letizia nos ha dado una lección de supervivencia a todos los españoles deprimidos, desempleados o simplemente pobres de solemnidad: si te lo propones, pillas cacho. ¡Arriba esos ánimos! ¡Si ella ha conseguido presidir un puesto del día de la Banderita, también usted y yo podemos! ¡El futuro existe!
astimegoesby
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