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España España · Cinecittà
Voto de Xavier Vidal:
6
Drama Año 1977. Stella tiene once años y acaba de ingresar en un instituto de París. Su vida diaria transcurre en el bar que regentan sus padres: un refugio donde los obreros se entregan a la bebida, a las apuestas, al fútbol, y las veladas se alargan hasta el amanecer. Para ella, la vida escolar no es nada fácil, pues los estudios no son su fuerte. Además, las constantes humillaciones a las que se ve sometida por parte de profesores y ... [+]
24 de octubre de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La adolescencia, el primer amor, el conocimiento de un nuevo mundo, los problemas familiares, el microcosmos que se da cita en un instituto... todo ello es un filón para el cine. El cine es un viaje, y no hay viaje más apasionante, también inevitable y natural, que el despertar sexual, la revolución de las hormonas, el paso invisible pero palpable de la niñez a la adolescencia.

Stella es una película de frontera temporal: su protagonista tiene 11 años, es una niña muy especial y pronto va a sufrir los problemas que conlleva el hacerse mayor. Stella no habla de la adolescencia, no de forma directa, pero esa etapa está ahí latente, a la espera, dispuesta a trastocar la existencia de la niña. Stella vive en un caos ordenado: sus padres regentan un bar y pasa las noches sirviendo cervezas. Domina a la perfección las reglas del póker, las alineaciones de los equipos de fútbol y las manías de los clientes habituales. Conoce y tararea las letras de las canciones que suenan en el local, pero no logra concentrarse en la escuela.

Stella vive al borde de la marginación social, pero la película, su película, es un cuento lleno de nostalgia por la inocencia que se va. Aunque a duras penas tenga una amiga de verdad. Aunque pase sus vacaciones al lado de un descampado que más bien parece un vertedero. Aunque, sin necesidad de explicitar peleas o momentos dramáticos, notemos cómo el ambiente familiar se va derrumbando poco a poco.

Se ve sin darse cuenta. No sucede nada y a la vez ocurre todo. Y lo más interesante: entre los fotogramas de Stella se esconde la magia de la inocencia y se cuela la vida en su estado más puro, auténtico, sensible. Ver a Stella jugando, cantando, siendo espectadora y narradora de sus propias vivencias, es un espectáculo exquisito. Señores: no será una gran historia, no será técnicamente perfecta, pero es cine. Y del bueno.

En resumen, Stella es una película pequeña que resulta simpátiquísima. Se trata de entender que lo sencillo, en la gran pantalla, nunca es fácil. Así que Stella es a su manera una gran película a reivindicar que logra construir una atmósfera, un estado de ánimo, una sensación de añoranza hacia la niñez que nunca volverá.

Xavier Vidal, Cinoscar & Rarities
Xavier Vidal
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