¡Vienen a por tí!... y comienzan de día para meter miedo, sin casi presentaciones se planta el infierno en la tierra, así de fácil se puede conseguir derribar el mundo, para todas esas cintas del miedo en 3D que destrozan el género, estamos ante un ejemplo de llevar la trama por partes, de inyectar personalidad, ánimos y disputas, la película casi es perfecta en lo que se refiere a lo temporal y provoca la sensación de pánico ante la que no se pueden defender, consigue el colapso claustrofóbico pero no se encierra en una casa, sino que encima va abriendo frentes volteando sus personajes a los que lleva a la locura hasta llegar a un mensaje apocalítptico, todos somos salvajes, al final se tiene una sensación de haber asistido a una película basada en hechos reales.