Sorprende mucho que Bill Paxton tenga este increíble debut detrás de las cámaras con esta película que perfectamente puede estar entre los mejores thrillers rodados. Escalofrío tiene en su menú tal cantidad de platos que uno no sabe cual de ellos le ha gustado degustar más, si la incansable serie de sorpresas y giros argumentales (la mayoría imprevisibles), si las geniales actuaciones tanto de principales como de secundarios (McConaughey quizá el que más flojea), si los planos detallados y sabios de Paxton o si la película en su conjunto.
La única explicación para tal sabiduría cinematográfica solo se explica por haber trabajado al lado de los grandes directores, fetiche del visual Cameron, casi siempre con papeles secundarios que le llevarían a convertirse en una de esas caras reconocibles al instante. Aquel macarra de Terminator creó esta dignísima película que nada tiene que envidiar a las grandes del género, y con un saber hacer más que envidiable, planta esta producción con una tensión y un dinamismo irrepetibles. Además, la atmósfera y la incredulidad de toda la película juegan en contra del espectador, haciendo parecer lo que no es casi en todo momento.
Quizá la película gane enteros si no se sabe nada acerca de ella (aunque eso ocurra en todas evidentemente, pero en esta con mayor notoriedad) y pierda puntos siel espectador sabe que se va a enfrentar a una película con más de una sorpresa guardada. Ideal para los amantes de los thrillers y de aquellas películas donde todo encaja punto por punto en los minutos finales casi sin descanso. Todo un ejemplo de saber cinematográfico más que inesperado.