Djinns es una mezcla de géneros interesante, con una ejecución mala hasta el infinito. Nos encontramos ante una película de terror pero del malo, que incluye soldados medio poseídos, idas de cabeza monumentales, incoherencias extremas en el argumento y un nivel técnico sobrenaturalmente nefasto.

Hay muy poco que ver en Djinns. Si acudiste a verla por la etiqueta de "película de monstruos" estás muy equivocado, Djinns solo tiene espíritus que se limitan a gatear y a esfumarse al segundo. El hecho de encontrarnos con soldados enfrentándose a una amenaza desconocida (e invisible), hace que uno recuerde de alguna extraña manera a Depredador, solo que cambiando la selva por las dunas del desierto. McTiernan conseguía con su película una atmósfera de thriller y tensión maravillosa que no explotaba hasta bien avanzada la película. En Djinns pasa exactamente lo mismo, solo que no explota, más bien se desinfla todavía más si cabe al comprobar que lo que estamos viendo no sirve de nada.

La primera hora es un auténtico aburrimiento, después de ese tiempo la película no llega a mejorar, pero gana un poco más de ritmo obligada por la necesidad de contar algo. El final es desacertado y más de uno soltará una carcajada al ver al nuevo "brujo". La sorpresa final con la que termina la película por lo menos es curiosa.

En cuanto al apartado técnico, los efectos especiales son malos, muy malos, aunque la película no se basa en un gran impacto visual, por lo que al fin y al cabo es lo de menos. Lo que no es tan salvable es la pésima actuación de todos y cada uno de los actores del reparto, no solo del principal, también de los secundarios e incluso los extras. Ahora que lo pienso, estos Djinn bien podrían haber sido considerados como extras, porque su aportación a la película es nula a pesar de su título.