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Voto de Luis Guillermo Cardona:
6
Ciencia ficción. Acción En el año 2159, los seres humanos se dividen en dos grupos: los ricos, que viven en la estación espacial Elysium, y todos los demás, que sobreviven como pueden en una Tierra devastada y superpoblada. Rhodes (Jodie Foster), una dura gobernante, promueve una rígida ley antimigración, cuyo objetivo es preservar el lujoso estilo de vida de los ciudadanos de la estación espacial. A pesar de ello, los habitantes de la Tierra harán todo lo ... [+]
21 de diciembre de 2014
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Los Ángeles, 2154. Para mostrar su supuesto y negativo futuro en condiciones de caos y devastación, hambre y sobrepoblación, al director Neill Blonkamp, le ha servido perfectamente un pueblo mexicano como otros tantos, pues, este futuro ya está aquí, en muchas latitudes y aún en peores condiciones. Ubicado en el espacio extraterrestre y erróneamente llamado Elysium, en alusión a los Campos Elíseos (Ἠλύσια πεδία), el lugar sagrado del ultramundo –mitología griega- a donde van las almas de los hombres virtuosos y de los guerreros heroicos (equivalente al cielo cristiano), es aquí la zona privilegiada (con verdes campos, mansiones de lujo, aire fresco y alta tecnología) en la que, abusando de su poder, habitan solamente los ricos y “poderosos”, dispuestos a impedir, a toda costa, que los pobres del mundo accedan a su territorio, mientras que estos sueñan con tener algún día la ocasión de disfrutarlo.

El cuento, luce también como una posible metáfora de la inmigración clandestina que se produce a diario hacia los EEUU, pues para muchos latinoamericanos signados por la pobreza, su mayor ideal es alcanzar algún día el “sueño americano” (vivir y trabajar en los EEUU y poder disfrutar de su progreso).

Con ese virtuosismo para la ciencia-ficcion que ya había demostrado en su opera prima “Distrito 9”, el director sudafricano Neill Blonkamp, recrea en “ELYSIUM” otra lucha de clases justa y necesaria. Pero aunque queda reconocerle su gran capacidad para las escenas de acción high-tech y los eficaces diseños de producción que lucen sus películas, todavía no logra contar una historia que cuaje lo suficiente y donde podamos tener personajes mucho mejor caracterizados psicológicamente, con los que consigamos empatizar desde lo más hondo.

Presiento que, muy influenciado por los juegos de consola a los que, probablemente, estuvo dedicado en su juventud, Blonkamp se deja entrampar fácilmente por las escenas de acción, pero estas se vuelven excesivas y muy pesadas por el abuso del plano de segundo y por las luces tan sobrecargadas con las que ilumina cada situación.

En la actuación, cabe resaltar a su actor fetiche, Sharlto Copley, quien logra un fuerte carácter como Kruger, el agente especial que perseguirá a Max Da Costa hasta las últimas consecuencias. También, Matt Damon, consigue acomodarse a esa suerte de robot en que se convierte su personaje; pero en cambio, Jodie Foster es totalmente malograda como esa secretaria de Estado que solo da órdenes sin mayor significado.

Queda uno, al final, con ese sinsabor que nos deja cada película en la sentimos que, detrás de ella, había un director talentoso. Pero cuando se mira más hacia la taquilla que hacia el arte cinematográfico, el resultado inevitable es un producto de consumo que muy pronto se olvidará.
Luis Guillermo Cardona
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