Según la página Web oficial, el Opus Dei es una institución de la Iglesia católica fundada por San Josemaría Escrivá de Balaguer. Poco sé de primera mano de dicha institución, ya que no conozco personas que formen parte de él. Si sé por un familiar cercano, que por ejemplo, no son partidarios de los anticonceptivos, por lo que Dios provee la cantidad de hijos que va a tener una familia del Opus. Esto ya me resulta chocante.

Por otro lado, sí conozco el catolicismo, religión dentro de la cual se integra el Opus Dei, por lo que puedo aseverar que hechos como que devotos golpeen un tambor hasta sangrar o porten una virgen a hombros con los pies descalzos, son totalmente ciertos. Así pues, es probable que los extremos que Javier Fesser muestra acerca de esta institución (no mirar los escaparates por ser pecado, o colocarse unas piedrecitas en el zapato para sufrir por Dios) sean ciertos. De aquellos barros vienen estos lodos...

Todos hemos sentido que cuando las cosas nos van muy mal (desempleo, problemas de salud, fallecimientos...) sólo aferrarnos al amor nos apacigua. Aquello de que aunque todo vaya mal, tú sabes que quieres a alguien, y ese sentimiento sale de lo más cierto del alma, sabes que es verdad y tranquiliza, lo demás ya es más relativo...

Así es como Camino, la niña genialmente interpretada por la guapísima Nerea Camacho entiende su personal camino hacia la muerte. Mientras todos se refugian en Jesús, ella lo hace en su Jesús, el que existe con toda certeza. Lo cierto es que pocas cosas hay tan bonitas como el amor platónico de la preadolescencia... Quizá sea el más puro.

Recomiendo ver Camino (como me recomendó a mí un buen amigo), una película muy bien hecha y que no deja indiferente. Una demostración de que el amor puede con todo.