Un retrato en el que Tom Perrotta nos muestra un grupo de enanos emocionales en crisis de los 40`s.
El ambiente de estos inadaptados parece descarnado ya decodificado en la pantalla grande. Pero no nos alarmemos tanto, ya que la soledad que siente el ser humano esta presente desde que el homo-sapiens pisó este planeta. Lo que pasa es que no estamos tan acostumbrados a ver estos retratos del alma de una manera tan directa, pero a la vez tan sensible. Resaltan las imágenes de las bellas Connelly, con sus hermosos ojos de mirada intrigante y de la Winslet con todo el erotismo escondido detrás de ese rol de esposa frustrada y lista a explotar bajo camisa mojada ante el clic de un alma gemela que la libere de la rutina.
Tal parece que queremos salirnos de la piscina ante el acoso de un tiburón voraz llamado prejuicio, dentro de las profundidades densas, el Leviatán que es la sociedad que rige las normas del ser humano, en ese apacible vecindario americano. Donde se oculta asesino rapaz con mascara pederasta.