Al Capone, alcohol y violencia, el negocio de la época, el primer de trabajo y una exhibición de cine de masas, bien rodado y preparado para entretener, es una avalancha ambiciosa de personajes estilizados o estereotipados en el cine, el protagonista puro y deseoso de que se cumpla la ley, el mafioso que mata niñas, la mujer orgullosa, el policía inteligente y sentimental, el contable cuatro ojos y el tirador duro... personajes de novela dispuestos a bailar con el verdadero intocable una lucha legal a muerte que demuestra que algo apesta en el seno de la ciudad, que las manzanas no se cogen directamente del árbol, deben olvidarse de la policía convencional, negados a traicionar el poder.

De Palma genera espectación, siempre será una película que guste a todos, hay que admirar cómo está montada en todos sus aspectos, la brigada anti-alcohol escarva en negocios "legítimos", no acepta sobornos, sufren amenazas y reaccionan, más que un detectivesco o drama judicial, es cine épico llevado al género policíaco, a veces infantil, otras cómica, llega a ser la parodia de la mafia, pero sabe convertirse en trágica, se mueve por la ciudad utilizando a sus personajes, son tocables, sabe imprimir misterio y aparecer en las portadas de los periódicos, estilo propio que se gana la importancia que tiene, una lucha a todos los niveles, convertirse en quien detesta ser, nunca parar... "Los intocables..." presume de ser grandiosa, pero no pasa de popular, cualquier drama de la mafia es más seco, huye del modo documental para contar una proeza a su manera, y eso la ha puesto en un escalón diferente a todos los géneros.